Reconocer el esfuerzo de sus trabajadores es una prioridad de los directivos de la UEB División Territorial de Comercialización de Combustibles Pinar del Rio, perteneciente a la Unión Cuba-Petróleo (Cupet), quienes solicitaron a Guerrillero dedicar algunas líneas al quehacer de los punteros de la mencionada entidad.
Los punteros son los obreros que laboran directamente en la distribución de cilindros de gas licuado a la población.
En el punto de venta número tres del consejo popular Hermanos Cruz dialogamos con uno de ellos, José Miguel Ramos García, de 28 años, dinámico y serio en su oficio, quien nos describió en pocos minutos su rutina:
“De lunes a sábado amanezco prácticamente en el local. Barro, dejo todo organizado y empiezo a distribuir los tiques junto a mi compañero. Si contamos solo con 100 cilindros, repartimos alrededor de 80 turnos y dejamos los restantes para personas con discapacidad, domicilios con patente y usuarios que deseen pagar a través de la plataforma digital EnZona”, refirió.
¿Qué es lo más difícil de tu trabajo?
“Lidiar con el público. Muchos agradecen nuestro servicio, pero algunos se muestran irritables y desconsiderados. A veces no escuchan lo que les orientamos, quieren colarse a toda costa, comprar sin los documentos requeridos o llevarse cinco o seis cilindros a la vez, cuestión que va contra lo establecido.
“En ese momento uno debe armarse de paciencia, repetirles las normas vigentes y pedirles de favor que las respeten. Tratamos de mantener siempre el buen carácter, porque nuestra misión es atender bien a los clientes”.
Aunque el horario de cierre es a las cuatro de la tarde, muchas veces son las siete de la noche y José Miguel continúa en el punto de venta, debido a que afuera quedan personas ansiosas por llevarse la balita a casa.
El joven los entiende. También él tiene un hogar y sabe lo importante que es contar con una reserva de gas licuado capaz de echar a andar el fogón, que garantizará la cena de una familia entera.
Lleva poco más de un año laborando en Cupet y afirma sentirse a gusto con lo que hace. El compromiso que siente con su trabajo lo ha impulsado incluso a colaborar en la planta envasadora de gas licuado situada en Siete Matas.
El domingo, único día que tiene para descansar, lo dedica completo a su hija Helen, que desde hace tres años le llena de ternura el corazón.
Sentado al pie de su mesa, en el punto de venta seis del consejo popular Carlos Manuel, conocimos a Yunier Semino Domínguez, de complexión delgada y ojos azules que sobresalen en su rostro.
“Ese muchacho es muy rápido atendiendo a la gente, domina lo que hace”, intervino un cliente apostado en la puerta, cuando supo que estábamos allí para una entrevista.
Yunier habló poco de sí mismo y prefirió elogiar a otros colegas como Maritza, responsable del punto de venta cuatro del consejo popular Capitán San Luis, quien ha demostrado con la calidad de su servicio que la tarea del puntero no está reservada únicamente a los hombres.
“Somos obreros abnegados, lo mismo estibamos un camión de cilindros que dedicamos horas extras a atender a la población, lo que nos demanda quedarnos hasta tarde a conciliar las ventas realizadas durante el día”, comentó.
El puntero Nisael Gustavo Martínez Escobar, a quien contactamos mientras suplía a un compañero del punto de venta 11 del consejo popular Ceferino Fernández, nos contó su experiencia laboral durante los momentos más críticos de la pandemia de la COVID-19:
“Si hubo un trabajo que no se detuvo fue el nuestro, y a pesar del peligro de un posible contagio nos sobrepusimos al miedo de enfermar y dimos lo mejor de nosotros para que la población se sintiera atendida y acompañada”, expresó y más adelante evocó con pesar a Nardy, un colega fallecido por complicaciones asociadas al coronavirus.
Nisael ve en el trabajo un aliciente para convertirse en mejor persona cada día y una oportunidad para influir positivamente en sus tres niños varones.
“Mi meta es que mis hijos sigan por el mismo camino o por uno mejor que el que yo llevo”, señaló.
La última parada de nuestro recorrido fue en el punto de venta número siete del consejo popular Hermanos Barcón. Allí entrevistamos a Alexis Iban Correa Ramos, trabajador con una trayectoria destacada dentro de Cupet. Es reconocido además por sus donaciones voluntarias de sangre y por ser un padre excelente para sus hijos.
Cada día, antes de iniciar la venta, Alexis realiza un matutino con los consumidores de la zona que atiende, para informarles acerca de la cantidad de balas disponibles, de la situación que hay con el gas en la provincia y de alguna que otra noticia de la Empresa. También aprovecha el espacio para motivarlos a realizar la compra de los cilindros mediante la plataforma digital EnZona.
En el último mes logró que 78 clientes pagaran el servicio mediante dicha aplicación.
“El comercio electrónico es un adelanto indudable para el país y debemos alentarlo desde nuestra posición”, aseveró.
Alexis admitió que él y sus compañeros cuentan con indumentaria de trabajo y medios de protección adecuados, tales como botas con casquillos, guantes y overol; sin embargo, urge mejorar las condiciones estructurales de los puntos de venta.
Algunos de los sitios visitados por nuestro equipo de prensa carecían de baño o lo tenían clausurado por no disponer de agua, lo que obliga a los punteros a recurrir a un vecino o a un centro laboral cercano. Asegurar mejores condiciones laborales para estos trabajadores es un reto de la empresa que los agrupa, así como del Gobierno de la provincia que no debe cesar en su afán de servir a aquellos que nos sirven a todos.