El fútbol, como todo deporte, es extremadamente difícil de predecir. Un disparo, una acción polémica, una alineación diferente; pueden ser uno de los miles factores que decanten la balanza de un lado o de otro. Hoy, la verdad, no hubo muchas sorpresas.
Arabia, sede de un torneo que cambió formato y fecha en vistas de un mayor beneficio económico, fue sede de un partido donde se encontraban equipos con realidades opuestas. Un Real Madrid lanzado y un Barça que, aún en horas bajas, nunca debía ser subestimado.
La apuesta de ambos técnicos por los cuatro mediocampistas favoreció a los dirigidos por Carlo Ancelotti, sólidos en la línea intermedia. Con una presión organizada y jugadores capaces de salir al ataque rápido, en diez minutos pegaron dos veloces zarpazos a la defensa culé.
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La fórmula fue la misma: balón en largo y ganar en carrera. La primera ocasión fue Jude Bellingham hacia Vinícius, quien hábilmente regateó a Iñaki Peña para inaugurar el marcador. Luego Carvajal mandó un pase milimétrico a Rodrygo, quien cedió a Vini para que volviera a empujarla al fondo del arco.
Se durmió el Madrid y reaccionó el equipo de Xavi con un zapatazo de Lewandowski que hizo pensar en el resurgir del Barcelona. Instantes después, Araújo empujaba al número 7 madridista en el área. Penalti discutido que el árbitro terminó señalando, y el ariete brasileño se convirtió en el primer carioca en anotar tres goles frente al Barça.
Cuatro goles en el primer tiempo y las mismas sensaciones al comienzo del encuentro. La segunda mitad transcurrió con un ritmo menos intenso que los 45 minutos iniciales, con un Madrid cómodo y un Barcelona intentando romper la defensa merengue. Salvo un par de ocasiones, no ocurrió, y los merengues pusieron el jaque mate con gol de Rodrygo, en esa asociación que tiene con su compatriota Vinícius.
En resumen, Xavi nunca pudo encontrar la tecla para controlar el partido, disminuido por la ausencia de un jugador clave como Gavi y una apatía general que no ha sabido reconducir. El equipo se ve inoperante con balón y displicente en su labor defensiva. Las polémicas arbitrales (el penal y la expulsión por doble amarilla de Araújo) no son motivo para discutir el resultado final.
El Real Madrid continúa su racha de partidos invicto (21) y se dirige al tramo decisivo de la temporada con el éxito frente a dos de sus rivales históricos. Del otro lado, la preocupación del aficionado culé por el actuar del equipo demanda soluciones urgentes, con la Champions y la Liga por delante, ambas tareas titánicas.