Los llamados «cazatalentos» del deporte profesional a nivel mundial, se equivocan muy poco. Y si hablamos de quienes ejercen esas funciones en la esfera del músculo en Japón, creo que son más precisos y seguros cuando le echan el ojo a determinado atleta.
De su presencia en Cuba con ese objetivo, se desprende que por estos días el humo del «tabaco» emane sobremanera en la Liga Profesional Japonesa de Béisbol. Año tras año, y con sus respectivas misiones sobre el montículo, los lanzadores relevistas pinareños Raidel Martínez y Liván Moinelo se llevan las palmas con sus excelentes actuaciones. Y esta temporada no es la excepción.
Lo del diestro Raidel Martínez es realmente impresionante. Plantilla del club Dragones de Chunichi en la zona Central desde el año 2018, el oriundo de San Juan y Martínez se desempeña como cerrador (lanza solo el noveno inning) para mantener una ventaja o conservar un pequeño carreraje en contra, en espera de que su conjunto decida en el final de ese capítulo.
Sus veloces envíos por encima de las 95 millas, y su buen control, le han permitido convertirse en un lanzador (casi) intocable, para granjearse el respeto de todos.
En su debut del 2018, el espigado derecho no logró ningún punto por juego salvado. Pero de ahí en adelante se ha convertido en uno de los mejores «taponeros» no solo de su zona, sino de toda la liga nipona, en la cual abundan muy buenos rescatistas.
Las estadísticas muestran que luego salvó 19 en 2019, 21 en 2020, y 23 en la temporada de 2021, para dejar la «mesa servida» de cara a la serie del 2022, en la que impuso récord de salvamentos para la liga Central (39).
Hasta ese momento, su cifra es de 103 juegos salvados. Pero si sumamos los 13 que ya ostenta en la actual temporada, exhibe 116. Y sin dudas, el «cerrojo pinareño» va por más. En este año 2023, Raidel es el líder en su zona. Ha lanzado 18 entradas a ritmo de 12 jits y apenas un boleto concedido, con 28 ponches y sin permitir carreras limpias, algo extraordinario. Pero hay más. Tiene cuatro puntos por Hold Points (entregar la bola a quien lo sustituye con ventaja en el juego) y su WHIP (hombres embasados por entrada) resulta de apenas 0.72.
Mientras, Moinelo es el encargado de lanzar el octavo inning en su club Halcones de SoftBank, de la Liga del Pacífico, y dejar que el cerrador entre con ventaja en el noveno acto. Así, ha respondido este año con creces en su renglón de Hold Points (10, segundo de la zona), con cota de nueve jits, 22 ponches y tres boletos en 18 entradas para 1.00 promedio de carreras limpias.
El imbateable zurdo pinareño, también de excelente velocidad y una slider endemoniada para los bateadores siniestros, tiene una victoria y dos rescates, con un WHIP de otra galaxia (0.67).
Moinelo llegó a las filas de los Halcones en 2017, y hasta 2022 había propinado 385 ponches en 272.2 innings, para promedio de 2.05.
De la efectividad, la tóxica velocidad y el control de los relevistas pinareños Raidel y Moinelo desde la lomita en lo que va de temporada -ambos han lanzado 18 entradas hasta el cierre de este comentario-, habla por sí solo este dato: ninguno ha permitido jonrón.