Conversar con él sobre Ginecología es un aprendizaje constante. Su facilidad para explicar hasta el procedimiento más complejo sorprende y al mismo tiempo da tranquilidad, confianza. Osvaldito, como le llama la mayoría, es quizás uno de los médicos más conocidos en Pinar del Río, al menos por un gran porcentaje de las mujeres en edad fértil que habitan la ciudad.
Se graduó de Medicina en al año 1987 y en 1991 se le otorgó la especialidad de Ginecología.
“Fui el mejor graduado de mi año y me dieron la plaza en el antiguo hospital materno Justo Legón Padilla. En aquellos tiempos era muy difícil obtener una especialidad en Cuba”. Desde 1994 milita en las filas del Partido y en el ‘97 cumplió misión internacionalista en Ghana. A su regreso, continuó su trabajo en el mismo centro hasta que cerró en 2006.
GINECOBSTETRICIA
Hacemos un alto en la línea de tiempo. Una pregunta se impone al hablar de su carrera profesional, y es entonces cuando descubro su pasión por lo que hace.
“En 33 años de trabajo, lo más difícil que he enfrentado ha sido la misión internacionalista. Imagínate un solo ginecólogo para una provincia con aproximadamente la misma cantidad de habitantes que Pinar. Tuve muchos casos complicados, graves, incluso fallecimientos. En Cuba no estamos acostumbrados a eso. Aquí se trabaja en equipo, las decisiones se toman en conjunto, allí no. Muchas cosas me pasaron”.
Saltamos de un tema a otro como quien conversa entre amigos. Traemos a colación la compleja tarea de los ginecólogos y la incomprensión de la sociedad cuando algo falla.
“En la calle se hablan cosas que no son del todo ciertas, se tergiversan los hechos. Ningún médico pierde la sensibilidad. Los ginecólogos vivimos con un estrés tremendo. De todas las especialidades, la Ginecobstetricia es una de las más difíciles. Primero porque tienes dos pacientes, y segundo porque un embarazo es un acontecimiento feliz y siempre la familia espera que todo salga sin problemas. Hacer cálculos en esta profesión es muy complejo.
¿Parto natural o cesárea?
“Toda la vida, nuestros profesores -Díaz Mendoza, Noda, Fernández Alech- abogaban por que se hiciera la obstetricia. La cesárea es un proceder agresivo, invasivo y no es sencillo, lo que de tantas veces que la hacemos le perdemos un poco el respeto y la vemos fácil, pero es una operación en la que pueden surgir complicaciones.
“Lo mejor es un parto natural. Trabajé muchos años en Puerperio Quirúrgico y te digo que incluso los niños que nacen por parto responden mejor a la respiración y a las maniobras. Claro que existen normas para hacer una cesárea y las causas están escritas”.
DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA
Retomamos la línea temporal de su carrera. Hace más de una década que le ha tocado, como le han dicho en varias ocasiones, ser juez y parte.
En el 2006, en la Dirección Provincial de Salud le propusieron llevar, en el policlínico Pedro Borrás, la consulta de Regulación Menstrual lunes, miércoles y viernes.
La otra cara de la moneda, la consulta municipal de Atención a la Pareja Infértil, está bajo su cuidado desde 2017, los martes, jueves y sábados en el “Turcios Lima”.
¿Interrupción o método anticonceptivo?
“La regulación no es un método anticonceptivo, sino una forma de interrumpir un embarazo que no exceda los 15 días de atraso menstrual. En 14 años de trabajo me he dado cuenta de muchas cosas. Los dos extremos van en aumento en la consulta. Están las mujeres de más de 40 que no quieren tener más hijos y no se ligan o no toman las precauciones, y adolescentes de 13 o 14 años. De estas últimas todas las semanas hay, incluso muchas que repiten dos y tres veces en el año, a pesar de la labor educativa que hacemos con cada paciente y de remitirlas a la consulta de planificación familiar.
“En cada municipio existe una consulta de planificación familiar, en Pinar funciona miércoles y viernes, de ocho de la mañana a 12 del día en el “Turcios Lima” y allí se busca la mejor opción anticonceptiva. No sé por qué no valoran ese espacio y asisten a él”.
Consecuencias…
“Un profesor, ya fallecido, dijo que las regulaciones o interrupciones muchas veces son silentes, lentas y tardías. Una paciente puede ser regulada sin sangramiento ni dolor u otra complicación, y a los dos o tres años te la puedes encontrar en la consulta de infertilidad por obstrucción bilateral de las trompas, con una sola regulación. Ningún método de interrupción de embarazo es recomendable.
“Desafortunadamente, la consulta de Regulación menstrual siempre está llena, y no es de ahora porque escasea el condón. El promedio es el mismo de hace cinco o seis años. Cuando sumas las interrupciones que se hacen, solo en el municipio, contando abortos farmacológicos, legrados y regulaciones, son más de 100 casos semanales”.
La otra cara…
“La consulta de Atención a la Pareja Infértil es un programa que monitorea directamente el ministro de Salud y el Presidente de la República. Cada día se da un parte desde cada municipio de Cuba”.
En el 2018, Osvaldito pasó un curso en el hospital América Arias, junto a 11 fertilistas más, uno de cada municipio y la coordinadora provincial, doctora Marta Valladares, para llevar a cabo este programa que se rige por un protocolo a nivel nacional.
“Somos un equipo multidisciplinario que incluye hasta un psicólogo. Se estudian los casos para determinar las causas por un periodo que puede llevar hasta un año. Hemos logrado hacer casi todo, excepto las inseminaciones que se remiten al ‘Abel Santamaría’, donde radica la consulta provincial. Tenemos el propósito de tener 50 embarazadas al año. En el 2018 llegamos a tener 31, el pasado 43 y en 2020 vamos por 29”.
LA SATISFACCIÓN DE SERVIR
Satisfacciones ha tenido muchas. “Por suerte he logrado ver a bastantes pacientes con el niño en brazos. Tenemos alrededor de 115 parejas que han concebido su bebé. Se han convertido en amigos, generalmente son personas que se quedan conectadas contigo. Es una satisfacción tremenda”.
Osvaldito tiene cuatro hijos y un nieto. Su esposa asiente con la cabeza cuando dice que la vida en la casa es complicada porque recibe muchas visitas de pacientes y el teléfono no para. “Es mi deber atenderlas. Me llaman con bastante frecuencia o vienen a cualquier hora. La verdad tengo más amigas que amigos, pero mi esposa lo entiende (risas). Salgo a la calle y de cada 10 personas que saludo, nueve son mujeres, pero así es mi trabajo”.
Y en una frase de Aristóteles me resume eso, su trabajo: “La esencia de la vida es servir a otros y hacer el bien. Eso nos toca a los médicos, nada más”.
Muy bonita entrevista, un excelente ginecólogo, saludos para Osvi y para Diane su esposa.
Loimy