Entre las nuevas medidas aprobadas en el país para impulsar la producción de alimentos figuran las relacionadas con el sistema bancario y los distintos procesos que llevan a cabo para apoyar, facilitar y flexibilizar los trámites y transacciones en el sector agrícola.
Fortalecer el vínculo con los campesinos y asesorarlos en todo lo concerniente a sus cuentas y transacciones forma parte de la sucursal 1132 del Banco Popular de Ahorro que radica en la Caja de Ahorro del consejo popular Sumidero en Minas de Matahambre.
Es en esa demarcación donde se concentra la mayor producción de alimentos del territorio, desde el polo de desarrollo productivo Los Burros y varias estructuras que también tributan a mercados de la cabecera provincial.
La cooperativa de créditos y servicios José Antonio Echeverría cuenta con 98 asociados, 36 de ellos dedicados al tabaco, aunque también diversifican sus producciones y cuando concluye la campaña siembran cultivos varios.
Diamarys Díaz Díaz, presidenta de la CCS, explicó que en Sumidero se come lo que se siembra allí, e incluso tributan a las cabeceras municipal y provincial. “En los puntos de venta de aquí los campesinos surten siempre con malanga, tomate, yuca, pepino… lo que produzcan.
“El Banco nos ayuda mucho, y nos corresponde explicarles a los asociados las garantías que nos ofrece. No somos de las cooperativas más grandes del municipio, pero nunca hemos dejado de pagarle a un trabajador, ni cuando se instituyó el reordenamiento monetario. Para poder paliar la situación usamos el crédito Puente y a partir de ahí nos seguimos acogiendo a las transformaciones, sin dejar de incrementar los ingresos”.
“Siempre hemos financiado al grueso de los productores porcinos de esta cooperativa, la situación ha cambiado y ya son menos los que se dedican a ese renglón por cuestiones que se conocen pero en total financiábamos 38 cotos porcinos. Ahora nos quedamos con la parte del tabaco, el frijol, el maíz”, refiere Rayda Gil Viamonte, gerente de negocios de la sucursal.
“Esta CCS es uno de los clientes más fuertes de nuestra Caja de Ahorro, pues no solo financiamos, también asesoramos en relación con los créditos, las deudas. Ahora estamos enfocados en la bancarización, todos los agricultores tienen sus cuentas corrientes asociadas a tarjetas en moneda nacional y contamos con 29 que tienen en MLC, y se les nota el entusiasmo, más porque este año el tabaco ha tenido una producción fuerte, con buen calidad y se pagó bien”, acotó Gil Viamonte.
AMPLIAR LOS SERVICIOS
Aunque la bancarización de los productores, en la medida en que puedan afiliarse a las operaciones por vía electrónica, permite reducir significativamente las presenciales en las oficinas bancarias y el manejo de efectivo, es aún un tema que requiere de trabajo diferenciado en el sector campesino.
“A veces, sobre todo para los más adultos, los pagos electrónicos y las tarjetas son vistos como un fantasma, porque llevaban mucho tiempo acostumbrados a manejar el efectivo y es dinero que no ven.
“En las liquidaciones de cosecha hacemos también las captaciones para el ahorro. Ellos pagan sus créditos y el sobrante lo dejan en cuentas de ahorro. Pero también somos nosotros quienes tenemos el deber de explicarles las ventajas de la tarjeta, y capacitarlos en su uso.
“Por ejemplo, los más jóvenes sí consultan su saldo por el Transfermóvil. Pero ahora las CCS tienen teléfonos corporativos y le asociamos a todos la Banca Remota permitiéndoles consultar estados de cuenta, hacer transferencias y pagar la Onat”.
Los servicios del Banco Popular de Ahorro van más allá de la capacitación a los productores, sino que de conjunto con la Universidad de Pinar del Río están enfocados en captar todos los proyectos de desarrollo local que se puedan acoger en el territorio e igualmente trabajan en el asesoramiento de personas que tienen patios y parcelas.
Entre los productos disponibles del BPA para estimular la apertura de cuentas de ahorro en el caso de los agricultores pequeños, está determinar el saldo promedio con el que van a operar desde su cuenta corriente, y una vez alcanzado ese saldo y un importe máximo de 10 000 pesos, de manera automática se abre un depósito a plazo fijo por el término que la persona haya pactado, que puede ir desde tres meses y hasta seis años.
Son avances que desde el sector bancario se materializan hoy en beneficio de los campesinos y que forman parte de las 63 medidas que implementa el país para impulsar la producción agropecuaria. Vías que requieren de acompañamiento, asesoría y capacitación constante.