Un partido creó Martí para la independencia, el Partido Revolucionario Cubano, y uno solo creó Fidel para desarrollar la Revolución Socialista, el Partido Comunista de Cuba, con el que los cubanos somos libres, dignos, cultos, saludables, dueños y decisores por primera vez, en más de 500 años.
Los revolucionarios cubanos y sus militantes comunistas somos conscientes de lo que se ha logrado por el bien y beneficio de todos, con el Socialismo en Cuba; y que la importancia de un único partido, radica en su valor y utilidad como alma, arma y garantía segura de la unidad, la independencia, la libertad, la paz, el amor, la felicidad, y la continuidad del desarrollo de la nación socialista en beneficio de todos.
La obra económica, social y cultural de la Revolución, con el Partido Comunista al frente del pueblo unido, que disfrutamos, y la explotación despiadada que malvivimos antes de 1959 y el mundo capitalista inhumano e inviable, plagado de violencia, miseria, drogadicción, injusticia, y los países divididos con el pluripartidismo, dominados por la burguesía reaccionaria, confirman la necesidad de un único partido.
Nuestros avances sociales también son económicos, si tenemos resultados en lo social, inalcanzables aún en muchos lugares del mundo es porque nuestra economía los ha sostenido e impulsa; y continúan conduciéndonos hacia un futuro mejor, conveniente y beneficioso para el pueblo, las transformaciones realizadas y en desarrollo.
Cuba siendo un país del llamado tercer mundo, en su calidad de vida posee indicadores iguales y algunos superiores a los de los países más desarrollados, y cuenta con resultados científicos de altísimo nivel, reconocidos internacionalmente, que los continuarán mejorando.
Contamos con la protección y el acompañamiento de la sociedad, las instituciones, el Estado, el Gobierno y el Partido Comunista de Cuba; en cambio en el Capitalismo el ser humano vive desprotegido en la más absoluta soledad y abandono, y ¿qué es la soledad, la desprotección, la inseguridad y el abandono?
EN CUBA EL PODER DEL PUEBLO SOLO ES POSIBLE EN EL SOCIALISMO Y CON UN ÚNICO PARTIDO.
El poder real del pueblo para una distribución justa de los bienes, y vivir con dignidad, únicamente es posible en el Socialismo, de ahí lo imprescindible de mantener la unidad y perfeccionarlo, liderado por el Partido Comunista de Cuba, con el pensamiento y la obra de Martí, Fidel y Raúl, y con el ideario de Marx, Engels y Lenin.
En Cuba nos faltan cosas por alcanzar, pero no las principales para vivir con dignidad. El pueblo cubano sí es dueño de todo, las personas pueden acceder al deporte, la cultura, al estudio en todos los niveles educacionales, y son atendidas y curadas, gratuitamente; reciben de manera subsidiada medicamentos, transporte, agua, electricidad; el 95,6% de las viviendas son propiedad de quienes las habitan, el 1% son estatales arrendadas y el 1,8% perteneciendo a instituciones son habitadas por familias.
Las personas con limitaciones reciben protección del Estado, se les otorgan financiamientos para hacer sus viviendas y atender otras situaciones que lo requieran.
Existen altos niveles de seguridad ciudadana, de cultura, educación, salud, las personas pueden acceder a tierras para trabajarlas en beneficio propio, por solo citar algunos ejemplos.
En Cuba las riquezas del país, son para beneficio del pueblo; y el Gobierno, el Estado, el Partido y todas las instituciones y sus dirigentes, trabajan, gobiernan y sirven a favor del pueblo cubano.
Sabemos que tenemos muy buenos valores, no solo porque seamos cubanos, sino porque somos un país Socialista. También somos conscientes que solamente el Socialismo es capaz de formar masivamente el bien en los humanos y alcanzar la justicia plena, y que el capitalismo por su naturaleza es egoísta, injusto y explotador.
Luchar, como lo hacemos en Cuba, por nuestro Socialismo y su único Partido, el PCC constituye una responsabilidad y el más supremo deber de los seres humanos comprometidos con la sociedad y las generaciones futuras, que quieren y aman a los seres que los rodean, a la humanidad y a sus hijos. ¡Así ha sido, es y será, por eso somos y seremos triunfadores!
El Partido Comunista de Cuba, todos los días demuestra su valía en cada lugar y proceso de la nación. Constituye la vía necesaria e imprescindible para construir el futuro de Cuba. Su obra victoriosa la apreciamos en la mejoría de la calidad de vida de nuestro pueblo, enfrentando y venciendo dificultades, entre ellas la etapa más crítica del Período Especial y las agresiones enemigas de todo tipo, como el endurecimiento del cerco imperialista de estos tiempos.
En Cuba la existencia de un solo partido, no niega sino que este a través de las instituciones y organizaciones, asegura y promueve, la participación social, política y cultural de todos en la sociedad, con igualdad de oportunidades y posibilidades para decidir, crear y acceder a los bienes creados, algo realmente solo posible en el socialismo.
Por otra parte, lo del pluripartidismo es una falacia que impuso la burguesía, como mecanismo de dominación sobre las mayorías, para fragmentándolas y manteniéndolas en la ignorancia evitar que se liberen, alcancen y mantengan el poder, y hagan una distribución justa de las riquezas. Aquí no hay espacios para poderes y payasadas de partidos de bandidos y fanáticos, Cuba y el poder de su pueblo es cosa seria y sagrada.
¿Cómo explicar que en los países donde los pobres son mayoría, no hay candidatos pobres, ni pobres con poderes ?, ¿y cuando hay un candidato o un líder a favor de los pobres, qué hacen en su contra, las fuerzas de derecha, los gobiernos de Estados Unidos, las potencias capitalistas y sus seguidores? Miremos para la América y el mundo.
El imperio y dos o tres de sus lacayos mercenarios promueven la idea de más de un partido en Cuba para destruir el país y venderlo al capitalismo. Intentan destruir a Cuba, quieren eliminar también la esperanza de los pueblos del mundo.
Es de ignorantes pensar y tratar de hacer creer, que un sistema político, económico y social como el de Cuba, con resultados sociales en avances y con perspectivas beneficiosas para toda la sociedad, se pueda traicionar por el capitalismo, principal depredador de la humanidad y el medio ambiente.
El Partido Comunista de Cuba no solo es importante por su historia y obra a favor del pueblo; es imprescindible porque es necesario y útil. Su fuerza radica en la moral, la ética, en la proyección y práctica social humanista, comprometida con lo vital de una sociedad de justicia, paz, amor, libertad y creación; y la esencia principal de su valor consiste en su utilidad para nuestras vidas, familias, vecinos, la Revolución, la Nación, la Nacionalidad, la Identidad, la Cultura, las costumbres, las tradiciones y el desarrollo económico y social de nuestra Patria, con la unidad del pueblo.
LOS REVOLUCIONARIOS PARA EL TRIUNFO NECESITAN DE LA VANGUARDIA, QUE ES SU PARTIDO, QUE LOS EDUQUE, COHESIONE, CONDUZCA Y ACOMPAÑE.
A los cubanos no nos engañan, ni nos engañamos; revolucionarios ha habido en todas las épocas, pero no siempre han logrado la unidad necesaria, para el triunfo.
Para mantener las conquistas alcanzadas y consolidarlas es imprescindible el Partido Comunista de Cuba; la experiencia histórico social ha demostrado que solamente con revolucionarios no se alcanza y mantiene la victoria, es imprescindible dentro de sus filas, una guía segura que los prepare, eduque, cohesione, conduzca y acompañe, capaz de mantener la unidad por encima de todo, en la lucha, aún en las condiciones más adversas y difíciles, si no estos están condenados al fracaso, sin retorno a la victoria.
Incluso si en una derrota se conserva la unidad y los objetivos humanistas, se puede aspirar a la victoria nuevamente, lo que no se podría alcanzar jamás en la división. La historia de Cuba, en las guerras de 1868 y 1995, en la Revolución de 1933 y algunos signos del sectarismo de principios de la Revolución, así como la del Mundo, lo muestra con elocuencia.
Fidel, Raúl, el Che, Blas Roca Calderío, Osvaldo Dorticós, Carlos Rafael Rodríguez, Armando Hart, y tantos revolucionarios, militantes, con las experiencias de Martí y de Lenin, dedicaron sus vidas con desvelo al estudio, investigaciones, encuentros, debates, consensos, trabajos, escritos, discursos, a la lucha por un único Partido para Cuba; tuvieron en cuenta vivencias, contradicciones de las luchas, y los sufrimientos del país en la partidocracia antes de la Revolución, y también las causas y consecuencias de los indicios de ambiciones y posiciones sectarias de algunos individuos dentro del proceso revolucionario.
Todo esto nos sirve de punto de partida a los revolucionarios para continuar su obra e ideas, trabajando con y por un solo Partido, como vía imprescindible para la unidad. Igual experiencia hemos extraído de las ideas, principios, leyes, derechos, normas y formas organizativas, concebidas por nuestros líderes con respecto al poder del pueblo, con el Poder Popular, la dirección colectiva, la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, el vínculo permanente con las masas, la justicia social, la democracia, las elecciones, la ética y la moral revolucionaria, y el antiimperialismo. Estas son esencias, muy bien estudiadas, construidas y forjadas por los fundadores de la Revolución, que hay que conservar porque la Revolución Socialista depende totalmente de ellas, pues constituyen el alma, las armas y garantías del pueblo.
De ahí que por encima de todo está la unidad, y esa la asegura en Cuba el partido único con su pueblo, una obra maestra en constante perfeccionamiento, que tendremos que agradecer por siempre a Martí, a Fidel, Raúl, Machado Ventura, especialmente, y a los militantes, al pueblo y a su juventud que lo han nutrido y nutrirán por siempre.
En Cuba, en 500 años, cuando únicamente se salió por los campos, montes, montañas, barrios a dar soluciones a los problemas y necesidades de la sociedad cubana, ha sido después de 1959, con la Revolución y sus líderes, y en toda la historia de Cuba el único partido que ha hecho por el bien de la gente humilde, por las mayorías, es el PCC.
El Partido y sus líderes siempre han reconocido como protagonista y artífice fundamental de todas las victorias al pueblo. La obra del Partido en Cuba no es la de sus militantes, es la de todo el pueblo cubano unido, militantes y no militantes, todos fraternalmente abrazados en pensamiento y acción a las ideas y principios del Socialismo.
Hemos apostado y luchamos por el bien común, porque hemos comprendido que solo puede haber buenas relaciones humanas, en paz y amor, con la distribución justa de los bienes creados, y que el Socialismo es el único medio económico, político, social y cultural para lograrlo.
El Partido es combate y triunfo porque el pueblo va con las ideas y beneficios espirituales y materiales que le aporta la lucha del Socialismo, y el lugar que hoy ocupa el PCC en la sociedad cubana, como su fuerza dirigente, es porque este es su vanguardia y guía, y parte indisoluble de ella.
Los cubanos sabemos muy bien a lo que se ha dedicado y se dedica el Partido Comunista en Cuba, y también a lo que se dedicaba la partidocracia burguesa antes de 1959, y a lo que se dedican hoy los partidos en este mundo, cuando los pueblos se mueren de hambre, miseria y enfermedades, y son víctimas del crimen organizado, la droga y otros flagelos.
Por: José Luis Granda Morejón