La primera y segunda parte de esta reflexión teórica estuvo dirigida fundamentalmente a argumentar los elementos que sostienen el liderazgo real y efectivo de la propiedad social socialista en el proceso de Actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista (modelo económico en lo adelante). El presente artículo tiene la misma pretensión, pero profundizando en nuevos elementos valorativos, que son importantes para hacer un análisis más integral sobre este importante tema.
Poseer liderazgo real y efectivo debe manifestarse en la hegemonía, en toda la producción material y de servicios del país y en sus sectores estratégicos; en la ocupación de la fuerza laboral; en el desarrollo científico-tecnológico; las inversiones, y en el presente trabajo se estarán presentando tres nuevos elementos que sirven para ratificar el liderazgo de la propiedad social socialista. Ellos son: superioridad en los aportes al Presupuesto del Estado; los resultados en la esfera social y en la subjetivación por los trabajadores de su propiedad social socialista.
- Superioridad en los aportes al Presupuesto del Estado.
Las empresas estatales deben ser las de mayores aportes al Presupuesto estatal en una economía sustentada sobre la propiedad social socialista. Los tributos, contribuciones e impuestos, provenientes del sector empresarial, son decisivos en el propósito de contribuir a los ingresos al Presupuesto del Estado.
En el año 2018 los ingresos tributarios del sector estatal representaron, aproximadamente el 85 por ciento del total de la recaudación, ratificando a las empresas estatales como las mayores aportadoras, en tanto el sector no estatal participó en 13 por ciento de los ingresos totales.
Para el año 2018 se proyectó que los aportes del sistema empresarial cubano debían cubrir más del 80% de los 57 200 000 000 de pesos previstos a tomar como ingreso bruto y el destino principal del Presupuesto serían los programas sociales y de esa forma se manifestó en los siguientes años que incluyeron la pandemia COVID-19. En ello destacan, entre otros, los resultados obtenidos en el sector de la salud pública, la educación, el deporte, la cultura.
A salud pública y asistencia social, el Plan del Presupuesto del Estado para el 2022, le destina 56 503 millones de pesos, que permiten la atención universal, gratuita y de calidad a toda la población cubana, logro que durante los últimos 58 años se ha compartido con más de 100 países. Esta cifra garantiza la prestación de más de 115 millones de consultas médicas; el funcionamiento de de 150 hospitales, 449 policlínicos y 113 clínicas estomatológicas, la atención a las gestantes en 141 hogares maternos, 158 hogares de ancianos y 301 casas de abuelos.
Para los subsidios a productos y servicios de alto impacto en la población se asignan 39 666 millones de pesos; la vacunación de refuerzo se respaldará con 500 millones de pesos; a la educación se destinan 55 373 millones de pesos para el estudio y formación de 1 569 000 niños y jóvenes.
El sistema empresarial estatal y cooperativo pueden aportar más si superan –y tienen potencialidades para ello- las metas de eficiencia propuestas para el ejercicio fiscal de este año. Además de resolver los marcados problemas presentados en 500 empresas estatales que cerraron el año 2021 con pérdidas por diferentes causas. Las problemáticas que se presentan son disímiles y obstaculizan el funcionamiento de la economía.
- Resultados en la esfera social
Dos de los principios del socialismo en Cuba que sustentan el modelo económico son: “El ser humano es el objetivo principal y sujeto protagónico; su dignidad, igualdad y libertad plenas,…” y “El reconocimiento moral y jurídico de la igualdad de derechos y deberes de la ciudadanía y de las garantías para hacerlos efectivos con equidad, inclusión, justicia social…”. Estos principios han estado presentes en la Revolución Cubana desde 1959 y la Conceptualización del modelo económico los destaca como elemento distintivo de los rasgos de la Revolución en la nueva etapa.
La base económica sobre la cual se sustenta la economía y la política está cimentada sobre las relaciones de propiedad socialistas de manera predominante, lo que permite mantener estos principios.
Las conquistas alcanzadas en la esfera social durante la etapa revolucionaria son innegables, aun en las condiciones más difíciles de crisis económica, recrudecimiento del bloqueo y crisis sanitaria por la COVID-19. La política aprobada está encaminada a impulsar el desarrollo integral y pleno de los seres humanos, así como mantener las conquistas alcanzadas en materia de acceso a la atención médica, la educación, la cultura, el deporte, la recreación, la justicia social, la tranquilidad ciudadana, seguridad social y asistencia social.
Otro elemento importante ha sido la formación del capital humano a lo largo del proceso revolucionario cubano, sustentado sobre la base de la existencia de la propiedad socialista de todo el pueblo, la que ha permitido la formación integral de todos los ciudadanos de la nación.
Un resultado tangible, de la tranquilidad ciudadana se reconoció en la XXXVIII Feria de Turismo española, celebrada en enero de 2018. En este importante evento Cuba recibió el premio “Excelencia” como país más seguro para el turismo.
Otro de los resultados sobresalientes y dignos que desataca del 2017 y 2018 fue la conquista de una tasa de mortalidad infantil de 4,0 por cada mil nacidos vivos, la más baja de la historia y resultado del trabajo de ese capital humano que se ha venido preparando, dicho comportamiento se vio afectado en el 2020 y 2021, por la crisis provocada por la pandemia COVID-19 registrándose el pasado año una tasa de mortalidad infantil de 7,6 por cada mil nacidos vivos , en una compleja situación epidemiológica, sin embargo es notorio el resultado alcanzado en este importante indicador que se ha mantenido por debajo de los países del área.
Sin embargo en cuanto a la población en edad pediátrica, hubo un incremento de niños que enfermaron, pasando de mil 308 pacientes positivos en 2020 a 176 mil 708 en 2021, de ellos 11 mil 692 fueron menores de un año y hubo 18 fallecidos como consecuencia de la COVID-19, asociadas a otras enfermedades que agravaron su pronóstico, lo que representa una supervivencia del 99.9 % en este grupo poblacional. “Hemos mantenido una tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos en los últimos años, y era el propósito propuesto para estos últimos dos años. No cumplir con ello nos duele por la sensibilidad que implican nuestros niños”.
En 2020, a pesar de la pandemia no se reportaron muertes maternas; mientras que en 2021 seis mil 947 embarazadas y puérperas fueron diagnosticadas con la enfermedad y 93 de ellas murieron a causa de complicaciones asociadas, lo que representa un 98.7% de supervivencia.
Por ello la Ley del Presupuesto del Estado sustenta las conquistas alcanzadas en los servicios de salud, educación y asistencia social, respaldando a un millón 700 000 pensionados. Y destaca durante el 2022 la atención de los presupuestos locales al respaldo financiero con más de 110 millones de pesos para la atención de necesidades habitacionales de madres con tres o más hijos menores de edad.
- Conciencia de propietarios colectivos de la riqueza nacional.
En el contexto de heterogeneidad en las formas de propiedad, considerando el carácter rector de la propiedad social socialista, se hace necesario y urgente que sea interiorizada, por cada sujeto económico, como el factor principal de la unidad del pueblo en consecución de los objetivos sociales, los cuales se deben alcanzar en el logro de una sociedad socialista. En esta dirección debe representar el poder real del pueblo, como sujeto masivo del poder, a la vez que ejerce la hegemonía científico- tecnológica. Por lo que no debe ser minimizado el papel del hombre como su portador, a la vez sujeto y objeto del sistema de propiedad.
Las relaciones de propiedad prácticas a partir de la propiedad estatal o de todo el pueblo, en el caso de Cuba, han requerido de un fuerte aparato de control centralizado casi absoluto, y lo han reproducido sistemáticamente, condición idónea para la reproducción de comportamientos burocráticos, y los fenómenos de desorden, robo, apatía, y corrupción que deben ser resueltos en el actual contexto, al margen de la nueva política económica aprobada por el VI Congreso del PCC y ratificada y actualizada por el VII Congreso.
El ciudadano propietario y entre ellos particularmente el trabajador (de cualquier rama o sector) también ve alejado de su propiedad el beneficio social que recibe, éste lo asimila como del Estado, con una relación muy indirecta con su propiedad y los resultados de su trabajo en la esfera productiva y de servicios.
La actuación del individuo, en el marco de la propiedad social socialista, se desdobla en tres posiciones: como propietario común de toda la riqueza social; como productor directo pero de un plan que él no diseñó, sino que es su intermediador y como consumidor de un producto que él creó bajo su propiedad, pero que debe adquirir en el mercado a través del salario. En estas condiciones es difícil que él se reconozca como propietario a nivel de toda la sociedad.
El hecho de que la propiedad es de todos los miembros de la sociedad y sólo trabaja en ella una parte sus miembros, pero todos reciben sus beneficios, también es una causa de contradicción que se le crea al ciudadano. El General de Ejército Raúl Castro Ruz expresó: “Uno de los más difíciles retos del trabajo ideológico es lograr que el trabajador se sienta dueño colectivo de las riquezas de la sociedad y actúe en consecuencia”. De ahí la importancia de continuar perfeccionando el trabajo con los Objetivos aprobados por la Primera Conferencia Nacional del PCC, en especial el 41 y 42.
Si la propiedad es social y la sociedad es, ante todo, el conjunto de sus miembros, como ente social es dueño, sin embargo, como individuo específico no lo es, en su acción como dueño debe estar intermediado por un órgano central y ser representado por el Estado. Por tanto, son propietarios y no propietarios al mismo tiempo.
En el caso de la existencia de la planificación en las condiciones del socialismo en Cuba, este reconocimiento ya comienza en un momento anterior, que es el plan de desarrollo socio-económico del país, ese plan existe como resultado de la propiedad social, particularmente la estatal, es aquí donde cambia el carácter del productor, este es ahora un productor propietario, no enajenado por la explotación de su fuerza de trabajo y una parte del producto creado como mercancía regresa a él por medio del gasto estatal, mientras la otra, la obtiene como distribución directa según la cantidad y calidad del trabajo aportado.
En ambos casos su condición de propietario se ve alejada de su subjetividad, en uno media el pago en dinero, en el otro media el Estado y lo indirecto del beneficio obtenido. “En cuanto al trabajador que vive de su salario, se le crea una situación difícil, pues el dinero que recibe puede ser mucho para comprar los productos normados. Sin embargo, no es suficiente para acceder a mercancías que también les resultan necesarias, pero que se venden a precios de mercado”.
La relación social de propiedad se encuentra encubierta por este movimiento mercantil de la producción. Esta relación social de propiedad aparece de forma explícita e incluso apriorística en el plan. Es el plan el que expresa el carácter social de la producción y de la apropiación.
Hay una relación de contradicción entre plan y mercado en la cual los espacios tienen que estar bien definidos. De esta contradicción el plan es la brújula fundamental en el socialismo, tanto cuando se trata de la distribución del trabajo entre los distintos sectores socio-económicos, como cuando se trata de la distribución de la riqueza nacional entre consumo productivo, consumo personal y otras necesidades de la sociedad, sean éstas mercantiles o no.
En el entorno de una estructura de propiedad diversificada, en que todas deben aportar a la creación de un socialismo próspero y sostenible, la condición de líder del desarrollo por parte de la propiedad social es base indispensable para garantizar que ese desarrollo reproduzca el socialismo y cumpla los propósitos más elevados de este sistema socioeconómico.
Para que la propiedad social socialista sea líder no basta que sea la de mayores aportes al PIB, lidere las inversiones, desarrolle la ciencia, la tecnología, aporte al Presupuesto del Estado, sino que tiene que ser el hombre y su conciencia de propietarios colectivos de la riqueza de la sociedad el que ejerza un rol de transformación socioeconómica. “No se podría separar nunca el modelo económico y social del político, pero uno de los elementos principales es que los trabajadores se sientan dueños de los medios de producción”.
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Por: MSc. Amarilys Hernández Graverán
Lic. Odelaisy Camejo Acosta
