Lo acontecido en el festival “La Guarapachanga”, que transcurre hasta el próximo 20 de abril, demuestra que la música del llamado “Guajiro Natural” sigue teniendo un público que la espera
Aunque aún restan varias jornadas para que concluya el festival internacional de música “La Guarapachanga”, no es descabellado asegurar que el homenaje al cantautor Polo Montañez ya constituye uno de los momentos más memorables de la actual edición.
El tributo no solo trasciende por merecido y oportuno, en el año del 70 aniversario de una figura irrepetible en la música cubana. Acaso, resulta aún más valioso que el festival haya permitido el reencuentro del público pinareño con las melodías de Polo, ahora interpretadas por el grupo que lleva su nombre.
Varios asistentes al concierto que ofreciera la agrupación en Viñales manifestaron a Guerrillero su satisfacción con el espectáculo presenciado. Que Polo sigue vivo en su música, resultó un comentario recurrente allí.
Al respecto, también destacó en el programa guarapachanguero la presentación de una nueva edición del libro “Café amargo con salvia”, el más popular de los dedicados al cantor, y del CD Joyas del Guajiro, con una decena de temas que habían quedado inéditos.
Como si Polo lo hubiera hecho
Como un resurgir del proyecto califican varios especialistas la nueva propuesta discográfica del grupo Polo Montañez. Luego de un tiempo de cambios e incertidumbres en la agrupación, se presentan ahora con la mayoría de los músicos que acompañaron al “guajiro” en el escenario y con un repertorio que combina temas ya conocidos con otros que dejó inéditos.
“Cuando hicimos el disco nos trazamos la meta de que sonara como Polo lo hubiera hecho”, asegura Amaury Romero Borrego, director del grupo y familiar del cantautor.
“Estos temas que se grabaron, yo los vengo escuchando desde que era un niño, porque Polo los compuso entre los años 1980 y 1990. Mantuvimos la armonía, solo que los llevamos a varios géneros, los que Polo nos tenía acostumbrados a hacer”, explica.
Con el apoyo de la compañía Lusáfrica, la misma que diera a conocer al guajiro natural, el fonograma es comercializado en Cuba por el sello Bismusic, de Artex S.A.
Según adelantó Romero Borrego, aspiran a concertar presentaciones en Colombia, México y otros países en los que se recuerda mucho la obra de Polo Montañez. Pero, hacer llegar la música al público cubano, en especial a los pinareños, también es un gran anhelo.
“Nos hubiese gustado mucho que además del concierto en Viñales, tuviéramos uno en la ciudad de Pinar del Río. Tengo una añoranza muy grande de tocar aquí. Yo soy pinareño, no importa la división política administrativa que ahora nos ubica en la provincia de Artemisa”, confiesa.
Imitación, no: respeto
Más de veinte años han pasado desde la inesperada muerte del llamado “Guajiro natural”. Cuando un accidente automovilístico le arrebató de golpe la vida, su carrera profesional auguraba un ascenso sin límites; la gloria alcanzada parecía tan solo el comienzo. No hay que ser experto en el tema para comprender cuán complejo es defender ese legado.
María Eugenia Guerrero, una amplia conocedora de la industria musical, lo confirma: “Es difícil, sí. Polo es uno, no hay dos; pero el grupo ha sabido respetar su música, su sentimiento. Ellos saben que no se trata de creerse superiores ni de imitarlo; se trata de respetar el legado de Polo. Y lo que se haga hay que hacerlo bien, para demostrar a los otros que vale la pena”.
Maruchi, como también es conocida entre sus allegados, fue la representante de Lusáfrica en Cuba y por ende, una figura indispensable en la promoción de la carrera de Polo, una vez que grabó su primer CD, Guajiro Natural, con esa compañía.
“Fue bien bonito apoyar la carrera de Polo, pienso que fue una gran oportunidad que me dio la vida y siempre lo llevo conmigo”, dice.
En la actualidad, aunque su tiempo sea muy poco, también intenta colaborar en la divulgación del trabajo del grupo. “Nos toca rescatar todos los espacios posibles, no está siendo fácil; pero, con Polo, al principio tampoco lo fue”.
A propósito, la entrevistada destacó el valioso espacio que ha sido el festival “La Guarapachanga” para que Pinar del Río se reencontrara con la música de Polo, a quien se considera hijo de esta tierra.
“Este era un homenaje necesario. Creo que Polo se lo merece y que la gente se merece tener la música de Polo nuevamente. Hemos visto cómo el sentimiento de Polo se mantiene vivo, perpetuarlo es el compromiso que tenemos todos los que lo amamos y admiramos”, concluyó.
La escritora y periodista Marisol Ramírez Palacios también tuvo palabras de elogio para el más reciente disco del grupo Polo Montañez y su participación en el festival.
“Creo que es un suceso cultural lindo que el grupo se haya aventurado a traer a escena las piezas que Polo dejó inéditas. Cuando escuché al grupo tocar, sentí que Polo estaba vivo. Quedé muy impactada. La esencia de Polo ha sido preservada en este disco”, contó a Guerrillero emocionada.
Ella siguió la carrera del querido músico desde que comenzara a darse a conocer su talento. De las muchas entrevistas que pudo hacerle y una profunda investigación, nació el libro “Café amargo con salvia”; para algunos, el más completo de los que se le han dedicado.
El texto circula ahora en versión digital bajo el sello de la editorial Pablo de la Torriente Brau. Durante la presentación en el proyecto La Cachurra trascendió que en la nueva entrega se suma un capítulo dedicado a las vicisitudes que hubo de sortear la música del Guajiro Natural en Colombia, donde primero triunfó.
“Lo que interesa es aportar nuevos elementos sobre un fenómeno musical importantísimo para Cuba”, destacó la autora.
En la ocasión el poeta Lorenzo Suárez habló de unas 40 décimas dedicadas a Polo Montañez y recopiladas por la casa cultural Amauta. Luego, los músicos del grupo volvieron al escenario. Miriela Mijares, María Victoria Rodríguez y otros artistas presentes sumaron sus voces en una descarga tan auténtico como el propio guajiro de la Sierra del Rosario que conquistó multitudes con su poesía fresca y su ritmo contagioso. No hubo en el público quien pudiera permanecer indiferente a lo que allí ocurría.
Marisol Ramírez captó el espíritu del momento cuando apuntó: “Espero que Polo esté en un lugar lleno de paz, rodeado de música y riendo, viendo cómo la gente sigue buscando su música, su recuerdo”.