Desde finales de 2022 la producción de ladrillos en la UEB El Tejar de Guane, en la provincia Pinar del Río, se vio seriamente perjudicada por cuestiones con la maquinaria. Con una plantilla de solo cuatro trabajadores, el 2023 transcurrió con alguna que otra producción de bloques y el propósito de poner en marcha una zaranda que aportaría áridos al occidente pinareño.
Hoy, el panorama en el único centro de producción de este tipo en el territorio ha dado un giro para bien. La búsqueda de alternativas y asesoría, además de la introducción de nuevos actores económicos ponen en marcha uno de los renglones priorizados para dar respuesta a los más de 17 000 derrumbes totales que aún no encuentran solución en Pinar del Río.
UNA INYECCIÓN DE ALTERNATIVAS
Con la incursión de la mipyme Proderco, El Tejar de Guane ha avanzado mucho en poco tiempo. Con una capacidad instalada para 20 000 ladrillos mensuales, prevén, en la medida que mejoren el equipamiento tecnológico y con la construcción de otro horno, aumentar la productividad y llegar a los 40 000.
Así lo explicó Humberto Cutiño Palomino, director de la UEB Construcción Civil Guane, quien reconoce que gracias al asesoramiento que han recibido desde diversos actores y el encadenamiento que ahora sostienen con la mipyme, el centro cuenta ya con dos hornos, una zaranda a punto de echar a andar y otras iniciativas que ahorrarán tiempo y recursos.
“Con Proderco logramos construir un nuevo horno en tiempo récord, con capacidad para 5 000 ladrillos de los de 30 centímetros o 10 000 de los pequeños macizos. En el caso del grande es el que necesitamos para los distintos programas de la vivienda.
“En relación con el chiquito, ya contamos con una producción destinada al municipio de Minas de Matahambre para que ellos puedan construir su horno, además, en el plan estatal del municipio se incluyen dos viviendas con techo abovedado que serán construidas con ese ladrillo”.
Andrés González Álvarez, representante de Proderco, apunta que, con un contrato de 20 000 ladrillos al mes, el objetivo es suministrar estos elementos a Guane, Mantua y Sandino. “El principal destino es el programa de la vivienda por el plan estatal, la diferencia se destinará a los puntos de venta de materiales a un precio de 35 pesos en los puntos de venta, para subsidio y esfuerzo propio”.
La materia prima no es una limitante en El Tejar, refiere Cutiño Palomino que cuentan con 27 pozos de arcilla, estudiados para ese fin. Algunos de ellos a tan solo 100 metros del centro.
“Será una producción sostenible, como lo requieren los tiempos actuales, con recursos en su mayoría endógenos. Para la leña, ya tenemos contrato con la forestal. Antes se trabajaba con fuel. En una quema se gastaban alrededor de 7 000 litros, y aunque se aspira a quemar con leña para abaratar costos, en algún momento también se haría de manera mixta.
“Sin embargo, recibimos la indicación de recuperar también el aceite que se extrae de los grupos electrógenos cuando se les realiza el cambio, y eso no tendría costo alguno para la producción, únicamente la transportación”, agregó.
GARANTIZAR LOS ÁRIDOS
Desde agosto pasado están inmersos en el montaje de una zaranda que garantizaría los áridos para los distintos planes de la vivienda y el Mincin. Con capacidad para producir 160 metros cúbicos diarios, su puesta en marcha se vio retrasada por diversos factores que han encontrado solución gracias al asesoramiento de avezados especialistas.
“A principios de marzo arrancaría con la primera prueba. Al inicio, la idea era hacer una rampa para transportar la materia prima hasta el proceso, pero para ello se necesitarían 10 toneladas de cemento y alrededor de 20 metros de áridos.
“Con la asesoría de varios especialistas surgió otra alternativa mejor que ahorraría recursos y tiempo. Son unos transportadores que desde la misma superficie tirarían para la tolva”, subrayó.
Con un yacimiento de grava a 500 metros del centro, que permite abastecer con materias primas el equipo, obtendrían arena, granito y gravilla destinados a los programas de la vivienda de los territorios más occidentales.
HUMANIZAR EL TRABAJO
De la producción que sean capaces de realizar en El Tejar dependerá el salario de sus trabajadores. De una plantilla menguada de cuatro obreros que recibían un salario promedio de 2 200 pesos, hoy cuentan con 16 que cobran alrededor de 4 000 y aún no han comercializado el primer producto.
“Una vez que se comience a producir tendrán un salario decoroso, y están motivados, pues podrían ganar al mes hasta 15 000 pesos”, dice el director de la UEB.
La intención de Proderco y de las autoridades de Construcción Civil es también humanizar el trabajo de los operarios. Las máquinas que usan son copias de diseños industriales, pero tienen mucho de ingenio e innovación.
Asegura el director que mientras más viejo es el barro humedecido, la arcilla tiene más calidad. El proceso inicia después de dejarla reposar casi medio día, drenan el agua, y luego con un tractor que da vueltas alrededor del pozo, la amasan por dos o tres horas.
“Una vez que se instalen los nuevos equipos ahorraríamos combustible y tiempo porque además de eliminar el tractor, estarían cerca de la máquina”, añade.
Aunque el equipo que usan para hacer los ladrillos tiene una capacidad diaria para 3 000 de los grandes y 4 000 de los pequeños, aún ajustan la producción, pues llevaban un año sin realizar el proceso.
“Uno de los criterios que defendemos es la calidad de los ladrillos. Hemos recibido asesoramiento de personas calificadas para mejorar la producción, porque la realidad es que con el conocimiento colectivo somos más fuertes”, insiste.
“Otra de las ideas novedosas es la construcción de parrilleros, antes se transportaba la producción en carretilla y se colocaba en el suelo sobre unas piezas de madera. Por experiencia que tiene la mipyme en otros centros de producción, introdujimos esta idea.
“En cada parrillero se colocan cinco ladrillos y se transportan alrededor de 15 en cada viaje y se mantienen en esa estructura, porque mientras menos los manipules mejor, el ladrillo se toca una sola vez. Con el parrillero ocupan menos espacio. Donde ponías a secar 100 ladrillos, ahora puedes poner 2 000, la capacidad de almacenamiento se multiplica por cinco”, advierte.
Poco a poco también el lugar se mejora. Además de los trabajos constructivos para aumentar la producción, se renueva la infraestructura y las condiciones de vida de los trabajadores.
Desde lo endógeno, El Tejar de Guane se alista para emprender un nuevo derrotero que, de no tener contratiempos, contribuiría sin dudas a revertir el deteriorado fondo habitacional de los pinareños.