Cuando faltan 500 hectáreas (ha) de tabaco por cosechar, los vegueros en Pinar del Río esperan concluir la recolección de la solanácea el próximo día 20 del mes actual, tras la realización de una compleja campaña, matizada por la agudeza del bloqueo norteamericano a Cuba y la intensa sequía de los cinco primeros meses del año.
Frente a todos los obstáculos los cosecheros de la provincia mayor productora de la hoja en Cuba se crecieron y están a las puertas de una
buena contienda, lo cual resulta una verdadera proeza.
De acuerdo con declaraciones de Virginio Morales Novo, especialista
agrícola del Grupo TABACUBA, se han recolectado hasta el cierre de mayo
más de 27 millones 200 mil cujes de la solanácea y ahora el exceso de
humedad por las persistentes lluvias mantiene detenidas las labores de
zafadura, las cuales continuarán tras el oreo durante todo junio.
Una buen paso reportan los procesos de acopio y beneficio, con registros
para la etapa del 103 y 122 por ciento, respectivamente, en tanto están
abiertas 112 escogidas, además de 11 mini escogidas, con dos mil 307
operarios incorporados a la selección y clasificación de las hojas,
recintos donde se cumplen estrictamente las medidas de protección ante la COVID-19, puntualizó.
A la par avanzan los preparativos de la venidera campaña, especialmente el proceso de contratación con los productores que ya está a punto de
concluir, se trabaja en el mejoramiento de los suelos y el alistamiento de
las tierras para semilleros tradicionales.
Se emprendió el montaje de 40 nuevos túneles para la obtención de
plántulas de tabaco, con lo cual completarán, unidos a los ya existentes
más de 280, de cuyas posturas se servirán las plantaciones de tabaco
Virginia y tapado, este último aportador de las llamadas capas exportables.
Para la cosecha 2020-2021, Pinar del Río tiene un plan de siembra
ascendente a 19 mil 769 ha, mientras prosigue ampliando su infraestructura, con la reparación y construcción de nuevos aposentos, tarea que progresa, pero por estos días a un ritmo más lento por las precipitaciones de esta temporada lluviosa.
Pinar del Río aporta a la industria del torcido la totalidad de los capotes
y tripas, además de volúmenes de capas, hojas que revisten a los afamados habanos.