Con 4 932 nacimientos durante el año 2022, 379 menos que en 2021, Pinar del Río cerró con una tasa de mortalidad infantil de 5.9 por cada 1 000 nacidos vivos, cifra que está por debajo del indicador a nivel nacional y mejora considerablemente con respecto a la tasa de 9.6 presentada por la provincia el año pasado.
Aunque el propósito del Ministerio de Salud es estar por debajo del 4.0, el territorio reconoce el trabajo que se realizó para disminuir la tasa tras un año de pandemia y también de los embates del ciclón Ián.
Los Palacios con 2.3 y Sandino con 3.7 son de los municipios con mejores resultados, en tanto Mantua, Minas de Matahambre y San Luis ostentan tasas de cero mortalidad infantil.
Según precisó la doctora María Teresa Machín López-Portilla, jefa del Programa de Atención Materno Infantil en la provincia, dentro de las principales causas de mortalidad se encuentran las afecciones perinatales, sobre todo, el crecimiento intrauterino retardado, la prematuridad y el bajo peso al nacer.
Agregó que la mayoría de los casos se corresponden con neonatos, y en menor medida a niños de más de 28 días de nacidos, ya comprendidos en edad pediátrica.
La mortalidad infantil por defectos congénitos es de 0.2 y se mantiene dentro de las mejores del país.
En el año hubo dos muertes maternas para una tasa de 40.6 por cada 100 000 nacidos vivos, aunque se resalta que la comisión provincial de atención a la materna extremadamente crítica y grave no reportó defunciones en Pinar.
Aseguró Machín López-Portilla que para llegar a estos resultados se trabajó en la Atención Primaria en el perfeccionamiento del Programa, se completaron los grupos básicos, se insistió en que los titulares de los consultorios fueran los especialistas y se logró una mayor permanencia de los médicos en estos.
De igual modo, se elevó la calidad de las interconsultas y se hizo con rigor la evaluación de la mujer en edad fértil y para el control del riesgo reproductivo preconcepcional, en aras de que lleguen al embarazo en mejores condiciones. Se mantuvo el ingreso a mujeres con alto riesgo obstétrico, así como el seguimiento genético.
En la Atención Secundaria se fortaleció el pase de visita en los servicios de obstetricia, pediatría y neonatología, a la vez que hubo una adherencia a los protocolos de atención ante las principales afecciones obstétricas, pediátricas y neonatales.
Salud trabajó de manera intersectorial junto a Educación y la FMC para disminuir el embarazo en la adolescencia y hubo un fortalecimiento de las consultas municipales de planificación familiar.
La Atención a la Pareja Infértil, un programa priorizado para favorecer también el incremento de la natalidad, recibió en las consultas municipales de reproducción asistida 708 nuevas parejas y se lograron 255 embarazos, mientras en el Centro Provincial se vieron en consulta por primera vez 237 parejas infértiles y se lograron 75 embarazos.