La trova cubana ha sido más que un género musical, expresión genuina de nacionalidad, sentido estético, filosófico y artístico en las maneras de sentir, hacer y percibir la música.
Durante todo el año 2022, en el país se realizaron acciones de diversa índole, con el objetivo de celebrar y conmemorar el aniversario 50 de la fundación del movimiento de la Nueva Trova.
Pinar del Río estuvo casi ausente de tal acontecimiento.
Las plazas que debieran formar parte de la programación habitual de espacios caracterizados, no propiciaron que al menos, el público disfrutara de los principales artistas del territorio, muchos de ellos fundadores y otros consagrados exponentes.
Si bien, numéricamente hablando, no hemos sido tierra de cantidades de trovadores, sí contamos con una rica historia que inicia en gran medida con María Teresa Vera y en cuya lista hay que incluir por derecho propio a Carlos Mitidiery, Carlos Azofra y Aldo del Río. Parte de esos momentos fundacionales son Omar Pérez, Noel Gorgoy, Orlando Torres, Ana Cristina Pozo y Carlos Gener Padilla. Un poco más tarde aparecen Tony Carrera, los Hermanos Labrada, Eddy Espinosa y las imprescindibles Miriela Mijares y Yamira Díaz. También se integran a la nómina Omar Iván, Yordis Toledo, Víctor Quiñones y los dúos Graffiti y Fulano de Tal.
Durante el 2022 no fue significativa la participación de nuestros artistas en festivales, concursos o jornadas que a nivel de país se organizaron, ni se sistematizaron espacios promocionales que permitieran socializar en medios audiovisuales y plataformas virtuales sus obras.
Los festivales TrovaSí, La Guarapachanga y Nosotros no se realizaron; nuevamente la trova cayó en terreno baldío en tiempos cuando guitarra al ristre se cantó por toda Cuba y varios artistas partían físicamente (Omar Pérez, Pablo Milanés y Lázaro García).
En una maratón, se reconocieron en diversos espacios de reuniones, galas, matutinos y otros a los juglares pinareños y… para suerte de todos, inició el 2023 con una gala-homenaje que, con certeza artística y estética, dirigiera Noelvis Relova.
Quienes disfrutaron del espectáculo La Nueva Trova y más apreciaron la diversidad de estilos, estéticas y formatos por las que ha transitado el mencionado género musical. El acertado repertorio, las orquestaciones y los arreglos musicales, así como las interpretaciones, resaltan ante el público más exigente.
El adecuado uso de la tecnología, la composición, la selección de imágenes, el vestuario, la proyección escénica de los protagonistas y otros aspectos salen airosos, en una noche que también fue para distinguir con el Sello 50 Aniversario de la Nueva Trova a artistas e instituciones.
La reciente declaratoria como Patrimonio Inmaterial de la Nación a la Trova Cubana, coloca de manera ineludible la importancia de sistematizar, fomentar, preservar, incentivar, propiciar y promocionar lo que en materia institucional corresponda, para que público y trovadores disfruten de lo que por derecho se nos ha legado como valor y herencia artística, que no pocos consideran como banda sonora de la cultura cubana.