Llevar el arte hacia todos los lugares, e incluso hacia los rincones más intrincados de las sierras, siempre ha sido una de las mayores metas de la revolución cubana –si se quiere desde sus propios inicios con la Campaña de Alfabetización –.
En esta misión y por socializar las artes a lo largo y ancho del territorio nacional, muchos son los que han dejado sus huellas y trazado el camino para facilitar el trabajo de las generaciones actuales.
Es por ese motivo, que jóvenes como los que integran el incipiente proyecto RevolucionArte en el municipio de Los Palacios continúan ese legado de luz, pues saben de primera mano que como dijera Fidel, sin cultura, no hay libertad posible.
LOS INICIOS
Según contó Fernando Javier Fuster Gato, programador cultural principal en la Dirección Municipal de Cultura del mencionado territorio, y director de esta iniciativa artística, todo surgió a raíz de una “guerrilla” en la localidad de Palmanagua en el consejo popular de San Diego en agosto de 2017.
“Esta es una comunidad de difícil acceso perteneciente al Plan Turquino. En ese primer momento coincidimos varios amigos con la inquietud común de llevar el arte a todas estas personas que viven en lugares remotos de nuestra geografía.
“La idea principal era en ese entonces que los niños y jóvenes a través de nuestra iniciativa se interesaran por el arte y sus diferentes manifestaciones. Poco a poco fuimos incluyendo en nuestro repertorio también obras y espectáculos para adultos y adultos mayores, programas que concebían mensajes sobre la emancipación de la mujer y las igualdades de género, la resiliencia, amor, amistad y demás”.
Por supuesto, con el paso del tiempo “RevolucionArte” ha ampliado sus horizontes, sus miembros y sus metas, al punto de crear espectáculos únicos para otros municipios y lugares que los soliciten.
“Ya nos conocen, y tenemos integrantes de muchas de estas comunidades que se han incorporado con nosotros. Somos 25 instructores y aficionados que llevamos cerca de cinco años soñando con esta bonita idea”, aclaró.
UN PASO A LA VEZ
Tras este tiempo, Fernando Javier y los demás integrantes no se han quedado de brazos cruzados y solo con la idea de acarrear el arte; hoy ya dan pasos sólidos para la conformación de un proyecto sociocultural sólido con la aprobación de todos los factores de la comunidad y el apoyo total de las instancias gubernamentales.
“Ya estamos en el proceso de consolidarnos como tal, con los derechos, deberes y responsabilidades que eso implica, que son palabras mayores, pues el compromiso será más profundo y aumentará la seriedad de nuestro actuar.
“Con ello no solo buscamos tener una mayor y mejor presencia en todas las comunidades, sino también el poder beneficiarnos con herramientas y tecnologías propias con las que ahora no contamos; igualmente buscamos que los miembros pasen al estatus de profesionales en sus diferentes manifestaciones”, comentó Anieska Díaz Sánchez, directora de la Casa de Cultura Municipal e integrante del proyecto.
Hoy, según explican estos jóvenes, hay muchas ventajas, no solo para el crecimiento y superación personal, sino para quienes disfrutan, pues no solo llevan a sus espaldas el espectáculo en sí, también existe espacio para la capacitación a los aficionados y la puesta en práctica de talleres y conferencias afines en cada campo.
“En ocasiones llegábamos a un lugar y no tenían idea de lo que es una danza contemporánea o el disfrute de una fotogalería. Recordemos que en sitios intrincados no hay instituciones o entidades culturales, por lo que se hizo necesario llevarles hasta sus lugares de residencia estos talles de apreciación y creación”, explicó Díaz Sánchez.
DE “GUERRILLAS” Y ANÉCDOTAS
Cinco años son escasos cuando se habla de elevar la cultura de un pueblo e inculcar el amor al arte, pero en este tiempo muchas han sido las anécdotas y pesares que hoy narran estos jóvenes.
“Mirar atrás ahora parece fácil, pero durante la consolidación del grupo vivimos momentos difíciles y en algunos casi nos rendimos. Incluso hoy todavía tenemos muchas limitaciones desde el punto de vista tecnológico y logístico. Hay actualmente un escenario complejo con los temas del audio, pues no contamos con uno propio y siempre estamos apelando a que nos apoyen para lograr nuestro trabajo en las diferentes comunidades.
“Pero sin importar lo anterior, nosotros vamos a los lugares en lo que aparezca, en camiones, en tractores con carretas y otros medios de transporte alternativo. Es solo una cuestión de voluntad y deseos de hacer”, confesó Fuster Gato.
Por su parte, Dainerys Loaces León, integrante de la brigada, e instructora de arte, en este proyecto la vinculación de la familia lo es todo, ya que sin ese apoyo sería imposible haber conseguido el prestigio y la aceptación que ahora disfrutan.
“Tenemos dos anécdotas muy bonitas. La primera de ellas fue en los inicios cuando un domingo bien temprano nos fuimos para una de estas zonas, y allí junto a la madre de Gerardo Hernández Nordelo hicimos un show que duró hasta la noche.
“Por motivos ajenos a nuestra voluntad no pudimos regresar ese día a las casas. Solo el lunes de a poco regresamos a los hogares de cada uno, nos aseamos y directo al trabajo.
“Otra de las historias hermosas que guardamos fue cuando en febrero pasado, durante la jornada del instructor de arte, estuvimos junto a los hermanos del municipio de Sandino, a los cuales se les quemó su Casa de Cultura en aquel incendio.
“Hasta allí llegamos y compartimos las jornadas de recogida de escombros y de rescate de estructuras, además de acompañar su dolor y sus experiencias. Quisimos llegar con todo nuestro apoyo y aportar un granito de arena”.
LOGROS Y FUTURO INMEDIATO
“Para nosotros es un gran avance que el municipio cuente con esta iniciativa propia, porque a través de ella concatenamos cualquier sector de la sociedad. Hoy el panorama sociocultural de Los Palacios es otro gracias a RevolucionArte, ya que hemos desarrollado muchas obras, tanto nacionales como universales”, expresó Anieska.
“El intercambio y el aporte multisectorial es muy estrecho con las diferentes instituciones, díganse Salud, Educación, Deporte, desde todas las partes nos nutrimos y ellos también se enriquecen, formamos una simbiosis donde la meta siempre es ganar y ganar”, aclaró Dainerys.
“Es cierto que cada Consejo Popular o comunidad tiene sus propias idiosincrasias y características. Pero a pesar de los gustos, nosotros les enseñamos lo relativo a la cultura nacional e internacional. Ningún país puede estar desligado del arte, y nosotros hacemos de esta premisa nuestra bandera.
“Sí, podemos llevar un espectáculo de tradiciones campesinas a una región costumbrista, pero también los educamos y les enseñamos las riquezas de una danza contemporánea, un son, una rumba, un buen ritmo de hip hop, además de obras de la plástica, la literatura, entre otras. De esta forma lo interconectamos todo en este gran ajiaco que es la cultura cubana.
“Solo nos queda seguir contribuyendo con la sociedad y dando lo mejor de nosotros en cada salida al escenario. Los mayores regalos son y serán siempre: los aplausos, la gratitud y las sonrisas del público”.