Desde el primero de febrero no es posible solicitar subsanación de error a los bancos si usted se equivoca al realizar una transacción y emplea su tarjeta en MLC para una operación de CUP.
Atenderán las reclamaciones pendientes que se hicieron antes de esa fecha. Sin embargo, de ahora en lo sucesivo es imprescindible poner atención porque físicamente son iguales, lo que es motivo de confusión, aunque tienen numeraciones específicas.
A los clientes del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) que utilicen la aplicación Transfermóvil, si la última cuenta a la que recurrieron fue la de divisas convertibles y lo olvidaron, les aplican la tasa oficial de cambio, que ya sabemos está muy distante de la que rige en el mercado informal, única opción para quienes no reciben remesas del exterior y a la que es preciso recurrir –pese al elevado precio que sigue en ascenso– porque la mayoría de los productos de primera necesidad solo están disponibles en esa red comercial.
Si usted fue de los que convirtió CUP en divisas a esa tasa y se los evalúan a 24, cuando menos querrá arrancarse los pelos.
Sin minimizar el cuidado que cada quien debe poner en el manejo de las finanzas personales, lo realmente molesto es que no hay posibilidad de que el error sea a la inversa, porque los mecanismos creados para el comercio electrónico no le permiten a usted pasar una tarjeta de CUP y pagar en MLC, ni transferirlos como si fuesen tales. Si el sistema es lo suficientemente “inteligente” para detectar ese error en una dirección, ¿por qué no en la otra?
La aplicación de Transfermóvil para los bancos Metropolitano y Popular de Ahorro (BPA) incluye la opción de elegir la cuenta a operar, algo que no está disponible para los usuarios de Bandec.
¿No está el ciudadano desprotegido en este caso? ¿Sus derechos como cliente a recibir un servicio de máxima calidad no están siendo violados? En mi opinión, ambas preguntas llevan respuesta afirmativa.
Pero esas no son las únicas interrogantes, ¿ese “fallo” es fruto de la ineptitud o un acto de mala fe? ¿Es acaso una estrategia para disminuir la capacidad de compra en MLC sin el expendio de mercancías? Cuando comenzaron a aparecer los errores en las transacciones que no son exclusivas de un solo banco ¿por qué no se buscaron alternativas para minimizar ese margen humano que nos hace propensos a la imperfección?
En el caso de los cajeros automáticos es comprensible que si usted introduce su tarjeta en MLC le dispensen CUP, porque es la única moneda que circula en el país; pero en los otros canales de pago, aunque debe estar la opción disponible, ¿no podrían incluirse mensajes de alerta?
Hoy cualquier ciudadano promedio tiene tres o cuatro tarjetas magnéticas: salario, cuenta corriente de ahorro y MLC, aunque pueden ser más si tiene descuento por nómina, es trabajador no estatal o tiene un jubilado a su cargo, por solo citar algunos ejemplos de los más comunes.
Facilitar el manejo de esas cuentas en un país que propugna la generalización del comercio electrónico no es algo que deba demorarse en el tiempo, máxime si tenemos en cuenta el envejecimiento poblacional y que como nación entramos a la era digital con muchos años de atraso respecto al mundo. Que estas plataformas sean funcionales, eficientes, seguras y cómodas es también una manera de elevar la calidad de vida de la población.
La disposición de no atender más subsanación de errores por este concepto debe tener como respaldo la transparencia y sencillez de los propios canales electrónicos, porque a ojos vistas los problemas que presentan los actuales van en detrimento de la economía del cliente, ese que, según preceptos, siempre tiene la razón.