La Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río (UCM) fue seleccionada como sede del acto provincial por el triunfo de la Revolución, como justo reconocimiento a sus resultados docentes e investigativos y al papel desarrollado por sus estudiantes y trabajadores en el enfrentamiento a la COVID-19.
Esta institución, de gran prestigio a nivel nacional e internacional, ha graduado hasta octubre de este año 29 760 profesionales cubanos de la Salud, de ellos 9 480 de medicina, 6 662 de enfermería, 5 770 de las diferentes tecnologías, 1 165 estomatólogos, 6 493 técnicos medio, y 190 psicólogos.
A ellos se suman 2 700 extranjeros, de los cuales 1 659 han sido médicos.
PUNTAL EN LA DOCENCIA Y LA INVESTIGACIÓN
Aunque la última etapa ha sido sui géneris para todas las escuelas del país, es válido resaltar que esta casa de altos estudios ha consolidado el sistema de postgrado académico.
El mismo comprende todas las líneas priorizadas de investigación, y potencia los proyectos que tributan al desarrollo socioeconómico del territorio, así como los indicadores de producción científica y tecnológica de la propia Universidad.
Además, a la UCM y su Facultad de Ciencias Médicas Ernesto Guevara de la Serna se les ratificó como entidad innovadora y sobresale la actividad investigativa estudiantil con la obtención de premios relevantes, destacados y menciones en foros a todos los niveles.
Como investigadores fueron categorizados 264 profesionales en las diferentes categorías y se amplía el número de ensayos clínicos en los que participa en distintas fases.
De igual modo, la Universidad se prestigia con un incremento significativo de los especialistas de segundo grado, de másteres, así como de doctores en Ciencias.
Además, el plan de formación doctoral aprobó más de 100 temas en el Consejo Científico Provincial y en el Citma.
Y todo ello pudiera parecer menos importante, aunque en realidad no lo sea, si no se habla aquí de su calidad humana, del valor de sus estudiantes y de sus trabajadores, los docentes, los administrativos y los de servicio, porque son ellos, para ser justos, los verdaderos protagonistas de esta escuela.
El doctor Juan Manuel Lemus Quintana, rector de la UCM, aseguró que “recibir la sede del acto es un reconocimiento a todos los trabajadores de la Universidad, a su esfuerzo y a su compromiso con la Revolución, pues en los momentos más difíciles estuvieron ahí y se pudo contar con ellos”.
PINAR EN MEDIO DE LA PANDEMIA
Cuando el 11 de marzo de 2020 se identificaron los primeros casos de COVID-19 en Cuba, la UCM puso a disposición de la dirección de Salud a sus estudiantes y profesores para garantizar la pesquisa activa en la provincia.
Por eso, cuando la mayoría respetaba el Quédate en casa, los estudiantes de las Ciencias Médicas subían y bajaban escaleras, caminaban varias cuadras y desandaban caminos para encontrar a aquellos que pudieran estar enfermos.
Esta fue una tarea que se mantuvo hasta ahora, cuando se retorna a la normalidad, o para ser más precisos: aprendemos a vivir en la nueva normalidad.
Y fueron estudiantes de sexto año de Medicina los primeros en dar el paso al frente en el hospital pediátrico Pepe Portilla cuando se abrió la Zona Roja y empezaron a aparecer niños contagiados, y fueron alumnos también los que asumieron, al igual que los de la Universidad Hermanos Saíz, el voluntariado en los centros de aislamiento primero y en hospitales de campaña después.
Al respecto, Eduardo Enrique Cecilia Paredes, estudiante de quinto año de Medicina y presidente de la FEU de la UCM, dijo a Guerrillero: “Aparejado a la pesquisa se nos dio la tarea de apoyar el trabajo en los centros de aislamiento. Más de 750 estudiantes nuestros entraron a los dos centros que tuvimos, pues uno estuvo aquí en la sede central, en el bloque dos de la residencia estudiantil, y el otro en el bloque docente Simón Bolívar. Se hicieron relevos de más de 120 equipos, o tripulaciones como se ha denominado a estos grupos.
“Después se nos dio la misión de apoyar la vacunación; y la última tarea asignada a los estudiantes de las Ciencias Médicas fue el trabajo directo en el hospital León Cuervo Rubio, para realizar allí función asistencial”.
Este joven resaltó también que 25 estudiantes de quinto año de Medicina asumieron la labor asistencial en los tres centros de aislamiento del municipio de Mantua, en los puntos vacunales y en la pesquisa activa en las comunidades, ante un llamado expreso del ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda.
“Sin embargo, lo más grato, lo que nos queda de allí, es el agradecimiento del pueblo mantuano”, expresó el presidente de la FEU.
Al referirse al regreso a la docencia, precisó que se readecuaron los programas de estudio de manera que la autopreparación sea fundamental.
“Juega también un papel protagónico el pase de visita allí donde hay personas ingresadas; es un momento que hay que aprovechar al máximo, porque la medicina se aprende haciendo”, acotó.
Lemus Quintana señaló que la UCM es en sí el Sistema de Salud, si se analiza que la educación en este sector es vinculada al trabajo.
“Desde primer año los alumnos están relacionados con los centros asistenciales, y por eso tenemos los escenarios de formación, que incluyen 628 consultorios del médico de la familia, cinco hospitales, los hogares maternos, 19 policlínicos, sus salas de rehabilitación, ocho clínicas estomatológicas y otras unidades como Higiene y Epidemiología, por ejemplo.
“Todas esas instituciones brindan asistencia, son educativas y los que allí forman a los alumnos integran nuestro claustro el cual asciende a más de 2 200 profesores”, indicó el rector.
La UCM, que tiene en la actualidad una matrícula de 5 604 estudiantes, de ellos en el regular diurno 3 463 y el resto por encuentros, cursos para estudiantes extranjeros, el técnico medio, el técnico superior de ciclo corto y los obreros calificados, se mantuvo trabajando con los últimos años de cada carrera todo el tiempo del azote de la COVID-19.
Esta decisión garantizó que los jóvenes se graduaran en tiempo y se incorporaran a la asistencia de inmediato, en función del contexto epidemiológico que vivió la provincia en los meses de agosto y septiembre, fecha en la que Pinar del Río se convirtió en epicentro de la pandemia en el país.
Por ello en julio egresaron 992 estudiantes, 531 médicos, 46 estomatólogos, 74 licenciados en enfermería y el resto pertenecientes a las diferentes tecnologías.
Se mantiene, además, el posgrado “para dar respuesta a las necesidades del país, pero Cuba no solo forma profesionales para sí, sino también para prestar servicios en el extranjero, allí donde sea necesario”, destacó Lemus Quintana.
Precisó que de los programas de especialidades que están en ejecución en la provincia, cinco son estomatológicas, igual número de enfermería y 45 médicas.
Sobre el impacto de la UCM y su accionar en el contexto vueltabajero, reflexionó:
“Las universidades hoy deben verse reflejadas en el cambio que generen a nivel de la sociedad y en sus alrededores. En nuestro caso viene desde el año 1968, cuando dio inicio la docencia médica en Pinar del Río, y que se complementó después con la apertura de la facultad en 1979 y el vínculo con el hospital León Cuervo Rubio. Todo es parte de un largo proceso que se mantiene hasta hoy con formas de hacer diversas, pero en el cual los principios fundacionales se mantienen”.