A veces la belleza está en las cosas más simples. La puede capturar el lente en la rutina diaria, el trabajo, el ocio, el azul, el verdor…
No solo la belleza de sus paisajes hace de Pinar del Río una atracción para el visitante. A los que aquí nacimos nos tomaría solo un minuto de nuestros días observar, detallar lo que se mueve a nuestro alrededor y muchas veces pasamos por alto.
Ella, la ciudad, es parte indisoluble de nosotros, la vamos construyendo de a poco y le ponemos tanto color cuanto más diversos somos.
Pinar es también eso, su gente, su cielo, sus rutas, su tradición.
Texto: Dainarys Campo Montesinos