El secretariado nacional de la CTC, a propuesta del Sindicato Provincial de Transporte y Puertos, otorgó recientemente la condición de Vanguardia Nacional a la Empresa de Talleres y Servicios de Pinar del Río.
Al cierre del 2019, un año no carente de dificultades y escaseces, la entidad logró un cumplimiento satisfactorio de todos sus indicadores, ejecutó su plan de ventas en un 113 por ciento y elevó el salario medio de los trabajadores a 1 131 pesos.
Sus cinco unidades empresariales de base (UEB), cuatro de ellas enclavadas en el municipio cabecera y una en Guane, prestan servicios especializados de soldadura, electricidad, engrase, pintura, fregado, ponche, mecánica, maquinado, metalización y chapistería general.
Actualmente se prepara el montaje de un taller multimarca en Consolación del Sur que dispondrá de una capilla de pintura moderna con secado a temperatura y amplias dimensiones para acoger no solo a autos, sino además a ómnibus.
En los meses venideros será inaugurada también una UEB en La Palma. Desmontadores y balanceadores de neumáticos y equipos de ponche en frío harán parte de la tecnología de la primera instalación de este tipo emplazada en el Plan Turquino.
La COVID-19 y el desabastecimiento generado a partir del segundo trimestre del 2020, han supuesto retos inmensos para el colectivo de la Empresa de Talleres y Servicios.
Labores de chapistería y soldadura se resienten debido a la falta del gas acetileno, fundamental para estas actividades. Igualmente escasean las chapas y los chirris (especie de remaches) , claves en la reconstrucción de vehículos.
“Son productos de importación que ahora mismo no tenemos en las manos. Ante esta situación tomamos alternativas. La ausencia del acetileno nos ha llevado a plantearnos la explotación de unas máquinas que trabajan con dióxido de carbono y argón; por otra parte, nuestros mecánicos suplen la inexistencia de chirris con tornillos auto-taladrantes. Eso lógicamente no es lo óptimo, pero alivia un poco la situación”, comenta Fidel Triana Morera, director general de la entidad.
“El fuerte movimiento de innovadores y racionalizadores devuelve la vida a dispositivos obsoletos en los talleres y gesta soluciones que nos permiten seguir adelante y no detenernos”, agrega.
En la UEB Mártires de la FAO conocemos la importante labor de Flores Torres Martínez, operador de una mandrinadora vertical soviética para la recuperación de blocks.
La máquina tiene 48 años de explotación, casi los mismos que Flores lleva en este trabajo al cual define como “complejo, pero muy bonito”.
“A pesar de ser tan vieja esta máquina tiene una exactitud milimétrica. Se ha roto mil veces y mil veces la hemos restaurado con invenciones nuestras, porque en el mercado internacional ya no se comercializan piezas de repuesto para ella”, explica.
“Aquí nos llegan motocicletas Ural, Ladas, carros modernos, cocotaxis e incluso motores de regadío parados por culpa del desgate en las camisas. Cuando esto pasa, pierden fuerza en el arranque y gastan más aceite y combustible del que deberían. Nosotros solucionamos el problema adaptando la camisa de otro vehículo a los parámetros de la original. Usamos el mismo pistón viejo, que debe acoplarse con la precisión de una jeringuilla y con eso echamos a andar los equipos unos cuantos años más”, detalla el obrero.
Flores comenta su rutina con toda la naturalidad del mundo, pero prácticamente hace magia al pie de su máquina de herramientas. Recuperar piezas que en otros contextos se consideran desechables, le ahorra al país miles de dólares en concepto de importación.
Por estos días, los torneros de la UEB Mártires de la FAO asumen la elaboración de tomas para los tanques de fumigación de la campaña contra el Aedes aegypti. Estos aditamentos van soldados a las paredes metálicas de los tanques, también de fabricación local, que sustituyen a los depósitos plásticos originales, deteriorados tras su larga exposición a altas temperaturas.
Otra actividad asumida por los operarios, es la reparación de los aparatos del parque de los pioneros Paquito González, una opción valorada por los niños, especialmente en época estival.