A nivel social la COVID-19 deja varias enseñanzas y experiencias que una vez superada la pandemia deberían incorporarse a la habitualidad: teletrabajo, reducción de reuniones y reordenamiento de la fuerza laboral, ya están entre las que llegaron para quedarse; pero también merece un espacio en ese grupo el incremento de los servicios a domicilio.
Tomemos como ejemplo la entrega en casa de comidas elaboradas por unidades gastronómicas, opción que representa considerables beneficios para la familia y deberían realizarse no solo de manera excepcional para fechas de celebraciones, sino de modo sistemático, que represente una alternativa confiable a la cual recurrir.
Para la mujer trabajadora en más de una ocasión esa sería la solución a agobios de labores domésticas, especialmente en días que se acumulan responsabilidades fuera del hogar y el tiempo para cocinar no alcanza o quizás solo como la forma de tomar un descanso y enfrentar carencias de suministros en la morada.
Ante el envejecimiento poblacional, constituye también otra manera de propiciar a los cuidadores respuestas válidas para preservar la inserción social, además de mayor accesibilidad a los ancianos que conservan su autonomía a medios para la satisfacción de necesidades básicas. Es, sin lugar a dudas, un paso en la elevación de la calidad de vida pues los servicios a domicilio son práctica generalizada en el mundo.
El reto debe ser ampliar la gama de ofertas, incluso incluir dentro de los menús de los propios restaurantes cuando abran para la atención a comensales y a domicilio elaboraciones para diabéticos e hipertensos, enfermedades de alta prevalencia en el país y cuyo control transita por una dieta adecuada.
Por otra parte, las compras online durante este periodo han generado más expectativas que respuestas, sin dejar de reconocer que, antes de la pandemia y el incremento de la demanda, el funcionamiento gozaba de aceptación entre los clientes: encontrar el camino hacia la eficiencia de esta prestación es imprescindible.
Contar con la posibilidad de recibir la mercancía en casa o que una sola factura evite un recorrido por varias tiendas es otra alternativa que reforzaría las anteriores y serviría como respaldo a las modalidades de teletrabajo, además de que según especialistas el riesgo seguirá latente, por tanto, requeriremos mantener el distanciamiento social y evadir aglomeraciones.
Asimismo demostraron ser valiosos los servicios de mensajería incorporados a las farmacias, bodegas y el Sistema de Atención a la Familia (SAF). Estos podrían mantenerse a través de trabajadores no estatales y constituir una fuente de empleo, a lo que en buen cubano solemos llamar matar dos pájaros de un solo tiro.
Los ejemplos son disímiles y cada entidad puede implementar desde su perspectiva maneras de llegar hasta los hogares.
Sé que algunos tildarán de locura tal posibilidad, principalmente por lo relacionado con el transporte, el combustible y otras excusas, pero la vida demuestra que las soluciones se gestan al amparo de la voluntad de encontrarlas y si aparecieron en medio de una pandemia, pues deben de aflorar con mayor facilidad fuera de ella.
Hay casos donde solo es articular sistemas ya existentes para que desde el hogar se gestionen problemas cotidianos, combinando el empleo de las nuevas tecnologías y la conexión a internet junto a entregas de correo y así podrían realizarse trámites sin personarse en la institución cuando no sea imprescindible, además de que el pago por el servicio puede hacerse también de forma electrónica.
Para abrir el diapasón de ofertas es preciso primero rasgar el velo de la mirada y el pensamiento, salir de lo tradicional dentro de nuestro contexto hacia lo novedoso, alentando siempre la satisfacción del cliente y su comodidad. La sugerencia es válida tanto para quienes operan bajo gestión estatal como aquellos que lo hacen de modo autónomo.
Quedarnos en casa el mayor tiempo posible es una recomendación a la cual no se le ha puesto fecha de caducidad y los servicios a domicilio contribuirán a que cumplamos con esta indicación.
En tanto, para quienes por necesidad o elección permanecen en el hogar, es una solución hecha a medida.
Agilidad, confiabilidad, seguridad y diversidad son elementos a tener en cuenta en toda prestación, cualquiera sea el espacio en que se brinde, pero si llega hasta el interior de la morada, entonces es una fórmula de bienestar familiar.