Pinar del Río es conocida por muchos como la capital cubana del tabaco, merecida fama que debe a los años de experiencia y tradición en el cultivo de la solanácea y la calidad de sus hojas, perseguidas por los amantes de un buen puro.
También es reconocida mundialmente por la majestuosidad de su siempre verde Valle de Viñales, que atrae cada año a cientos de turistas, deseosos de poder admirar de cerca sus imponentes mogotes.
Pero no son pocos los que llegan atraídos por su ciudad, portadora de una sencillez encantadora. En ella se puede apreciar la mayor riqueza arquitectónica de la región, reflejo de sus etapas históricas y del modo de vida de sus pobladores.
Pinar del Río no es una urbe agitada ni de imponentes construcciones y tampoco cuenta con una intensa actividad nocturna, pero ofrece a los visitantes un balance perfecto, para quienes disfrutan la vida sosegada, entre los beneficios de la modernidad citadina y la calma que heredó del campo.
La arquitectura local se caracteriza por su eclecticismo, enriquecido por diferentes estilos como el Art Nouveau y el Art Decó, que a su vez se mezclan con elementos de la arquitectura colonial cubana y la racionalista; todos estos componentes conforman el estilo pinareño.
Nuestra ciudad no puede compararse con las grandes capitales, su ritmo no es vertiginoso, ni cuenta con gran número de altos edificios o una alta densidad de población, pero para los pinareños no hay mayor placer que recorrer sus calles para redescubrirla en cada esquina.
A casi dos años de pandemia, los paseos por su arteria principal han disminuido, porque el sentido común indica que debemos protegernos y las salidas se han reservado para la búsqueda de productos de primera necesidad o para quienes se mantienen trabajando desde sus centros.
Añoramos el momento de volver a caminar por ella sin la sombra de un virus que se roba la vida. Estamos más cerca de lograrlo, con el apoyo de todos no será un imposible. Cuando llegue el día podremos fundirnos en un solo abrazo, en la ciudad de nuestros amores.
Escrito por: Dayelín Machín Martínez.
BELLO SU TRABAJO, CONTINÚA ASÍ!!!!! ES IMPRESIONANTE Y TODOS LOS PINAREÑOS DE TODAS LAS ORILLAS PUEDEN ADMIRAR SUS RAICES.