Eduardo Diego Cruz chequea con recelo las labores de cosecha de papa en los campos del polo productivo Hermanos Barcón, ubicado en el municipio cabecera de la occidental provincia cubana de Pinar del Río, un sitio en el que los rendimientos son favorables hasta la fecha.
Las cosas van saliendo bien, tuvimos problemas al principio con los sistemas de riego que no había nada instalado; pero se hizo en tiempo y hoy vemos los resultados, aseveró el productor a un equipo de prensa trasladado hacia el lugar, a unos 18 kilómetros de la urbe vueltabajera.
A 23 toneladas por hectárea ascienden los rendimientos del tubérculo en lo recolectado hasta la fecha, cifra que supera las expectativas (19), pues se tenían en cuenta los años sin plantar el alimento en esos suelos y la siembra tardía a causa de retrasos con la entrada de semillas.
Para que no se detengan las faenas, diariamente apoya allí como promedio un centenar de trabajadores de empresas y centros laborales, los cuales se suman a la fuerza contratada por Eduardo, de cara a evitar el deterioro de la papa y acometer su recogida en tiempo.
Una hectárea por jornada constituye el ritmo que siguen, a pesar de que arrecie el sol, porque el ciento por ciento de la papa se encuentra lista, y la única máquina cosechadora ha presentado roturas.
Porque todos son conscientes de la necesidad de producir alimentos para la población, especialmente cuando una pandemia ataca al país y supone un peligro para la salud de los cubanos.
Y no descuidan los medios de protección para impedir la propagación de la enfermedad infecciosa provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, en tanto mantienen la distancia entre ellos y se desinfectan las manos con
hipoclorito de sodio.
De gran importancia para el municipio capital, Hermanos Barcón abastece semanalmente con sus producciones a los mercados agropecuarios estatales, placitas, garantiza las dietas médicas y actualmente llegan hasta las instituciones habilitadas para el aislamiento de los casos sospechosos y positivos a la COVID- 19 en la provincia.
Un total de 30 productores, los de mayores rendimientos del polo y sistemas de riego, asumen un plan de siembra especial que incluye 100 hectáreas de plátano y boniato, calabaza, habichuela, yuca, melón.
Independientemente de los golpes de la sequía se sigue trabajando en la preparación de suelos y así mismo plantamos maíz para el mercado agropecuario y la alimentación animal, precisó Sergio Travieso Sánchez,
director de Hermanos Barcón.
Hoy entregamos a la población boniato, pimiento, cebolla, tomate, plátano, calabaza; unas 200 toneladas de comida van rumbo a la ciudad, indicó.
Barcón tiene condiciones y suelos óptimos para garantizarle a la capital pinareña la comida que necesita, para enfrentar la situación en el país con la COVID-19, añadió Travieso Sánchez.
La presencia de esa enfermedad obligó a reordenar la producción de alimentos en Cuba, con énfasis en la agricultura urbana, suburbana y familiar y los cultivos de ciclo corto, a todos los cuales se les dedican
los recursos disponibles.