En esta carrera mundial y contra reloj que es la lucha contra la COVID-19, la vacunación tiene un peso extraordinario, pues han aclarado los científicos que la inmunidad por vacunas es mucho más efectiva y segura que la inmunidad por contagio de la enfermedad. Incluso, no pocos refieren que la conjugación de ambas sería el punto óptimo.
El caso es que Cuba, un referente a nivel internacional en la producción de vacunas y medicamentos, desarrolló cinco candidatos vacunales, de los cuales tres ya son vacunas, para proteger a su población en el menor tiempo posible.
Así, Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus llegaron al escenario científico cubano con la mayor de las alegrías, y las tres cuentan con el autorizo para uso de emergencia que otorga el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), conforme a lo dispuesto en las regulaciones y disposiciones vigentes, una vez demostrado que se cumple con los requisitos y parámetros exigidos en cuanto a calidad, seguridad y eficacia.
Abdala nació en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, CIGB, mientras las ´soberanas´, tienen como titular al Instituto Finlay de Vacunas, ambas instituciones de reconocido prestigio científico.
En estos momentos se dialoga con expertos y funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar inicio al proceso de reconocimiento global de las vacunas cubanas, aunque no pocos países cercanos ya se han mostrado interesados en ellas y han aprobado también su uso, como Venezuela y México.
Sin embargo, es probable que todo ello no sea suficiente para que el más incrédulo se convenza de que vacunarse es una opción nada desestimable.
Quizás lo más esclarecedor que leído al respecto, sea este texto, “Las vacunas cubanas sí tienen “pedigrí”, publicado en Cubadebate el 14 de septiembre pasado, del investigador Daniel García Rivera, jefe del Laboratorio de Química de la Universidad de La Habana y quien tuvo a su cargo una parte importante en la confección de Soberana 02 en colaboración con sus autores principales.
Dice el científico: “Hay tres razones fundamentales por lo que las vacunas soberanas han sido de las primeras en el mundo en ser aprobadas para su uso, no solo en adolescentes sino también en niños pequeños. Los estudios han demostrado que primero son muy seguras, segundo son muy efectivas y tercero, tienen “pedigrí”.
“¿Qué cosa es eso? Pues que al igual que un perro lo adquirimos porque sabemos que sus ancestros eran tranquilos o fieros o de orejas grandes, así igual sabemos que Soberana pertenece a una familia de vacunas que ha sido usada en niños durante décadas, con un nivel de seguridad que es imbatible por cualquier otro tipo de vacunas.
“Estoy hablando, por supuesto, de las vacunas de subunidades de proteínas.
“Así, cuando nuestros investigadores y autoridades sanitarias aprueban las ´soberanas´ para ponérselas a tus hijos, no solo lo hacen por lo que saben de ellas, que es lo fundamental, sino además analizan su historia de familia. Miramos si esa familia tiene o no historia de efectos adversos, etcétera, su historia vale mucho. En realidad, apostamos por ellas también por su pedigrí.
“La mayoría de las vacunas que se ponen los niños desde que nacen son de esta familia, ejemplo, tétano, difteria, hepatitis B, papiloma humano,… En el caso de Soberana 02, es de una subfamilia de las vacunas de proteínas, las llamadas vacunas conjugadas, en las que Cuba es un líder a nivel mundial. De esta subfamilia, se usan en niños vacunas contra Hemophilus influenza B, meningococcus y pneumococcus, sin las cuales millones de niños no hubieran llegado al primer grado. (…)
“Abdala también tiene un hermoso pedigrí, es prima hermana de la vacuna cubana contra la hepatitis B que le ponen a todos nuestros niños”.
¿Genial verdad?
Las vacunas cubanas son fármacos seguros, lidereados por equipos de investigadores con amplia trayectoria en el campo de las ciencias y distinguidos no solo por sus resultados, sino por una ética y moral en sus áreas de especialización, que hacen que su trabajo sea más confiable.
En Cuba ha quedado claro que la vacunación es voluntaria; sin embargo, cada cepa que aparece sube aún más los índices requeridos para la inmunidad de rebaño de la que tanto se ha hablado y que es necesaria para eliminar el virus.
La OMS advierte que solo altos niveles de vacunación, un reto hoy sobre todo para los países más pobres y con escasas posibilidades de desarrollo y producción de vacunas propias, ayudarán a levantar la inmunidad ante el Sars-CoV-2.
Hasta este cuatro de octubre, según cifras del Minsap, se acumulan en el país 21 681 271 dosis administradas con las vacunas cubanas Soberana 02, Soberana Plus y Abdala.
“Hasta la fecha, han recibido al menos una dosis de una de las vacunas cubanas 9 524 916 personas. De ellas, ya tienen segunda dosis 6 837 401 personas y tercera dosis 5 318 954 personas.
“Tienen esquema de vacunación completo 5 550 385 personas, que representa el 56,7 por ciento la población cubana”. De los cuales, 243 445 son pinareños.