¿Para qué sirve la Serie Nacional? Es la pregunta que recorre toda una isla que respira béisbol para vivir. Y la anterior interrogante surge luego de que la Comisión Nacional de la disciplina anunciara el conjunto que representará a Cuba en los venideros Juegos Centroamericanos y del Caribe.
El equipo con notables ausencias de atletas claves tiene su grueso mayor en hombres que apenas acumulan comparecencias en el campeonato doméstico de los cubanos. Poco o nada ha valido la pena esforzarse, comentan airados varios beisbolistas en los estadios y hacen patente este argumento en lo que suelen llamar el solar de los desahogos, “las redes sociales”.
Una vez más, el órgano deportivo beisbolero omite con alevosía a esos que sufren el castigo del sol a las dos de la tarde. Traicionan a los líderes individuales de un campeonato, en el que las estadísticas parecen no valer absolutamente nada. Ilustremos con números y ejemplos tal decisión.
¡Sorpresa! Pinar del Río fuera del equipo Cuba. El pinareño Erlys Casanova, líder en promedio de carreras limpias 2.04 (PCL), no está. El tunero Yordanis Alarcón, mejor average ofensivo 386, también quedó fuera. Osday Silva, colíder en cuadrangulares de la Serie 15, no aparece. Luis Pablo Acosta, entre los 10 primeros en promedio ofensivo y con versatilidad para ubicarse en cualquiera de los tres jardines, fue omitido igualmente…, así la lista sería interminable.
En una Serie en la cual los mayores incentivos no están ni en el pobre salario que perciben los peloteros, mucho menos en las atenciones que les brindan en las instalaciones que los albergan, y para colmo de males la referida comisión eliminó el juego de estrellas y la gala de premiaciones individuales, ¿cuál es el incentivo principal para jugar?
Hacer un equipo Cuba siempre ha sido y será un verdadero dolor de cabeza para los encargados del tema. Pero de ahí, a tirar por tierra las esencias que rigen este deporte, es cuando menos, una de las mayores afrentas al deporte nacional, recientemente declarado patrimonio cultural.
Para recomponer la pelota no solo hacen falta buenos terrenos, calidad técnica, superación profesional y un buen espectáculo. Es pertinente rescatar la equidad y la igualdad de oportunidades para todos. El béisbol se parece a la vida, sumarle más calamidades de las que arrastra hace años, no le beneficia, como tampoco ayuda a que los más de 600 atletas que salen todos los días, bajo un sol abrazador a las dos de la tarde, tengan más motivos para regalar alegrías a sus seguidores.
Integrar una selección nacional es la motivación más grande para ellos. De ahí que cada salida sea condicionada por el viejo sueño de vestir el traje de las cuatro letras. Abrazar la bandera de la estrella solitaria, conectar el hit decisivo, dominar con el lanzamiento más seguro al contrario. Gritar bien alto, Cuba campeón.
El objetivo es ganar en los venideros juegos múltiples de San Salvador, equipo con calidad hay para ello. ¿Pero a qué precio?
¿Es oportuno sacrificar a aquellos que entregan lo mejor de sí, campaña tras campaña? ¿No valen las estadísticas de los que han explotado la liga en cada una de sus posiciones? ¿Cómo explicarles a esos muchachos cuáles son los criterios de selección para estar en el Cuba? ¿Cuáles serán las motivaciones para concluir un torneo que poco importa a los que tiran de los hilos en la Serie?
Risa, solo eso da esta nueva maniobra del ente beisbolero de la Isla con la conformación del equipo Cuba. ¿Para qué servirá la Serie Nacional? Es la pregunta que recorre el Verde Caimán ¿Algún funcionario de esa institución cubana podrá responder? No, claro que no pueden, son ellos mismos los que han propinado una estocada mortal al béisbol.