El contexto actual en que Cuba desarrolla la actualización de su modelo económico y social se ha complejizado por la existencia de una crisis mundial profundizada por la existencia de la pandemia COVID-19, y sus impactos sobre la economía.
En la última etapa se ha recrudecido el Bloqueo Económico, Financiero y Comercial de Estados Unidos contra Cuba. Ello ha provocado que la propiedad social socialista deba asumir nuevos y complejos retos para enfrentar dicha situación coyuntural. Es objetivo del presente trabajo reflexionar brevemente en uno de los retos que debe enfrentar dicha propiedad en el actual contexto, para garantizar el enfrentamiento a la pandemia y el desarrollo de la economía nacional.
La actual “Estrategia económico-social para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la COVID-19”, aprobada en el año 2020, enfatiza como uno de sus principios la “Complementariedad entre los actores económicos”. De ahí la importancia de reflexionar acerca del rol que le corresponde a la propiedad social socialista.
El logro de este objetivo de máxima necesidad para la economía y la sociedad cubana, requiere que la propiedad social socialista ejerza su papel de base de las relaciones socioeconómicas, que garantice niveles de producción suficientes para el logro de la satisfacción de las necesidades de la población, a la vez que logre niveles de distribución directa e indirecta, suficientes para que el consumo sea el necesario y esperado por el pueblo. “El sistema empresarial estatal tiene ante sí el reto de demostrar en la práctica y afianzar su posición como forma de gestión dominante en la economía”.
En Cuba, esta es la forma de propiedad fundamental y debe lograr a través de la gestión estatal, en su complementariedad con las no estatales, la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos. Sin embargo este propósito enfrenta nuevos y complejos retos impuestos por impactos provocados por la coyuntura internacional de crisis, en la que ha influido la pandemia de la COVID-19. Entre los retos que debe enfrentar la propiedad social socialista se identifica:
- Mantener la salud del pueblo como bien más preciado.
En numerosos documentos de la Revolución, artículos de divulgación, materiales científicos así como en el ideario de importantes líderes y dirigentes cubanos se ha compartido y comparte el propósito que el ser humano es el centro y actor protagónico del proceso revolucionario y la construcción del socialismo, por lo que mantener la salud del pueblo como bien más preciado, es un propósito constante, a la vez que es un logro de la Revolución y su sistema socio-económico.
La propiedad social socialista sobre los medios fundamentales de producción y servicios es el fundamento socioeconómico principal de la construcción del socialismo y su obra económica y social en el país. Se ha formado en períodos anteriores y existen capacidades creadas que incluso no se pueden explotar por la carencia de materias primas entre otros aspectos.
Para mantener la salud del pueblo, el país cuenta con importantes fortalezas, al estar los principales medios de producción están en manos del pueblo como dueños colectivos de las riquezas de la nación. Entre estos medios se encuentran los centros asistenciales de salud pública, formando parte de la propiedad social socialista, con una sólida infraestructura y el capital humano altamente calificado que permite brindar servicios de calidad en los diferentes niveles de atención.
Para enfrentar dicho reto en medio de circunstancias tan adversas y complejas cuando “Nuestras fronteras se han cerrado, nuestras economías se contraen, nuestras reservas se agotan…, y la incertidumbre desplaza la certeza”. Se cuenta con el capital humano que se ha formado a lo largo de estos años y con el claro concepto que “Patria es humanidad” que legara José Martí Pérez. Ello ha permitido que en el combate contra la COVID-19 “…; Cuba, en respuesta a solicitudes recibidas y guiada por la profunda vocación solidaria y humanista de su pueblo, refuerza su cooperación con el envío de más de 3 mil 700 colaboradores, organizados en 56 brigadas médicas “Henry Reeve”, a 40 países y territorios afectados por la COVID-19”.
Cuando en el país, en marzo de 2020, se diagnosticaron los primeros casos de esta pandemia, solo existían cuatro laboratorios de Biología Molecular y actualmente funcionan 27 distribuidos en todas las provincias. En este período y hasta el 5 de marzo de 2022, habían sido confirmados 10 093 166 pacientes positivos a la COVID-19, de esa cifra habían fallecido 8 515 pacientes.
La salud pública como propiedad de todo el pueblo ha tenido que fortalecer su tejido institucional y la empresa estatal socialista también en este contexto ha realizado grandes aportes para la atención a pacientes. Algunos ejemplos que se pueden citar son: La producción de alimentos necesarios y suficientes para la permanencia de pacientes en centros de aislamientos, hospitales, etcétera; fabricación de camas; fabricación de equipos e insumos médicos; reparación en tiempo record de la planta de oxígeno medicinal para la atención al paciente grave; desarrollo de la industria médico farmacéutica para la obtención de vacunas para enfrentamiento a la pandemia.
El país ha destinado cuantiosos recursos materiales, financieros y humanos para combatir esta enfermedad y algunos gastos ascendieron, hasta el 30 de octubre de 2021, a 486 millones de euros; más de 500 millones de dólares, solamente en las pruebas de PCR, las que oscilan en 46.81 euros en diferentes regiones del mundo desarrollado pero que pueden llegar a costar 90 euros y hasta 100 dólares.
Durante los dos años de enfrentamiento a la pandemia de COVID-19, se ha desarrollado, aún más, la ciencia y la biotecnología realizando la empresa estatal socialista en ramas de la producción nacional importantes aportes al sistema de salud: 586 monitores de parámetros fisiológicos Doctus VIII para pacientes en salas de terapia; 164 desfibriladores-monitor biofásico Cardiodef 2; 2 000 exímetros de pulso del modelo Oxy AE; se entregaron y aplicaron 5 310 esfigmos manómetros digitales Hipermax BF y 260 kits APS en la campaña de vacunación, en centros de aislamiento y en pesquisas poblacionales. La empresa estatal en el ramo ha desarrollado tres vacunas (Soberana 02, Soberana Plus y Abdala) y realiza ensayo clínico a dos candidatos vacunales (Soberana 01 y Mambisa).
Para enfrentar este reto y reducir al máximo la mortalidad y el contagio por la enfermedad, también ha enfrentado cuantiosas pérdidas ocasionadas por el bloqueo de Estados Unidos que emitió más de doscientas sanciones contra Cuba. Entre las medidas adoptadas ante esta situación se pueden listar:
Cierre de los aeropuertos; cierre del turismo internacional; declaración de cuarentena a escala nacional y territorial siempre que se requiera; suspensión de las actividades docentes; suspensión de actividades laborales en algunos sectores de la economía; identificación de personas y núcleos vulnerables para la atención diferenciada.
Ello naturalmente demandó de la empresa estatal socialista en todos los sectores y especialmente en las ramas de la agricultura, la industria azucarera y manufacturera, mayores esfuerzos para satisfacer las demandas de la población y las exportaciones, con ello realizar mayores aportes al Presupuesto del Estado y así evitar la elevación del Déficit Fiscal y el crecimiento de la deuda estatal.
El sector de la Salud Pública y sus trabajadores han tenido que redoblar los esfuerzos para atender y salvar la vida a miles de personas en el país, por lo que se hace necesario reflexionar en ¿Cuánto le cuesta al Estado cubano un paciente ingresado en centros de aislamientos? ¿Cuánto cuesta en centros hospitalarios? ¿Cuál es el monto de un test rápido o de una prueba PSR en tiempo real, para detectar la enfermedad? ¿Cuántos medicamentos, alimentos, exámenes clínicos son necesarios para salvar la vida a un enfermo? Estas y otras interrogantes deben inquietar a cualquier cubano para comprender que sin la propiedad social socialista y las riquezas que se crean y distribuyen provenientes de la empresa estatal como su forma de gestión fundamental, no sería posible enfrentar esta pandemia y salvar la vida a miles de personas. Solo un país socialista puede hacer frente con esta entrega y sacrificio a la actual situación.
Al país, un paciente en un centro de aislamiento, le cuesta 990 pesos por día, mientras un paciente confirmado en una instalación hospitalaria cuesta 4 165 pesos por día y uno que requiera cuidados intensivos representa un costo de 13 045 pesos y la cifra hasta la fecha es notable en términos absolutos.
Cuba, garantizó el salario a 150 mil trabajadores interruptos, monto que ha ascendido a más de 500 millones de pesos del Presupuesto del Estado, aun dejando de recibir la contribución de 250 mil trabajadores por cuenta propia con suspensión temporal de licencia, “…la Seguridad Social respaldó y protegió más de 1 millón 167 000 personas, entre pensionados y jubilados”, además de enfrentar otros gastos en moneda nacional, lo cual no impidió que el objetivo de salvar vidas y enfrentar la pandemia haya dejado de ser una prioridad.
Cuba, aun con recursos muy limitados, y siendo víctima de una cruel e injusta política de bloqueo económico, financiero y comercial, destina este año 2022 el 73% de los gastos de su Presupuesto anual a los sectores sociales de la Salud, la Educación, Asistencia y Seguridad Social en el presente año.
El reto que supone mantener la salud del pueblo como bien más preciado, para Cuba, es una obligación constante. La salud de los seres humanos es un derecho humano fundamental, por ello, aun cuando hay que enfrentar un bloqueo económico, financiero y comercial recrudecido por la anterior y la actual administración del gobierno de los Estados Unidos, el país continuará brindando especial atención y prioridad a este reto.
Para mantener la salud del pueblo, como bien más preciado, la propiedad social socialista y sus principales actores económicos deben crear mayores riquezas en el sector estatal de manera que pueda aumentar los niveles de producción y consumo social y dadas las condiciones histórico-concretas, aumentar este consumo sin que peligren otros sectores económicos.
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Autoras: MSc. Amarilys Hernández Graverán
Lic. Odelaisy Camejo Acosta