“La gente buena es la que ama a los animales, todos por igual. Los animales son seres especiales y quien ha tenido la suerte de vivir una conexión con ellos, lo sabe muy bien”
Keanu Reeves
No había pensado en escribir sobre este tema, que es tan especial e importante para mí y para las personas que dedicamos cada día a hacer, al menos algo, por el bienestar animal.
Pero varios hechos, acaecidos, unos hace un tiempo atrás y otros recientemente, me han llevado a alzar la voz por los animales, sobre todo, por esos que andan día y noche deambulando por las calles, esos que muchos miran con asco, indolencia y sin respeto alguno.
Hace varios días esperaba en una cola para comprar una bolsa de pan. Una señora me pidió ayuda para cruzar la calle, sin querer, pisé la patica de un perrito que descansaba en el borde de la acera. Enseguida me dispuse a acariciarlo y a disculparme con él, mientras un grupo de jóvenes se burlaban de aquella actitud mía.
Más que ira por aquella acción sentí mucha tristeza al ver el comportamiento de las nuevas generaciones, ya que si no son capaces de tener empatía y respeto por un simple animalito, ¿qué vamos a esperar de ellos hacia su propia especie?
Esas y muchas anécdotas más pudiera escribir sobre personas indolentes, en especial adolescentes, como aquellos que solo por diversión tiraron a un perrito de una cuarta planta, o el grupo de muchachos que sorprendí lanzándose una bola peluda. Los maullidos de terror de aquel gato, sacudido de un lado a otro, aventado y en ocasiones dejado caer por la impericia de esas manos infantiles, me llevaron hasta donde los niños. Desafortunadamente, a pesar de llevarme el felino a mi casa, el pequeño no sobrevivió a la noche.
Si los padres no les inculcamos a nuestros hijos que aprendan a llevar una convivencia correcta con su mascota; que a los animales hay que tratarlos con respeto, desde el cariño y el amor; si no fomentamos valores de generosidad y responsabilidad no llegarán a ser mejores personas en el futuro ni podremos construir un mundo mejor.
Tenemos la tarea de enseñarles que todos los animales sufren de la misma forma y grado que los humanos. Como seres vivos, ellos también sienten dolor, miedo, frustración, soledad.
Con la aprobación del Decreto-Ley de Bienestar Animal en nuestro país, se dio respuesta a numerosas opiniones expresadas en el proceso de consulta popular del proyecto de Constitución de la República de Cuba, sobre la necesidad de la existencia de una legislación específica de bienestar animal.
En Pinar del Río, como en casi todas las provincias, se han creado grupos de protectores y rescatistas, entre ellos Aniplant, que como las demás agrupaciones de protección y defensa de los animales son asociaciones sin ánimo de lucro, cuyo fin es la defensa y protección de las mascotas callejeras o abandonadas por sus dueños.
Dichas asociaciones realizan una labor encomiable unidas por un sentimiento común: la compasión y empatía hacia los animales. Pero no basta con un decreto, no basta con asociaciones o grupos. Cuidar de los animales compete a todos.