Del cinco al siete de julio, Pinar del Río fue sede del festival internacional de narración oral escénica Río de palabras, en su primera edición online.
La narración oral es un arte milenario que sobrevive y se adapta en tiempos tecnológicos, en los que la imagen prevalece sobre la palabra y este evento resulta absolutamente necesario para contribuir al enriquecimiento de la tradición cultural cubana.
Según la narradora oral y actriz, Elvia Pérez Nápoles, invitada de honor y profesora de los talleres impartidos a los participantes sobre oralidad y dramaturgia: “La oralidad es un fenómeno social y comunicativo, aglutinador de los procesos de desarrollo del hombre… y se nutre de las palabras y gestos, del sabio uso de la entonación, el ritmo, los silencios, entre otros elementos que se producen en el aquí y el ahora, cara a cara con el público, con el objeto de emocionar o ´manipular…´”.
Con la participación de artistas de la Cátedra de Narración Oral de Pinar del Río, junto a 25 narradores latinoamericanos y una cifra no despreciable de cuenteros nacionales, cada día, a las redes sociales, el comité organizador subió más de 20 publicaciones entre audiocuentos, fragmentos de ensayos sobre el tema y talleres virtuales.
Para Arasay Suárez Padrón, directora del Festival y presidenta de la filial de artistas escénicos de la Uneac pinareña, la narración oral es “un preciado bien inmaterial que nos permite soñar, crear, creer, comunicar, recordar nuestras raíces, defender nuestra identidad, mantener viva las tradiciones que pasen de una generación a otra de una manera placentera y no convencional”. Río de palabras defiende este arte como forma de expresión que también transmite conocimiento, experiencias y vivencias.
Bajo el auspicio del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Pinar del Río y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, el evento estuvo dedicado al aniversario 60 de la Uneac y a la narradora oral pinareña Silvia Domínguez.