La magnitud de los daños que recibió la comunidad El Sitio al paso de Ian requirió una manera diferente de solucionarlos. En ese asentamiento poblacional, de las 136 viviendas, 62 se derrumbaron y 70 tuvieron pérdidas totales o parciales de los techos.
Mayra Casanueva Rodríguez, delegada de la circunscripción, recuerda la desolación de sus vecinos; su morada fue una de las que quedó sin cubierta. La solidaridad les mantuvo a flote durante las primeras horas y enseguida empezó a llegar la ayuda.
El sistema empresarial de la Agricultura fue encargado por la máxima dirección de la provincia del proceso de recuperación en esa demarcación, a menos de un año ya fueron concluidas 56 casas de las que colapsaron, con el empleo de la tipología IV, en los próximos días terminarán las que faltan.
Las prioridades se establecieron según el grado de vulnerabilidad de los damnificados, y en especial, para las madres con tres hijos o más.
ENTRE TODOS
Doniesky Gómez Casanova, es uno de los pobladores que fue contratado por la entidad a cargo de la construcción de su vivienda, la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Suministros Agropecuarios de Guane.
Su papá y un primo también devengaron un salario por asumir estas tareas. Esta fue una de las alternativas que, ante el déficit de fuerza de trabajo, permitió la ejecución de las casas y a la vez fue una forma de que obtuvieran ingresos para el sustento.
Padre de tres niñas, expresa su gratitud a las autoridades de la provincia y a todos los que de una forma u otra hicieron posible que ya tenga un hogar, asegura que la manera de retribuir es trabajando más, para que este país salga adelante, y como practicante del cristianismo, añade que orará por los gobernantes de Cuba.
Mayibis Rivera Áreas, su esposa, recuerda que se quedaron prácticamente sin nada, confiesa que no pensó tener una casa como la que tienen ahora y también patentizó su agradecimiento por la ayuda recibida.
Al reconocer el esfuerzo realizado por las entidades involucradas, Yamilé Ramos Cordero, integrante del Comité Central y primera secretaria del Partido en la provincia, hizo hincapié en la responsabilidad con que asumieron estas acciones, y significó que incluso trabajadores damnificados estuvieran participando en la recuperación de “El Sitio”, cuando todavía no tienen solución para sus viviendas.
Asimismo, enfatizó que a los pobladores corresponde hacer un mejor uso de la tierra que está en los alrededores, muchas de las cuales permanecen improductivas.
UN POCO MÁS
La infraestructura social de la comunidad también tuvo notables mejoras. Junto con la entrega de las casas se inauguró la panadería, centro que fue arrasado por Ian, y ya hace varios meses que el Grupo Empresarial Tabacuba concluyó la reparación de la escuela, el consultorio del médico y la enfermera de la familia y la farmacia.
A ello se suma la bodega y la creación de un organopónico. Los moradores, si bien se muestran agradecidos, aún tienen reclamos como que se construya cerca una escogida de tabaco y contar con una casita infantil…
Evidencia de que a una necesidad satisfecha, surge otra nueva; y no hay nada malo en desear más, pero la respuesta dada a esa comunidad dista de la que recibieron otros lugares, porque es imposible hacerlo de forma simultánea, y todavía hay muchos pinareños sin techo o casa.
Transformar su asentamiento en un enclave productivo, vincularse a las actividades que hoy son una urgencia para el país, ayudará a que otros puedan disfrutar de la felicidad que ya ellos tienen.