Manuel Marrero Cruz, miembro del Buró Político y Primer Ministro de la República, transmitió hoy el reconocimiento infinito del Partido y el Gobierno a los trabajadores de la salud, por el protagonismo demostrado en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19.
No basta con la consagración, sino que hay que reflejarla en los resultados, y ustedes lo han demostrado y estamos convencidos de que seguirán dando el máximo por el pueblo cubano, expresó durante la reunión anual de trabajo del Ministerio de Salud Pública, correspondiente al 2021.
Señaló que la batalla por salvar vidas ha estado mediada por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, el cual ha impactado en todos los sectores de la sociedad, pero de manera sensible en la salud y en la adquisición de recursos para la asistencia médica y la producción de medicamentos.
Ningún gobierno, dijo, estaba preparado para el SARS-CoV-2 y en los resultados del país influyeron el Plan para el enfrentamiento a la COVID-19, las diferentes versiones del protocolo de actuación nacional, el papel del personal sanitario y los estudiantes, el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias y el desarrollo de los cinco candidatos vacunales, tres de ellos vacunas.
Marrero Cruz precisó que entre las prioridades para este año está implementar las experiencias adquiridas con la enfermedad y fortalecer la atención primaria y el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia.
José Angel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, expresó que, a pesar del trabajo realizado, en la calidad y eficiencia del sector incidieron dificultades organizativas en las instituciones, que repercutieron en la atención de los pacientes, además de insuficiencias en el programa de medicina familiar, en la gestión hospitalaria y un incremento en las faltas y bajas coberturas de medicamentos e insumos médicos.
En ese sentido, expresó que el sistema de salud está llamado a dar solución a esas deficiencias y para 2022 tienen también como desafíos recuperarse de las consecuencias de la pandemia, atender de manera diferenciada a la población envejecida y elevar el nivel científico de los profesionales y técnicos.
Nadie puede sustituir nuestro trabajo, por lo tanto, ejemplo, ética, profesionalidad y consagración son conductas claves para elevar los indicadores de salud de la población y tienen que caracterizar al ejército de batas blancas, afirmó.
El titular de Salud Pública detalló que para desarrollar todas las acciones que competen al sector cuentan con más de 510 mil 700 trabajadores, de los cuales el 69,2 por ciento son mujeres y más de 260 mil, profesionales.