Los aires de gloria de Matanzas y el desencanto de Granma contrastan en la discusión de la corona beisbolera de Cuba, que pondrá en escena hoy el quinto partido del playoff entre sensaciones agridulces.
Los Cocodrilos todavía celebran su éxito -la víspera- en el estadio Victoria de Girón, mientras los Alazanes no terminan de digerir la opción desperdiciada en el afán de colocarse a un paso de refrendar el estatus colectivo de campeón.
El resultado, además, maximizó la confianza de los locales matanceros, que tendrán este viernes la posibilidad de tomar ventaja en la serie, con el plus que siempre supone desempeñarse como local.
Los granmenses, en tanto, exteriorizan sentimientos encontrados, ya que tienen ante sí el reto (y el deseo) de volver a ganar el principal torneo de la isla, pero la dinámica colectiva sufrió grietas luego de la exclusión de varios de sus jugadores en el combinado de Cuba para la Semana Beisbolera de Haarlem, Países Bajos. Todo ello después de que las autoridades de la disciplina decidieron que Granma, en el papel de rey vigente, representara a la mayor de las Antillas en la XXX edición del prestigioso certamen europeo, previsto del 8 al 15 de julio venidero.
Sin ahondar demasiado en el asunto, el mánager Carlos Martí explicó que algunos de sus pupilos –no mencionó nombres- sienten que debieron estar en la nómina que finalmente incluyó a 16 alazanes y ocho refuerzos de otros combinados de la nación.
No obstante, Martí, hombre con más de medio siglo dedicado al béisbol, reconoció la profesionalidad de sus exponentes y tendrá ahora que meditar sobre cómo recuperar la fórmula ganadora en un tope caracterizado por la paridad en el diamante.
De hecho, en las últimas horas, el tema de marras puede catalogarse como “trending topic” en el contexto deportivo del territorio caribeño y las redes sociales están colmadas de criterios de los seguidores.
En un plano más subjetivo, cabe pensarse, además, que Ferrer mostró una actitud optimista en su última presentación ante los medios, incluso con bromas incluidas; y Martí fue menos explicativo que comúnmente, o al menos esa resultó la visión que se llevaron los especialistas.
Y para cerrar la mezcla de contrastes, los aficionados matanceros fueron un puñado de buena vibra tras caer el out 27 del cuarto choque, al tiempo que el público granmense lució un semblante menos esperanzador, con pesadumbre.
Mas, un viejo axioma dicta que “la última palabra la dice el terreno”, y justamente eso sucederá desde las 14:00, hora local, con total protagonismo para los mejores equipos de Cuba en el último lustro: Alazanes de Granma y Cocodrilos de Matanzas.