Por estos días fue noticia en las redes la realización de una técnica quirúrgica en el hospital provincial Abel Santamaría Cuadrado. La operación, primera de su tipo con estos fines en esa institución de Salud, denota, no solo la preparación de los especialistas, sino el fruto del trabajo en equipo.
Se trató de una pericardiotomía inferior (técnica de Parsonnet o Sauerbruch), para extraer el cable de un marcapasos que perforó el ventrículo derecho del paciente.
En aras de conocer los detalles, Guerrillero dialogó con parte del equipo médico que asumió la cirugía.
Según explicó la doctora Mailyn Vilaú Jiménez, especialista en Medicina General Integral y en Cardiología, se trató de una persona de 70 años de edad, que ingresó en la terapia por un bloqueo auriculoventricular de tercer grado, y se decidió poner un marcapasos.
A la hora de realizar este proceder, ocurrió una de las complicaciones descritas que puede suceder: la perforación del ventrículo derecho con el cable y el marcapasos se alojó en la pleura.
Comenta la doctora, que usualmente se trasladan hasta La Habana los pacientes a los que les ocurre, y se operan en instituciones como el hospital Hermanos Ameijeiras y en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.
“Para nadie es un secreto que no hay oxigenadores en el país, y al final se iba a tener que entrar de una forma muy similar, entonces se decidió hacerlo aquí y evitar el traslado hasta la capital”, expresa la joven cardióloga.
EL RETO DE OPERAR EN PINAR
Para tomar esa decisión, se consultó con el doctor Frank Denys Padrón Martínez, especialista de Primer Grado en Cirugía Cardiovascular y Medicina General Integral, máster en investigaciones de la arteriosclerosis, investigador agregado y Profesor Asistente, jefe de la sala de Cirugía Cardiovascular del hospital Hermanos Ameijeiras, quien estuvo de acuerdo con venir a asesorar al equipo de galenos vueltabajeros y formar parte de la cirugía; trajo, además, lo que pudiera faltar acá.
“En realidad se pensó que pudiera ser de mayor magnitud la operación. El marcapasos puede trasladarse de forma tardía, pero eso ocurre cuando el electrodo está muy a la punta del ventrículo derecho, que fue lo que pasó, perforó el ventrículo, traspasó diafragma y entró a la pleura del pulmón izquierdo.
“Se pensaba que al retirar ese electrodo, el paciente podía empezar a sangrar y taponeaba todo, e iba a hacer una complicación más grande, por suerte, no ocurrió”, explica Vilaú Jiménez.
Apuntó el doctor Padrón Martínez que cuando ocurre esta complicación, es un poco difícil extraer el electrodo, porque el paciente puede sangrar.
“Ante la solicitud de la doctora Mailyn fuimos a Pinar del Río a hacer esta técnica, en la que se hace una incisión por debajo del xifoides (por debajo del esternón, lo que se llama la boca del estómago) y por ahí se entra al pericardio, se corta el cable que está fuera del ventrículo derecho y los cardiólogos extraen la otra parte. Si sangra, se da un punto, y si no, pues no ha pasado nada”, sintetiza el doctor.
Agrega que para él fue un privilegio regresar al hospital en el que se formó: “Estudié en esa Facultad y en ese hospital, aunque cada día uno conoce menos médicos allí, también encuentra otros que pasaron por el Ameijeiras como residentes; otras personas son amigos de la infancia”.
Resulta significativo para el profesor que la gran mayoría de los que entraron ese día al salón eran jóvenes, “personas impetuosas, con las que las cosas fluyen mejor. Todos estuvieron muy dispuestos a ayudar y fueron receptivos a las pocas cosas que uno pudiera aportar”.
Para la doctora Martha Oriolo Estrada, especialista en Cirugía General, Profesora Auxiliar y jefa del servicio de Cirugía General del “Abel Santamaría”, “la parte más complicada de la cirugía fue por anestesia y cardiología, no por el procedimiento quirúrgico, pues se ha realizado aquí en otras ocasiones por traumas cardiacos y derrames pericárdicos.
“La connotación está dada desde el punto de vista de cardiología, pues es un catéter que había atravesado el corazón y había entrado a la cavidad pleural. Se pensaba que el paciente pudiera hacer algún otro tipo de complicación durante la retirada del catéter, que las hizo, pero desde el punto de vista anestésico y cardiovascular, no por el procedimiento quirúrgico”.
Yaritza Jiménez Moreno, especialista de Primer Grado en Anestesiología y Reanimación, asintió que el paciente hizo durante la intervención todos los trastornos del ritmo descritos, porque se estaba trabajando en área cardiaca y a corazón latiente.
“No obstante, se preparó al paciente y se monitoreó constantemente, lo que permitió corregir aquello que se fue presentando en el transcurso de la cirugía. También es importante contar con lo que se necesita y trabajar por protocolos”.
Por su parte, Williams Abelardo Ramírez Rodríguez, especialista de Primer Grado en Anestesia y Reanimación y jefe del servicio de Anestesia en el Hospital Provincial, enfatizó en la importancia de trabajar en equipo, que todo el mundo esté pendiente de los eventos que va haciendo el paciente. Uno se prepara a veces con tiempo, dijo, pero otras solo dispones de los minutos en los que se cargan los medicamentos.
“Y no deja de ser un reto, ya que en las instituciones de atención terciaria, los anestesiólogos se preparan dos años para trabajar con este tipo de pacientes, y el especialista de Cirugía se prepara para una cirugía cardiovascular, por tanto, desarrollan más habilidades.
“No obstante, los anestesiólogos tienen durante su formación como especialistas una rotación por el Cardiovascular para aprender a tratar cardiópatas”.
“Lo más importante en un quirófano es la labor en equipo. Saber que tus compañeros están bien posicionados, da una tranquilidad enorme para trabajar”, reconoce también Vilaú Jiménez.
Insisten en no dejar de mencionar a los otros colegas que participaron en la cirugía: el cardiólogo Raciel Victores Chacón, quien tuvo a su cargo el eco evolutivo del paciente; el doctor Roberto A. Crespo Rodríguez, especialista de Primer Grado en Cardiología, y la enfermera de la sala, la licenciada Marisol Carrera Padrón.
UN ESPACIO PARA LA CAPACITACIÓN
La presencia del doctor Padrón Martínez fue propicia para intercambiar en conferencia con los médicos del “Abel Santamaría”.
El doctor realizó una actualización sobre temas de Cirugía Cardiovascular que pueden emprenderse en la provincia, y así ayudar en la solución de importantes situaciones de Salud.
Sobre ese espacio de socialización dijo: “Nos referimos a esta misma técnica de Parsonnet o Sauerbruch, cómo se hace en el Ameijeiras y algunas modificaciones que han realizado otros médicos.
“También hablamos de otra técnica quirúrgica muy sencilla y que resuelve un problema muy importante, y es que cuando un paciente está en hemodiálisis, después de algún tiempo se agotan los lechos, las arterias y las venas en las que los nefrólogos pueden hacer la fístula para trabajar. Entonces hay una técnica que hacen los cirujanos cardiovasculares en el Ameijeiras que es entrar por minitoracotomía, por miniesternotomía o por una incisión paraesternal de unos tres a cinco centímetros, y se coloca el catéter de hemodiálisis o en el cava superior o en la aurícula derecha”.
Argumentó que este es un procedimiento relativamente sencillo, que con la calidad que tiene la Cirugía General en Pinar del Río se puede realizar con facilidad.
Se refirió igualmente a la miniesternotomía para sustituir la válvula aórtica, “porque la cirugía de sustitución de válvula aórtica es la más frecuente de las cirugías que se hace en el mundo, a partir de que la estenosis aórtica es también la enfermedad valvular más frecuente, por lo tanto, es un gran problema de Salud, no solo en Cuba, sino, sobre todo, en países con grandes presupuestos para la Salud”.
El doctor aseguró que el servicio de Cirugía Cardiovascular del hospital Hermanos Ameijeiras, del cual forma parte, está dispuesto a ayudar en lo que haga falta.
Pudiera ser esta la primera de muchas cirugías de su tipo ante estas complicaciones que se ejecuten en Pinar del Río, para ello, además de recursos y voluntad, se necesita de arrojo, valentía, preparación del personal médico y ese constante trabajo en equipo que permite el mejor de los resultados.