Gentilicio (del latín gentilicius, derivado de gentilis, que pertenece a una misma nación o a un mismo linaje) es aquella palabra que denota relación con un lugar geográfico, ya sea por el barrio, pueblo, ciudad, provincia, región, país, continente, o cualquier otro lugar o entidad política.
En español el gentilicio es un adjetivo que se puede sustantivar, es decir, se puede referir a una persona mencionándola únicamente por su gentilicio y así se puede decir correctamente el bruneano (en lugar de decir: el individuo bruneano), la alemana… Algunos diccionarios incluyen el sinónimo demónimo de gentilicio.
Los gentilicios ordinarios del idioma español se forman con una variedad de sufijos: -a, -aco, -aíno, -án, -ano, -ar, -arra, -ario, -asco, -ato, -e, -eco, -ego, -enco, -eno, -ense, -eño, -eo, -ero, -és, -esco, -í, -iego, -ín, -ino, -isco, -ita, -o, -ol, -ón, -ota, -tarra, -ú, -uco, -ujo, -uso y -uz —más sus correspondientes variantes femeninas—. Asimismo, el español reconoce un gran número de gentilicios particulares puesto que, además de los fundamentos lingüísticos, son igualmente válidos para determinar un gentilicio aquellos relacionados con la cultura, la historia, la tradición y el uso.
El gentilicio a veces es curioso por el topónimo –el nombre que recibe (o recibió en el pasado– una localidad y mediante una búsqueda por internet encontré una variedad de estos muy curiosos, originales y raros en España, y que te menciono a continuación:
Gentilicios curiosos de España
Aguilarenses: son los nacidos en Aguilar de Campoó, Palencia, también conocidos como «galleteros», por las fábricas de galletas allí implantadas
Albarderos: habitantes del pueblo de Millana (Guadalajara) porque, al parecer, unos vecinos confundieron unas albardas que bajaban flotando por el río con la imagen de una virgen.
Alejanos: los de Alaejos, en Valladolid. Su nombre hacia los siglos XII y XIII era el impronunciable Falafeios, un diminutivo en plural del nombre morisco Jalaf.
Almendruco: Natural de Almendros (Cuenca).
Arriacense, caracense: natural del Guadalajara. Arriaca era un lugar cercano a la capital de provincia, que antes del Islam se llamó Caraca.
Astigitanos: oriundo de Écija, en Sevilla. El gentilicio permaneció desde cuando Écija se llamaba Ástigi.
Botijeros: los habitantes de Dueñas, en Palencia. Cuenta la leyenda que tiraron el castillo «a botijazos» para expulsar a los sarracenos que lo habían tomado. Incluso tienen una plaza con un monumento al botijo.
Callosinos: son los habitantes de Callosa del Segura, en Alicante. El nombre de esta localidad viene de Qalyusa, que posteriormente devino Caloixa, Caloxa o Caloja.
Cenicerenses: el origen de tan curioso nombre se dice que está en que los pastores de la zona, cuando se reunían, dejaban un rastro de ceniza al apagarse las hogueras.
Chichilindris: son los que han nacido en Arroyo de la Miel en Málaga, se sienten orgullosos de ser chichilindris.