Menos de 20 años tenían los hermanos Sergio y Luis Saíz Montes de Oca cuando sus vidas fueron truncadas. El lector de cualquiera de los textos escritos por ambos, no puede menos que admirarse ante la temprana madurez de su pensamiento sociopolítico y los innegables valores literarios de su poesía y prosa.
En el libro Juventudes, el investigador pinareño Luis Figueroa Pagés asegura que la obra de los jóvenes abarca un universo extraordinario, que no se puede circunscribir a los documentos de carácter político. Y subraya:
“Asombra y constituye motivo de legítimo orgullo (recuérdese la edad de ambos hermanos) tanto la amplitud temática de su pensamiento como el calado, la valentía, la originalidad, la autoctonía y el compromiso social que trasluce”.
Por su parte, el escritor cubano Eldys Baratute, en el prólogo a la selección de cuentos de Luis Saíz Montes de Oca Los antepasados, manifiesta la paradoja que subyace en un autor de vanguardia, “alejado de la atención de críticos e investigadores literarios”.
Aquellos sanjuaneros adelantados a su tiempo se conocen, sobre todo, por el accionar revolucionario, que motivó el asesinato de agosto de 1957 en plena calle del pueblo natal. Sin embargo, su labor creadora ha sido mucho menos difundida en el contexto nacional; incluso, entre los miembros de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), organización que agrupa a jóvenes escritores y artistas cubanos, inspirada en el ejemplo de los muchachos mártires.
Así lo reconoció su presidente nacional, Yasel Toledo Garnache, en visita reciente a la provincia. Acompañado de una pequeña representación de asociados, el periodista y escritor llegó hasta la Casa Museo de los mártires y el panteón donde reposan sus restos, en San Juan y Martínez.
“Ojalá todos los miembros de la AHS lleguen en algún momento hasta estos lugares, son maneras en las que es casi imposible no emocionarse”, aseveró.
Toledo Garnache ratificó el compromiso de su organización con la difusión de la vida y obra de Sergio y Luis. Al respecto, manifestó el deseo de encontrar formas atractivas desde la radio, la televisión, o incluso, el cine, “que es un sueño a largo plazo”. Asimismo, habló del propósito de acercarse a escuelas y a otras instituciones con la invitación a leer a los Hermanos Saíz, como ocurrió en estos días en el Ipvce Federico Engels, de Vueltabajo.
“Ellos simbolizan aquello a lo que debemos aspirar nosotros como creadores que es esa dimensión de bondad, de sensibilidad, de amor hacia la cultura, vocación de servir y pasión por Cuba. Eso también tiene que estar junto a nosotros siempre”, resaltó.
INSPIRACIÓN Y COMPROMISO
Entre el tiempo de los Hermanos Saíz -enmarcado entre las décadas del ‘30 y el ‘50 del siglo pasado- y el de los jóvenes de hoy, existen más distancias que las que impone el propio devenir de los años. Pero la profunda diferencia de contextos no impide que aquellos hablen con absoluta vigencia desde su pensamiento y obra.
El joven músico José Luis Izquierdo, Luisiño, dice encontrar en ellos un referente de compromiso, de sentido de pertenencia y de responsabilidad, tanto en sus ideas políticas como en su labor creativa.
“Justamente son esos valores los que los han convertido en paradigmas para una vanguardia artística joven, que sigue apostando por una creación más libre, por un pensamiento coherente, que refleje el tiempo en que nos ha tocado emprender”, explica.
En tanto, para la escritora y crítico de arte Yanetsy Ariste, “lo que se traduce al estudiar la obra de los Hermanos Saíz con una mirada contemporánea es, en primer lugar, que los jóvenes hoy debemos ser auténticos, debemos tener voz propia. Eran hermanos con muy poca diferencia de edad, tuvieron la misma formación, los mismos ideales y, aun así, se distinguían uno de otro en su manera de crear”.
Lo romántico de Luis, lo vehemente de Sergio… son características que la creadora ha podido apreciar a través de su obra literaria. “Sergio pintaba, ambos recibían clases de música y escribían poesía; Luis también escribía narrativa… Independientemente de todo cuánto hacían, lo que me causa admiración es que podían crear de una manera madura, a pesar de la corta edad que tenían”, afirma.
Ambos entrevistados coinciden en lo emocionante de visitar la Casa Museo y revivir el ambiente en el que se criaron los muchachos, ver de cerca sus objetos personales, leer su obra. “Me gusta pensar que todo el pueblo de San Juan y Martínez aún está impregnado del legado imperecedero de ellos”, dice Luisiño.
De igual modo, los creadores concuerdan en la enorme responsabilidad que corresponde a la AHS, en especial a la filial pinareña, en la difusión del legado de Sergio y Luis como artistas.
“Si ellos hubieran vivido más años, pienso que hubieran quedado inscritos en la historia de la literatura cubana, porque si a su edad escribían con tal madurez, el futuro para ellos tenía que ser exitoso”, asevera Yanetsy.
La celebración, ya tradicional, de la Jornada 13 de Agosto en San Juan y Martínez, ahora con alcance nacional y con un apartado teórico que promueve la investigación en torno a la obra y pensamiento de Sergio y Luis, constituye un momento idóneo para honrar su memoria con justeza. Pero, no debe ser el único, así como tampoco debiera ser exclusivo de Pinar del Río el homenaje.
La impronta de los talentosos hermanos pertenece a la cultura cubana y como tal, merece ser defendida. Pocos como ellos ganarán el respeto del lector con una obra que apenas quedó en su fase inicial.