La producción de alimentos en Viñales no puede centrarse solo en la demanda de sus pobladores, tiene el reto de responder a la solicitud de la actividad turística, actualmente deprimida, pero a tener en cuenta en todas las proyecciones para el desarrollo agrícola en el territorio.
Ya conformaron su movimiento de Productores de Avanzada, 36 campesinos y 82 hectáreas (ha) de tierra.
DE CARA AL AUTOABASTECIMIENTO
Michel Alejandro Valdés Ravelo, director de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco (ABT) Viñales, precisó que hay 13 cultivos que son la prioridad y cuyas plantaciones serán las beneficiadas con la entrega de fertilizantes, recuperar las existencias de malanga y piña, es uno de los objetivos, pues existe una tradición en el municipio de liderar esas producciones en la provincia.
Como peculiaridad, el contrato con esos campesinos se establecerá directamente con la entidad, al eliminar intermediarios les permitirá brindarles una mejor atención y seguimiento, para ganar en oportunidad y que no sea esta una razón que incida sobre los resultados.
La estrategia apunta primero a incrementar las áreas potenciadas de esos productores, que cuentan con sistemas de riego, en dependencia de la disponibilidad de fertilizantes y plaguicidas, no obstante, con estas seleccionadas esperan un incremento en los rendimientos y por lo tanto mayor volumen de ofertas en los mercados.
Si estuviesen creadas las condiciones se incorporarían otros campesinos, siempre que reúnan los requisitos, entre los que es esencial la trayectoria en el cumplimiento de los compromisos con los destinos pactados; resaltó Valdés Ravelo que la aspiración es crecer y sumar.
Además, de las viandas, es vital para el territorio aumentar las plantaciones de frutales, hortalizas y condimentos frescos por la alta demanda de estos productos para el Turismo, a ello tributa la recuperación de las casas de cultivo, tanto las tradicionales como rústicas, para satisfacer el consumo de los viñaleros y contribuir a la sustitución de importaciones.
EN EL SURCO
Silvino Gámez Llánez, tiene consigo la experiencia que dan los años, y asegura que formar parte de ese grupo de productores es un orgullo, en su vega plantó malanga y maíz, sigue preparando tierras, lo hace con yuntas de bueyes, porque la falta de combustible limita el uso de la maquinaria, pero no le impide buscar alternativas para estar entre los que tribute al autoabastecimiento territorial.
Como un reconocimiento social a los campesinos y sus familias califica Sergio Villareal León, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el municipio, formar parte de los seleccionados, acota que son una representación de un sector que siempre ha dado el paso al frente y que una vez más responden.
No esperar por los recursos para empezar a sembrar y utilizar toda la tierra disponible es la posición que defiende Eduardo Santana Arronte, presidente de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Hermanos Barcón, porque son ellos desde el campo los que deben garantizar los alimentos de la población.
Ricardo Corrales Rivera, es de los hombres que durante la COVID-19 y la ausencia de turismo en el territorio se volcó hacia la producción agrícola, en sus siete hectáreas de tierra recupera la presencia de frutales, perdió una plantación de guayaba, pero las frutabombas empiezan a crecer y la piña sobrevivió a la furia de Ian, incluso a ellas ubicadas en una ladera, atribuye que los daños no fueran mayores.
Y aunque ahora asegura que es en esta actividad donde está su futuro, ya se encuentra en fase conclusiva la construcción de un ranchón con una vista privilegiada sobre el paisaje de Viñales para acoger a turistas, entre sus proyecciones se encuentra que recorran la finca y puedan escoger directo del campo la fruta que desean consumir.
Proteger los suelos es una de sus prioridades, “hay que cuidar la tierra, es la que nos da de comer”, afirma este campesino que considera un privilegio estar incluido en el grupo de Productores de Avanzada, lo que, a su vez, admite es una responsabilidad que contrae con la dirección de la Empresa y las autoridades políticas y administrativas del territorio, porque no se puede defraudar esa confianza.
LA ESPERANZA
El programa de soberanía y seguridad alimentaria es más que una política estatal desde la cual se gestan proyecciones individuales y colectivas, en ella está la sobrevivencia de una nación a partir del óptimo empleo de los recursos existentes.
Destaca Valdés Ravelo que cuentan con los hombres, la tierra y la voluntad de hacerlo, no faltará el empeño para lograr que en Viñales el autoabastecimiento territorial sea una realidad.