Existe un refrán que reza que en el mundo para que sea mundo tiene que haber de todo, y créalo o no, el 21 de enero del año 2018 en la funeraria de Mbizana, Sudáfrica, al abrir el féretro de una mujer se encontró el cuerpo sin vida de un bebé recién nacido. La mujer había dado a luz después de morir.
Según informa el medio local TheRep, una mujer de 33 años, madre de cinco hijos y quien se encontraba en estado de nueve meses, había fallecido de forma repentina hacía 10 días. A punto de celebrarse su velorio, el personal de la funeraria quedó en shock al abrir el ataúd y descubrir el cadáver de un bebé recién nacido. La mujer había dado a luz dentro del ataúd.
Aunque este suceso ha provocado que en la localidad se hable de brujería, en realidad es un fenómeno extraño para el que la ciencia tiene explicación. Se conoce como coffinbirth en inglés (parto en el ataúd) o expulsión fetal posmortem en castellano.
La patología forense define este peculiar suceso como la expulsión del feto tras el fallecimiento de la mujer embarazada, pues los gases en el abdomen del cuerpo que se encuentra en estado de putrefacción pueden llegar a aumentar muchísimo la presión sobre el útero, logrando desplazar y expulsar al feto por su vía natural. Habitualmente el feto nace muerto, pero hay antecedentes de lo contrario.
En el 2009, según informaba el Weekly World News, en Toronto, ocurrió este acontecimiento tan inusual, pero con un final menos amargo, el bebé estaba vivo.