La tarea Álvaro Reynoso, implementada en el año 2002, tuvo como objetivo la restructuración del sector azucarero. Se redujo en casi un centenar los centrales con que contaba el país, paralelamente se concibió como un programa para impulsar la producción agropecuaria en esas áreas; sin embargo, esto último tuvo menos éxito.
Causas objetivas y subjetivas incidieron, entre ellas, indudablemente estuvo la desmotivación. Hombres y mujeres cuya vida había transcurrido sincronizada a los pitazos de sus bateyes tuvieron que enfrentarse a cambios drásticos y faltó capacitación, seguimiento, y a mi juicio, una visión espiritual, que ayudara a la transición emocional de esas comunidades.
En Pinar del Río solo queda después de la nueva división política administrativa el municipio de La Palma entre los territorios que atesoran en su memoria el desmantelamiento de un central. En la actualidad, otras estructuras en las tierras en las que se cultivaba la caña con destino al central Manuel Sanguily batallan por devolverle la productividad.
FINCA LA ESPERANZA
La unidad empresarial de base (UEB) Ganadera de La Palma es una de las entidades inmersa en la recuperación de tierras ociosas. La finca La Esperanza es el núcleo desde el cual empezaron a eliminar el marabú y a aumentar las hectáreas cultivadas.
Aunque está a pocos kilómetros del poblado Manuel Sanguily, por el estado de los caminos es difícil acceder a ella, prácticamente solo los tractores llegan y es el medio de transporte que emplean para el traslado de los obreros, agrupados en un colectivo laboral, experiencia que les motiva y empieza a dar resultados, así lo confirmó Yoel Hernández Pedroso, con 44 años de edad, trabajador agropecuario, quien asegura que ya empiezan a “salir un poco mejor” en referencia al salario.
Sin dejar de reconocer que deben producir más, saben que reciben otros beneficios como la venta de alimentos al costo que les facilita el acceso no solo a lo que cosechan en sus predios, sino a lo del resto de las unidades de la UEB.
La falta de riego les impone una cuidadosa selección de los cultivos, por eso la yuca y el maíz ocupan gran parte de las 32 hectáreas que han logrado limpiar en poco menos de dos años; significar que el desmonte lo hicieron y hacen a mano. Esas plantaciones cumplen, además, con la condición de tributar al alimento humano y al animal, algo importante, ya que la ceba de toros es una de las actividades que realizan en la finca.
Onelio Pimentel Sánchez es el jefe del colectivo laboral, integrado por 17 trabajadores, señala que ahora hay mayor motivación, funcionan mejor y el aumento salarial es de más de 2 000 pesos.
Continuar el desmonte es una de las proyecciones, lo que les propiciará beneficio económico con la elaboración y venta de carbón vegetal.
MÓDULO PECUARIO
En la cocina de Damaris Contreras Torres encontramos amparo del sol del mediodía, agua fría y un excelente café. Su casa está a pocos metros de las naves en las que crían conejos y carneros, es uno de los cinco trabajadores que integran este colectivo. Esta mujer de 44 años, que siempre ha estado vinculada a la actividad agrícola, teme a las cámaras, pero eso no le impide reconocer que ahora gana más que antes “de dos mil y pico estamos en 8 000, 7 000, eso depende”.
Y sí, está sujeto a los resultados productivos de cada mes. Ella específicamente tiene a su cargo el cuidado de los conejos, los que alimentan con plantas proteicas como la titonia, aunque utilizan también boniato y otras viandas que cultivan para el alimento animal y el autoconsumo familiar.
Precisa Luis Alberto Álvarez Portal, jefe de este colectivo laboral, que poseen unas cinco caballerías de tierra, pero no todas se encuentran en explotación, pues tienen que seguir con la limpia y desmonte de las áreas para incrementar las siembras de plantas proteicas, las cuales, si son debidamente podadas, recuperan el follaje, y eso es un beneficio que no ofrecen otros cultivos, aunque no dejarán de incluir boniato, maíz y yuca para tributar a la disponibilidad de alimentos.
UN GIRO
La UEB Ganadera cuenta con siete colectivos laborales, a ellos atribuye Juan Manuel Contreras, director de la misma, la transformación de los indicadores económicos. Al cierre de 2022 sus pérdidas eran de 2,3 millones de pesos, entre otras causas, por los daños que provocó Ian.
Actualmente ya obtienen ganancias, y asegura que no hay pagos sin respaldo productivo. Reconoce como alentadores los avances en recuperación de tierras e incremento de los cultivos varios.
Con respecto a la ganadería, la actividad rectora de la entidad, garantizan la venta de leche fluida en 12 bodegas del municipio, cubriendo todos estos establecimientos en los consejos populares Las Cadenas y Santo Cruz; no obstante, incumplen las entregas a la industria en un dos por ciento.
Admite que uno de los mayores problemas es la deficiente contratación. Hay productores que no lo hicieron según el potencial de su masa, dificultad que también incide negativamente sobre la carne, pues hasta el mes de agosto solo cumplían con el 79 por ciento de lo previsto. Considera que la concertación directa entre el campesino y la industria es un mecanismo que debe perfeccionarse.
Otra debilidad es el incremento del hurto y sacrificio de ganado. Como promedio en el territorio se reportaban unos 12 hechos en el año, y al cierre del primer semestre de 2023 ocurrieron más de 40; con mayor incidencia sobre el sector privado.
LAS MOTIVACIONES
Hoy los colectivos laborales con beneficios económicos que tributan a sus integrantes, y por ende, al mejoramiento de sus condiciones de vida, constituyen una motivación; no se escucha en el otrora batey como un sonoro pitazo, pero les mueve igual hacia la faena en cada jornada.