Luego de una etapa de merecido descanso –que no fue tan tranquila–, el arquero Hugo Franco retoma la rutina enfocado en las dianas que el 2025 le pondrá a la distancia de 70 metros.
“Siempre hay que hacer algo de ejercicios para mantenerse activo”, aclara sobre lo vivido entre los días finales de 2024 y el inicio del nuevo año, en el que asumirá exigentes retos como los encarados durante la pasada temporada.
El torneo clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo 2026, y varias fases del circuito de copas mundiales aparecen junto al campeonato del orbe en la proyectada ruta crítica del capitán de la selección masculina de arco recurvo.
“En 2025 debo participar en varios eventos internacionales de importancia. El principal objetivo sería el clasificatorio Centroamericano en junio, y lo voy a asumir con la mejor disposición posible, porque están en juego varias cosas. Clasificar como equipo será la meta que veo como posible a cumplir”, adelantó, seguro de que su papel como líder será fundamental.
Medallista individual de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, el pinareño agrandó su historia con su inclusión entre los mejores 32 de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Con ese recuerdo todavía fresco y la alegría personal de recibir en la propia Ciudad de la Luz la noticia del nacimiento de Valentina, para redondear una familia ya feliz desde antes con su hermano Cristian, Hugo enfrentará un nuevo ciclo que le pudiera deparar más roce con la elite de su modalidad.
“La familia resulta un apoyo fundamental, me alientan en cada minuto, y volveré a necesitarlos para lo que me espera en los próximos meses”, asegura en referencia a la estrategia trazada de conjunto con el colectivo técnico del deporte.
“Valoramos estar, al menos, en tres copas, también en el campeonato del mundo de Gwangju, en septiembre”, explicó sobre las prioridades establecidas por su entrenador Reiter Téllez.
“Participar en varias copas me dará confianza e igual nivel para competir contra los mejores arqueros de la actualidad. He tenido antes buenas experiencias internacionales junto a ellos, pero solo una o dos veces al año, y eso no te da la base sólida que se necesita”, precisa.
“Experimentar habitualmente el rigor de esas competencias y lograr que no te vean como un extraño en ese ambiente… eso quiero”, confiesa y deja volar su imaginación por lo que puede ganar si se concreta todo lo planificado.
En casa le tocará enfrentar el evento Elite y, por supuesto, seguir asumiendo su papel como ejemplo de una selección en la que los restantes integrantes son mucho más jóvenes.
“Es la responsabilidad de ser el líder, pero es algo más de lo que me toca, no implica un compromiso adicional. Creo que ya lo tengo incorporado a mi sentir, tengo el nivel de madurez y confianza suficiente para asumir ese papel”, dice tranquilo, con la misma certeza con que enfrenta a diario las dianas.
A poco más de un mes de cumplir los 33 años, Hugo tiene todavía un “mundo” por delante, en un deporte en que prima la longevidad. Transitar todo el ciclo hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 no será difícil, sobre todo, si consigue cumplir, paso a paso, la ansiada inserción en la elite.
Por Eylyn Ríos