En las Plantas de Producción de Parenterales del Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) se prioriza la obtención de la Biomodulina-T y del medio de transporte de muestra para diagnóstico de la COVID-19 (BTV), en aras de satisfacer la demanda nacional.
Los dos productos fueron reconocidos recientemente con el Premio a la Innovación Tecnológica, otorgados mediante Resolución 1/2021 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y tras un escalado en sus producciones continúan favoreciendo la batalla cubana contra la pandemia.
Humberto Pérez de la Concepción, jefe de las plantas en esa empresa de alta tecnología, explicó a la prensa que las dos instalaciones donde se obtienen ambas variantes laboran las 24 horas toda la semana, y los trabajadores se turnan para no detener el proceso.
Gracias a ese esfuerzo, añadió, diariamente logran volúmenes de hasta 100 litros de formulado en cada producto, lo cual garantiza alrededor de 30 mil unidades por lote, respectivamente.
Estos avances resultan posibles hoy por la capacidad de los profesionales de la institución para actuar ante una situación de emergencia como la generada por el nuevo coronavirus, confirmó el Doctor en Ciencias Alexis Labrada Rosado, director de Investigación y Desarrollo en BioCen.
Resaltó en ese sentido la osadía de los científicos al asumir la elaboración del BTV sin una experiencia de ese tipo, pues aunque el centro contaba con un grupo dedicado al diagnóstico microbiológico y medios de cultivo, se trataba de un modelo diferente que debía ser compatible con el instrumental para la realización de PCR.
No obstante, agregó, asumimos la misión, dada la poca seguridad en el abastecimiento del medio de transporte del virus al país por las afectaciones de la pandemia, la inexistencia de cadenas logísticas regulares, y los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.
El directivo precisó que, con mucha dedicación, en poco tiempo generaron diversas propuestas en colaboración con el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y pudieron concretar la composición final, la cual no conocían exactamente, pues las referencias internacionales no ofrecían datos cuantitativos.
También calificó como innovadora la forma de llenado del producto, ya que usualmente se presentaba en tubos plásticos -la forma más conveniente-, pero al no poseer la instalación para ello, los expertos de BioCen optaron por emplear los mismos viales utilizados para las vacunas, una alternativa factible.
No obstante esta ingeniosa opción, Labrada Rosado informó que no renuncian a implementar una producción en tubos plásticos y con ese fin se proponen contar con las condiciones requeridas, lo cual conlleva ciertas inversiones.
En cuanto a la Biomodulina-T, muy eficaz en el fortalecimiento de la inmunidad en los adultos mayores y clave en frenar el avance del nuevo coronavirus en los hogares de ancianos, detalló que el fármaco tiene una historia de producción de más de 10 años, una tecnología bien establecida, capacidad productiva y resultados comprobados.
Dicho fármaco tiene variadas aplicaciones y en estos momentos se desarrolla un ensayo clínico para evaluar su eficacia y seguridad como terapia complementaria al tratamiento antirretroviral en pacientes con VIH-Sida, y otro en niños con diagnóstico clínico-inmunológico de inmunodefieciencia primaria con Hipoplasia Tímica, añadió.
Gran cantidad de productos biotecnológicos e inyectables parenterales de los centros de la industria biotecnológica en Cuba son producidos en la Planta de BioCen, entre ellos la Eritropoyetina Humana Recombinante, del Centro de Inmunología Molecular; Jusvinza, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología; y el importante candidato vacunal Soberana 02, del Instituto Finlay de Vacunas.