Las denuncias a las agresiones de Estados Unidos contra la naciente Revolución cubana son recordadas hoy en el aniversario 60 de la VII Reunión de Consulta de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El encuentro, celebrado en Costa Rica, fue escenario de debate sobre el necesario apoyo del organismo a los estados miembros frente a la postura servil del gobierno anfitrión a Washington.
En la tercera jornada, el entonces canciller cubano, Raúl Roa, denunció nuevas incursiones de aviones piratas procedentes de Estados Unidos.
Roa detalló rigurosamente en la Conferencia las maniobras intervencionistas del gobierno de Estados Unidos poco más de un año después del triunfo revolucionario.
‘Ese debió haber sido el enunciado del primer punto de la agenda. A menos que a Cuba se le pueda amenazar y agredir, sin que ello afecte ni conmueva al sistema interamericano’, denunció el diplomático, reconocido después como el Canciller de la Dignidad.
Aunque en la agenda de la cita no se mencionó, Cuba era el blanco de la Asamblea. Roa dejó claro que la isla no estaba allí en condición de reo, sino de fiscal.
‘(Cuba) Está aquí para lanzar de viva voz, sin remilgos ni miedos, su Yo Acuso implacable contra la más rica, poderosa y agresiva potencia capitalista del mundo’, proclamó.
Tras la votación de los gobiernos latinoamericanos contra una propuesta cubana que denunciaba la agresión a un Estado americano por otro, la delegación de la mayor de las Antillas se retiró la noche del 28 de agosto.
Una jornada antes, Roa había denunciado la injerencia de los Estados Unidos en la redacción del proyecto de resolución de la Conferencia, ejerciendo presión sobre distintos cancilleres para influir en su voluntad sobre Cuba.