En apenas un mes Carlos Einar Valdés González desmontó las tres caballerías de tierras que solicitó a la Agricultura. No parece en aquel lugar que el marabú haya sido dueño alguna vez.
Consiguió maquinaria, buscó animales, hizo contratos con la Forestal. Todos los recursos los puso a disposición de la limpieza del área.
Alrededor de siete u ocho meses después el panorama es completamente diferente allí. Ahora las tierras surcadas, todas divididas por cuartones y cinco depósitos de agua para el regadío y los animales, dan vida a la finca, ubicada apenas a unos kilómetros del puente de Consolación del Sur rumbo a La Habana.
“Está todo cercado. Aquella área que usted ve allá me sirve de pastoreo; aquella otra, -y señala a su derecha, – es tierra lista para sembrar. Es una lástima es que yo no tenga aquí electricidad. Mire a qué distancia están los postes, a unos 500 metros, dice. Las bombas están guardadas, y no te puedo decir cuántas cosas he perdido por la sequía, calabaza, el maíz se secó, los vi echarse a perder sin poder hacer prácticamente nada, teniendo una cantidad de agua tremenda, porque esta zona tiene bastante, incluso un pozo registrado y todo”, precisa el campesino.
Él y otros cuatro trabajadores se hacen cargo de preparar las tierras, de sembrarlas y cosecharlas. Perteneciente a la cooperativa de créditos y servicios Pelayo Cuervo, una de las de referencia en el territorio consolareño, este productor se alista para la campaña de frío, la más extensa y productiva para el país.
Plátano, malanga, arroz, boniato, unas 6000 plantas de fruta bomba, guayaba, aguacate, limón y mandarina, son algunos de los productos que Carlos tiene en estos momentos en producción y agradece infinitamente las lluvias provocadas por la tormenta tropical Idalia.
“A mí no me afectaron en nada, todo lo contrario, me fueron beneficiosas”, apunta.
Sus tierras, que llevan más de 40 años sin cultivarse, suelen ser muy productivas; es un suelo sano y de muy buenas propiedades. Carlos, además, posee independencia económica, no ha solicitado créditos, ni tiene deudas con el banco; prácticamente todas las acciones que ha acometido en la finca las ha realizado con financiamiento propio.
Todas las producciones están contratadas con la Empresa Integral y de Tabaco Consolación del Sur, de quien recibe, además, total apoyo.
UN PUNTAL EN LA PROVINCIA
A 5322 hectáreas (ha) asciende el plan de la campaña de frío en Consolación del Sur, un territorio de los más productivos de Pinar del Río, que tiene a su cargo, además de la alimentación de su gente, la responsabilidad de abastecer un mercado en la cabecera provincial.
El plan se desglosa en 1701 ha de viandas, 133.9 ha de plátano, 1857 ha de hortalizas, 299 ha de otras hortalizas y 7,9 ha de frutales, todas muy bien distribuidas por las UEB de la Empresa, de manera que quedan estrictamente definidas las áreas de cultivos varios y las de tabaco, según explicó Irma Álvarez Hernández, directora de Cultivos Varios de la Empresa Integral y de Tabaco Consolación del Sur.
Añadió que la UEB Sur es una de las más importantes del municipio con un plan total de 1673 ha, en tanto las cooperativas netas de cultivos varios se encargarán de garantizar alrededor de 1511 toneladas de alimentos.
Especificó que las contrataciones se hacen productor a productor y directamente con la empresa, con nombre y apellidos y en qué momento se va a sembrar.
Es tan importante el diálogo con los campesinos que 10 de ellos han sido seleccionados para poder recuperar la semilla de yuca, que en estos momentos está en déficit en el municipio. “Con ellos se conversó para que no cosecharan la yuca que tienen sembrada y poder dejarla para semilla. De igual modo, estamos construyendo un crac y pensamos ponerle unas 60 000 posturas de plátano para garantizar la siembra y tener el que falta en Consolación”.
“Cada contrato se hace con la asesora jurídica, la Empresa les facilita los recursos que pueda, los que tenga a la mano, que no siempre son suficientes, sin embargo, se ha hecho fácil el proceso, porque hoy los mismos productores se nos acercan para contratar sus producciones”, acota.
Sobre la experiencia de la campaña de primavera habla Belkys Díaz Pérez, directora de la Empresa Integral y de Tabaco Consolación del Sur. “Fueron potenciadas 136 ha de boniato, 127 de maíz, 14.5 de fruta bomba, 4.5 de malanga y 33 ha de yuca. En ese momento se identificaron 46 productores para estos cultivos, se vio el rendimiento de cada uno para calcular lo que debían entregar.
“Cada una de estas producciones fueron chequeadas con sistematicidad y como tuvimos buenos resultados, ya tenemos ahora los contratos de los 25 campesinos que van a sembrar 242 ha de frijol y también se va a potenciar un poco más de boniato”.
La empresa cuenta también con dos áreas de desarrollo. Una de ellas la integran las cooperativas Hernández León y la Raúl Maqueira, con 570 ha para la producción de viandas y hortalizas en la zona de Herradura y la otra está en la zona sur, en tierras de la CPA Águedo Morales y la CCS Pascual Martí, esta contempla unas 450 ha.
Precisa la directora que con ellos se ha trabajado diferenciadamente, partir de sus capacidades y rendimientos productivos.
LA CONSAGRACIÓN DE ARMANDO
Al momento de nuestra visita la semana pasada, Armando, un productor independiente que sostiene contratos con la Empresa, no había podido entrar aún al campo.
“Las lluvias fueron beneficiosas para muchos, para mí no tanto, yo no tengo un embalse, entonces llovió más de lo que necesitaba. Alrededor de 130 matas de fruta bomba se partieron, hace falta que cuando levante el sol no se haya `emborrachado` más ninguna”, comentó.
Explica que la semilla de tomate que habían usado para el semillero tampoco nació, quizás porque la habían extraído ellos mismos, precisa.
No obstante, ya disponía de la otra para regar el semillero nuevamente y también de la de pepino para garantizar la continuidad de la siembra.
“Tenemos unas dos hectáreas de pepino y calabaza con maíz, y esperamos que a finales de septiembre estemos alrededor de las dos caballerías al menos. El semillero de col sí se dio al ciento por ciento. Queríamos sembrarlo esta semana, pero le vamos a dar unos días más para no correr riesgos porque le llovió bastante”, explicó.
Su dedicación lo ha llevado a que sea él quien este año, y por primera vez en la empresa, siembre de forma extensiva cultivos de zanahoria y remolacha, exactamente una ha de cada uno. Es una experiencia nueva que quieren desarrollar y que puede arrojar muy buenos frutos, acota la directora de la entidad.
La mayor preocupación para Armando es, después de haber dedicado toda una vida al campo, que apenas encuentra fuerza de trabajo estable. “Sus trabajadores cobran 300 pesos diarios, y reciben desayuno y almuerzo, más cuotas significativas de los productos que se cosechan.
“Cuando arranque la campaña la gente se estabiliza un poco, pero en los últimos tiempos fluctúa bastante y es complejo trabajar así”, argumenta.
Armando y Carlos viven en la finca, o al menos pasan la mayor parte del tiempo en ella. El ojo del amo engorda el caballo, reza un viejo refrán, pero es, además, la garantía de la protección de sus cultivos y de sus animales.
Son conscientes de que en sus espaldas y en las del municipio recae una parte importante de la alimentación de Pinar del Río tan menguada en los últimos tiempos.