Lázaro Álvarez era una de las opciones seguras para Cuba en estos #JuegosPanamericanos2023.
Lázaro Álvarez podía hacer historia, pero no fue así. Lazarito fue dominado en toda la línea por un peleador canadiense, que le sorprendió y lo hizo con categoría.
Pero el deporte no solo es ganar. Hay que recibir golpes como en la vida misma. Nadie quiere, pero forma parte del proceso.
El padre de Nikitcha y Kalicha sabe que tampoco la derrota es el fin del mundo. Eso sí, es una opción para Cuba que se escapa, era una medalla de las más seguras, pero a otros tocará tirar el resto.
Lazarito es batallador. Deberá aprender que confianza mató a peligro y sacar las experiencias como lo saben hacer los grandes. Ya el boxeo la tiene más complicada en su afán de volver a liderar el medallero.
Los hijos de Orumila saben que la sabiduría es un arma poderosa, solo se agota cuando dejas de existir, mientras, toca seguir andando, levantándose del tropiezo, mirar al cielo, tomar fuerzas, pedir a todo lo posible e ir a conquistarlo. Seguir, esa es la forma de no perder la ruta.
Lázaro Álvarez para algunos pudiera ser la decepción del evento. Para otros, el costo de la confianza, para mí que lo conozco y he podido descubrir del material que está hecho; otra posibilidad para retar a los imposibles rumbo a París 2024.
Caminante somos, el éxito se encuentra haciendo camino al andar.