Hace casi cuatro años Leyanis Pérez viajaba desde su natal Pinar del Río hacia La Habana cargada de sueños, pero ninguno era tan espectacular como el que hace unas horas vivió en la ciudad estadounidense, sede del Campeonato Mundial de Atletismo de Oregón 2022.
Con su talento a cuestas y mucho que aprender se integró al equipo nacional juvenil en el Estadio Panamericano de La Habana, y desde entonces Ricardo Ponce ha sido su único entrenador.
Con él ha pasado buenos y malos momentos, con él acaba de celebrar aquí su mejor marca personal de 14,70 metros y el cuarto lugar en la especialidad dentro del certamen.
La presea estuvo muy cerca, la acarició durante casi toda la competencia, pero se le escapó por apenas dos centímetros. No obstante, Leyanis asegura que esto es más de lo que esperaba, “la mitad del sueño, porque la otra será cuando gane la medalla”, dice orgullosa.
Le distinguen una estatura de 1,84 metros que impresiona y un desenfado total para asumir presiones que serían abrumadoras para sus 20 años de edad. Pero sobre todas las cosas están esas inmensas ganas de vencer… ¡Siempre!
Así puede resumirse a esta cubana que se hizo sentir en el estadio Hayward Field, que todavía procesa la magnitud de su resultado, pero que regresará a casa satisfecha.
¿Había imaginado este resultado?
«Siempre pienso en grande, pero de verdad no imaginaba que llegaría así. Este cuarto lugar es lo mejor y estoy satisfecha. Esto apenas comienza, solo espero seguir mejorando y mejorando para el futuro”.
¿Qué sensación deja estar tan cerca del podio?
“Estuve en medalla hasta la quinta vuelta y traté de controlar esa ansiedad, porque sabía que estaba compitiendo con grandes saltadoras que podían mejorar mi marca en cualquier momento. Fue lo que sucedió. Así es el deporte y a lo mejor alguna vez me toque hacer lo mismo”.
¿En qué o en quién piensa en momentos como esos?
“Estoy pensando ahora mismo en mi mamá, ella es mi guerrera. Está muy feliz con este resultado, lo sé, incluso sin hablar con ella”.
En la clasificación se vieron algunos errores, estaba algo lenta… ¿Qué estrategia planificó para esta final?
“Salí a mejorar los errores técnicos. El primer salto era fundamental y no me salió, pero lo hice en el segundo… Me tracé la meta de activarme en el despegue, de ir siempre a pisar bien en la tabla y salir rápido”.
Se le vio relajada, sin sustos, por decirlo de alguna manera. ¿Fue así en realidad?
“Para nada. Había mucha tensión, estaba compitiendo contra mujeres de más experiencia y fue muy fuerte, pero salió el resultado”.
No cometió ninguna falta y eso le caracteriza. ¿Cómo se prepara para ello?
“Tuve todos mis saltos por encima de 14 metros y sin faltas. Generalmente no fallo, el día que entro mal a la tabla estoy haciendo algo mal en la carrera. Siempre me propongo la estabilidad, saltar más de 14 metros en cualquier condición”.
Se le ve activa en las redes sociales, hace tik tok, publicas fotos…
“Es mi manera de relajarme, de quitarme el estrés de cada entrenamiento y las competencias. Así me alejo del deporte por un rato…”.
¿Qué ha significado Ponce en sus resultados?
“Ponce es mi otro padre. Incluso me regaña más que mi papá. Está pendiente de todo lo que necesito, de lo que me hace falta. También estoy muy feliz por él. Este resultado servirá también para que a partir de ahora vaya conmigo a todas las competencias, para que me siga ayudando a crecer”.
¿Sueños?
“Muchos, pero sobre todo uno para el que estoy trabajando desde ahora: ser medallista en el próximo certamen mundial”.