Tras un 2023 que clasifica como el año de más incendios forestales en el último lustro, Pinar del Río se prepara para afrontar la etapa de mayor peligro por este tipo de desastres.
Según las estadísticas, en el mes de marzo la provincia ha llegado a registrar cerca de la mitad de los incendios que ocurren en Cuba, de ahí que las autoridades del territorio extremen las medidas ante un fenómeno que en el 80% de los casos sucede por negligencias del hombre.
El teniente coronel Alexander Pereda Burón, jefe del Cuerpo de Guardabosques (CGB) de la provincia, recuerda que el año anterior fue tenso, y que se registraron 160 hechos con una afectación considerable.
«En total, fueron más de 3000 hectáreas (ha)», precisa el funcionario y advierte que el factor humano sobresale como causa principal.
«Sobre todo por la quema de residuos de cosecha y la circulación de vehículos sin matachipas», detalla.
Aun cuando, como aspecto positivo, el 83% de los siniestros lograron sofocarse antes de llegar a las cinco hectáreas, Pereda Burón señala que también hubo siete incendios «de grandes proporciones» y dos de ellos de «muy grandes proporciones», en la zona de Montezuelo, en el municipio Mantua y en la zona de La Güira, del municipio de Los Palacios.
Entre las prioridades del trabajo, comenta, ha estado la atención a los llamados «puntos estratégicos» o aquellos lugares donde se acumulan grandes volúmenes de material combustible y que históricamente han resultado difíciles para el enfrentamiento.
A pesar de que durante todo el año persiste el peligro de incendios forestales, el funcionario explica que el período más crítico abarca desde enero hasta mayo y que en el caso de Pinar del Río se prevén los meses de marzo y abril como los más complejos.
«Estamos apreciando un rango de ocurrencia de entre 83 y 111 incendios, con afectaciones superiores a las 1 500 ha», dice, de ahí que a la par de las acciones adoptadas por el CGB y las empresas y organismos que con incidencia en el bosque, también se promueven tareas educativas con la población y llamados a cumplir las medidas establecidas para esta etapa, a fin de evitar pérdidas económicas y los serios daños al medio ambiente inherentes a un incendio.