Ser alérgico al polvo, a algún medicamento o a ciertos alimentos puede ser un problema si no se toman todas las precauciones, pero imaginemos por un instante cómo sería nuestra vida si no pudiéramos tener contacto alguno con el agua, si el simple hecho de sudar, llorar o bañarnos, nos quemara la piel cual sustancia corrosiva.
A esa rara enfermedad se le llama urticaria acuagénica, y es una forma de urticaria física que se manifiesta en ronchas con picazón inmediatamente que la piel entra en contacto con el agua. Aunque no se sabe la causa exacta que la provoca, estudios demuestran que existen alrededor de 35 casos en el mundo, es más común en mujeres, y aparece en torno a la pubertad.
Según algunas investigaciones y teorías, la alergia al agua se produce por la presencia de un antígeno en la piel de los afectados que se disuelve al momento del contacto, traspasa la piel y provoca que las células encargadas de la defensa del organismo liberen histamina, una sustancia química segregada por los glóbulos blancos que causa el malestar.
En el año 2014, la Revista Cubana de Medicina publicó una investigación realizada por doctoras del policlínico de especialidades de Camagüey, en la que se presentaba un posible caso de urticaria acuagénica en una lactante de siete meses. Hasta esa fecha nunca antes se había registrado en Cuba ningún paciente aquejado de la enfermedad, menos aún en niños.
Pero, ¿cómo luchan estos pacientes día a día contra su condición? Imagina que tienes sed, y al ingerir agua sientes que te abrasa la garganta, o que te sorprende una llovizna y las gotas te provocan ardor como si fuera ácido, peor aún sería no poder disfrutar de un rico día de playa o piscina con amigos porque sumergirte sería como lanzarte en un mar de cloro.
De acuerdo con algunas anécdotas encontradas en varias publicaciones, estos pacientes optan por hidratarse con frutas o leche que causa menor molestia al ser ingerida; evitan hacer ejercicios fuertes que le hagan sudar y toman duchas cortas, regularmente con alguna ropa de algodón por encima para paliar un poco el daño, que por lo general dura 20 o 30 minutos en los casos más leves y hasta una hora en los más graves.
Aunque por mucho tiempo el tratamiento era solo a base de antihistamínicos, en el año 2009 se probó el Omalizumab, originalmente desarrollado para tratar el asma y que resultó bastante efectivo, de hecho para tratar cualquier urticaria, a pesar de que su uso no ha sido totalmente avalado.
Especialistas recomiendan fototerapia, antihistamínicos, propanolol y cremas que ayuden a mantener la piel hidratada para paliar los efectos de esta rara condición.
Curiosidad: Aunque la alergia al agua es una de las más raras, existen otras que parecen rozar lo verosímil, como la alergia al semen, al sudor, a los movimientos bruscos (ejercicios), y al sol.