La agricultura urbana y familiar es un programa que se benefició de la actual situación epidemiológica en el municipio de Viñales y es que muchos trabajadores no estatales que cesaron la prestación de servicios se volcaron hacia la producción de alimentos.
El territorio incrementó en más de 400 los patios productivos durante el último año y recuperaron los 15 organopónicos existentes, para lo cual fue definitoria la participación de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) con el aporte de fuerza de trabajo voluntaria de manera sistemática.
Según explica Yosbel García Morales, director de la granja urbana, como parte del proceso de recuperación lo primero fue la búsqueda de las semillas para facilitárselas a todos los que estuvieran interesados y a la vez el proceso de capacitación sobre cada cultivo, así como la obtención de humus de lombriz.
Crecieron en el número de parcelas y es este movimiento uno de los pilares sobre lo que se sustenta que las libras per cápita aumentaran en tres, así como las contribuciones a centros priorizados donde se atienden a los aislados por la COVID-19, además del hogar materno, la casa de los abuelos y círculo infantil, entre otros.
En busca de la sostenibilidad impulsan la obtención de semillas y la recuperación de prácticas tradicionales como el encurtido y la elaboración de pulpas y puré de tomate, aprovechando el actual pico de cosecha.
Cuentan con 17 puntos de ventas en el municipio, además de la concurrencia a los mercados agropecuarios estatales (MAE) y las extensiones de estos.