Senderos interpretativos, ríos cristalinos, manantiales, flora y fauna autóctonas, historia, curiosidades… son algunas de las bondades que ofrecen los bosques de Valle Ensueño, un macroproyecto que se gesta entre las entrañas de los pinares ubicados en áreas de la Empresa Agroforestal Macurijes de Guane.
Hace dos años reflejábamos en estas páginas el quehacer de los arquitectos de la Empresa de Proyectos e Ingeniería del Ministerio de la Agricultura (Enpa) UEB Pinar del Río para lograr la ejecución de Rocío del Sol, una instalación ubicada dentro del Valle, y que a pesar de la pandemia y otros obstáculos ya muestra el resultado de aquellos diseños.
DAR VIDA A LA COMUNIDAD
“La instalación Rocío del Sol sería el primer ecoalojamiento de tres que se quieren construir dentro del patrimonio agroforestal. El objetivo es aprovechar las riquezas, las bondades que tiene el bosque y ponerlo en función de darle vida a las comunidades.
“Buscamos la manera de que sean proyectos de desarrollo que vincule a la Empresa con el Gobierno local para crear fuentes de empleo y elevar el nivel de vida de las comunidades aledañas, pues con la captación de divisa el municipio tendría solvencia económica y puede desarrollarse desde lo endógeno”, explica Pedro Cabrera Lago, director del proyecto.
Advierte que la intención es incluir a Guane dentro de lo que en el área del turismo se conoce como destino Cuba, y además potenciar como fuerza laboral a mujeres jóvenes del territorio, de hecho ya tienen una cantera formada que espera por el adiestramiento que ofrece Formatur.
“Nuestro objetivo principal es la conservación de las áreas, por eso pretendemos una explotación que no le haga daño al entorno y que a la vez podamos ponerlo en función del bienestar social”, refiere.
Rocío del Sol estará compuesto por 15 cabañas construidas totalmente de madera, un socio administrativo, tres hamaqueros, un centro de visitantes, servicios médicos y un espacio para la meditación.
El área incluye seis senderos, dos de trekking (caminata), uno para mountain bike, bicicletas, cabalgata, y otro para turismo científico. Además, incluirá un canopy y un puente colgante.
“Tenemos una gran riqueza en lo que es flora y fauna, con un 97 por ciento de endemismo. Por ejemplo, en el área contamos con 16 especies de orquídeas; dos plantas insectívoras: Drosera capilaris o Rocío del sol que es la que da nombre a la instalación y otra llamada Pinguicula. También atesoramos un caracol fluvial nativo del occidente de Pinar del Río”, apunta Cabrera Lago, a la vez que destaca el valor geológico de las rocas y del manantial que alimenta el río.
LA BRIGADA DE BELKYS
Belkys Vives ha trabajado toda su vida en la forestal, ella está al frente de la brigada que se encarga de la ejecución de la obra y que pertenecen a la unidad de Aseguramiento de Macurijes y se convirtieron en un colectivo laboral para lograr ingresos y mejores salarios.
De los 45 hombres que dirige, ocho se dedican a la parte extractiva que garantiza la venta de madera para buscar el financiamiento y el salario de los que se encargan de la construcción de las cabañas.
“Otra parte trabaja en la extracción de guano que igualmente nos da buena solvencia económica y tres hombres que mantienen el camino desde la carretera hasta acá. Ya han sembrado frutales, chapean el área y también se ocupan del bacheo”.
Belkys, al igual que sus hombres, anda a caballo por los pinares, así se trasladan cada día para empezar la jornada. Antes era una brigada que no aportaba y que tampoco tenía ingresos, hoy utilizan hasta sus propios medios de trabajo y son capaces de hacer cualquier tarea que le encomienden.
Añade Pedro que actualmente están concentrados en la parte constructiva de las cabañas, pues ya la del sendero está terminada y lista para comenzar su explotación, incluida el área de baño, lo que contribuiría al financiamiento del resto del proyecto que está concebido por etapas.
NATURALEZA A LA CARTA
Recorremos parte de los 27 kilómetros que abarca el área. A este equipo le resulta difícil no distraerse con las curiosidades y maravillas que atesora Rocío del Sol y que Pedro, cual ferviente apasionado de su trabajo, insiste en destacar.
Así nos muestra las únicas tres especies de pino Caribbea, que por algún misterio genético solo tienen follaje en la parte de arriba, o el árbol que sirve de hogar para que una colonia de termitas y otra de abejas de la tierra convivan sin dificultad.
“El sendero de interpretación es para que el visitante pueda tener un vínculo directo con las plantas, pero tiene una novedad: cada cierta distancia habrá una señal identificada con conexión Wi-Fi, con el objetivo de que pueda acceder a una realidad aumentada del sendero, o sea, un recorrido virtual con toda la información en tiempo real.
“También existe un sendero histórico-cultural que cuenta con un emplazamiento que durante la Crisis de Octubre se usaba como defensa perimetral de la base San Julián, y lo otro es la parte del agroturismo, pues tenemos tres fincas, cuyo objetivo será el autoabastecimiento. Es decir, que nosotros lejos de ser un lastre para el Estado, vamos a aportar.
“Un aspecto importante es el trabajo de concientización que hacemos con la población para que no pierdan el sentido de pertenencia con el lugar y sean los primeros en cuidarlo. Por ejemplo, recibimos visitas de estudiantes de las escuelas de todas las enseñanzas, y ya eso es un primer paso”, señala Cabrera Lago.
Entrar a Rocío del Sol es más que una experiencia renovadora, es una muestra de que se puede explotar la riqueza natural en favor del desarrollo de un territorio sin herir la diversidad ecológica tan exquisita que nos distingue. Allí, en el Valle Ensueño, tenemos un tesoro que guarda el bosque.