Apoyados en la experiencia en el combate a la COVID-19 en Cuba y otras naciones, 43 integrantes del contingente Henry Reeve arribaron a Pinar del Río, actual epicentro de la pandemia en la Isla, para reforzar la asistencia médica en instituciones en las cuales sean necesarios.
Procedente de Matanzas, donde contribuyó a contener la incidencia del virus SARS-COV-2, el grupo lo conforman 25 enfermeras y 18 médicos los que ponen en alto la solidaridad, un principio inherente a la Revolución Cubana.
Uno de ellos, el doctor René Guerra García, especialista en Medicina General Integral, aseguró que la principal motivación es salvar vidas y mejorar los indicadores sanitarios del territorio.
Natural de la provincia de Granma, Guerra García permaneció durante más de dos meses en tierra yumurina y ahora en Vueltabajo donde aspira a que se puedan revertir las cifras de contagiados y fallecidos.
Dispuestos a permanecer aquí el tiempo requerido, compartirán con los profesionales pinareños, en tanto suman 246 los de otras provincias que apoyan al occidental territorio.
El doctor Carlos Ricardo Pérez Díaz, especialista en Medicina Interna y al frente del grupo, ratificó la eficacia de los protocolos cubanos para el enfrentamiento a la COVID-19, sobre todo teniendo en cuenta la presencia de personal antillano en sitios como Lombardía, Italia; Panamá; y otros países.
Insistió en que las claves del éxito en Pinar del Río radican en identificar a tiempo los enfermos, aislar los casos positivos, cumplir el
uso adecuado de las medidas de bioseguridad, dar seguimiento médico oportuno y tratamiento efectivo en cada fase.
Al recibimiento de los 43 integrantes del contingente Henry Reeve en el parque de la Independencia, de la urbe cabecera, acudieron las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en Vueltabajo.
La doctora Lilian León Amado, subdirectora general de Salud Pública, aseveró que la proeza de ayudar a los necesitados constituye el regalo más grande que puede dar el ser humano.
Aunque estos días se han tornado difíciles y hemos sentido los sinsabores más angustiosos, el pueblo de la zona más occidental de Cuba seguirá resistiendo firme frente a todo, especialmente con esta contribución en la asistencia a pacientes en un escenario tan complejo, precisó.
Hay dolor en muchas familias y es imprescindible la percepción del riesgo que se corre para que la provincia se pueda ver en mejores
condiciones, indicó.
Ellos se nutren de la experiencia de nuestros profesionales sanitarios que han podido intercambiar con homólogos, y la evidencia científica demuestra su efectividad; pero se necesita implementarlos bien, dijo.