Safo de Lesbos (o Safo de Mitilene) fue una poetisa lírica griega. Nació, vivió, amó y murió entre los siglos VII y VI antes de Cristo, fecha incierta… Pero se sabe que su corazón se apagó hacia los 70 años. Tan buena en su oficio que Platon la llamó “La décima musa”. Más allá de la nebulosa que la cubre, se sabe que nació en la aldea de Eresos, isla de Lesbos, y que escribió sus poemas y compuso la música que los acompañaba al leerlos en voz alta en su escuela de Mitilene, la capital.
En general, sus biógrafos, que inevitablemente avanzan a tientas, refieren que se alistó en la fracasada conspiración para matar al tirano Pitaco, amo de la isla… quien le perdonó la vida pero la condenó al exilio en Siracusa, costa sudeste de Sicilia. Largo destierro: seis años. Pero con amores.
Fue allí, en Siracusa, donde Safo se nutrió de otras culturas hasta que por fin fue perdonada por el tirano Pitaco: el puente para regresar a Lesbos y a Mitilene. Allí funda una academia (Casa de las servidoras de las musas) para enseñar literatura, canto y danza a chicas jóvenes. Ayer y hoy, en tiempos modernos, nadie suele nombrar a Safo por el valor de sus poemas, que claramente influyeron en Horacio, Ovidio, Catulo y otros poetas latinos. Si se la nombra, es por su condición de lesbiana.