¿Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga?
Reabre sus puertas la Galería de Arte Arturo Regueiro en Pinar del Río, el telón se levanta a las expectativas, se enciende la luz e iluminamos con arte la rehabilitación de nuestra sociedad, el arte y la cultura tiene mucho que aportar.
En estos días extraños mucho se ha dicho y escrito sobre la importancia –incluso la necesidad- del arte en medio de esta de crisis sanitaria, social y económica.
Sin duda las artes visuales pueden colaborar en muchas áreas del quehacer humano. Pero su principal valor es su capacidad de humanizarnos. El arte no puede forzosamente cambiar comportamientos. No es una pastilla o una clase. La empatía no se produce con tan solo mirar un cuadro: implica un trabajo, trabajo para el cual el arte entrega lúcidos materiales.
No puede detener la crisis climática, curar un virus o resucitar a los muertos. Pero sí es un antídoto en tiempos de caos, una hoja de ruta para mayor claridad, una fuerza de resistencia y reparación al crear nuevos registros, lenguajes e imágenes con las cuales pensar.
La exposición colectiva Pensamientos en pequeño formato II está llena de sentimiento y de emoción, el tiempo vital que poseemos para su inauguración tuvo un límite, más allá de la lógica. Las obras presentadas poseen una dialéctica entre la razón y la emoción, pues ese tiempo está medido con un filtro diferente, desde una perspectiva que capta la realidad en términos artísticos.
Esta segunda edición la inauguramos para devolverle misterios al mundo, es el rumor de una brisa que hace soportable la realidad, somos el reflejo del tiempo, tejiendo y destejiendo sus minutos. Construimos poco a poco otra tela del día, devolviéndole una erótica inocencia a las cosas, la infinitud única de lo que muere.
La muestra es la visión inmediata de un grupo de 22 artistas sobre su realidad, apunta hacia lo social, lo natural… las obras representan un arte de meditación y cuestionamientos radical, en medio de una realidad global a la que podemos calificar de dramática en algunas cosas.
Al propio tiempo convive la visión “ingenua”, “primitiva” de los mismos fenómenos. Esta multiplicidad de enfoques es la consideración para entender la gama amplia que rige en línea general este encuentro.
La vida solo es metamorfosis, la tarea inacabable de extraer de la materia bruta de lo que acaece, una forma; de lo contingente, una nueva necesidad. El arte es la ciencia de esa irrupción, de esa perpetua fulguración superficial de un inviolable cambio.
¿No es precisamente Pensamientos en pequeño formato II una invitación a captar esos momentos del cambio perpetuo? Somos los seres que libamos continuamente en lo visible el zumo de lo invisible, que extraemos sentido del exterior sin sentido. Configurar el virus de vivir que una y otra vez reaparece por fuera. En suma, encontrar un programa en el desorden, una calma que consista en la inestabilidad admitida, cambiada por la aceptación.
Con el libre uso de la pintura, el dibujo, la fotografía y el grabado la experimentación, como piedra rechazada se convierte en angular. La dualidad claro-oscuro, la vibración del color, su alternancia y superposición componen un silencio sonoro en el que la prosa del mundo resulta otra vez vivible.
La exposición está constituida por la fuerza de las miradas, la delicadeza de las líneas, la sinuosidad de las formas, todo ello hace que sus composiciones sean de una belleza inusual, imágenes enigmáticas que nos narran un argumento plagado de sensaciones. Un discurso meditado que parte de la emoción para alcanzar la razón.
Se trata de leer entre líneas, imaginar una historia no narrada, cuya existencia radica en nuestra capacidad imaginativa como espectadores para construirla. Sin duda el descubrimiento del hilo conductor nos obligará a acercarnos a cada una de las piezas, reservadas y sugerentes, para después alejarnos y tomar distancia argumental. Un baile coreográfico al que los artistas nos obligan como espectadores para poder recorrer su mundo interior plasmado aquí de un modo diferente.
Confiamos en la idea de organizar curatorialmente un discurso orgánico, coherente, sobre algunas temáticas y manifestaciones del arte visual de nuestra provincia. En sucesivas ediciones apuntaremos hacia otras zonas sensibles conocidas o no que permitan la comprensión de su esfuerzo o trascendencia en el panorama actual a escala planetaria.
Valoramos a la creación artística como una herramienta lenta que no actúa de inmediato, sino que requiere experimentación, análisis constante, deconstrucción de estereotipos y esquemas de pensamiento.
El arte tiene otros deberes, no debe explicar, ser un llamado a la acción, convertirse en una forma de comunicador alternativo o diplomacia cultural. La promoción y representación institucional de las Artes Visuales es poco popular y difícil, pero para legitimar algo el arte necesita espacios.
Las 28 obras presentadas son un instrumento formidable para entregarnos perspectiva relacionadas con el contexto social que hoy vive la humanidad. Pero no se da de forma automática. Vivimos una época marcada por la obsesión con lo nuevo y novedoso. Pero lo cierto es que los problemas que nos ha hecho enfrentar este virus ya estaban ahí hace uno, dos, cinco años…
Si buscamos respuestas, en esta muestra colectiva existen varias obras que pueden iluminar las interrogantes que nos aquejan hoy. Los artistas son exploradores, curanderos, activistas y visionarios.
Hacer arte es esencial para hablar con verdad al poder, soñar con nuevas realidades y, en última instancia, cambiar el mundo. Esto, se precisa desde una mirada colectiva, desde la perspectiva y experiencia de artistas, promotores y gestores culturales, en coordinación con las instituciones, trabajando desde lo local a lo global.
En esta nueva etapa será una apuesta trabajar desde la institucionalidad, con mecanismos de colaboración, solidaridad y redes de trabajo colectivo. Las nuevas estrategias de trabajo estarán dirigidas a valorar conscientemente la inteligencia colectiva y el trabajo con profesionalidad, potenciando estas lógicas y dinámicas desde la atención sistemática y necesaria a nuestros artistas y creadores, convencidos de la capacidad que tiene el arte y la cultura con todas sus manifestaciones, esa capacidad de tejer y articular en las diversas dimensiones de encaminar y anticipar hacia un nuevo mundo posible.
Que estos tiempos de distancia y sobreconexión nos muestren, con más fuerza que nunca, ese deber de cuidado que tenemos como sociedad con nuestros artistas.
Resulta imposible dejar de citar a Cezanne: “…la naturaleza está más en el fondo que en la superficie (…) los colores son la expresión de esas profundidades hacia la superficie, crecen de las raíces del mundo”.