Luego de varios años con bajos volúmenes de capa de exportación, el municipio de San Luis aspira a elevar los rendimientos para la industria del torcido
Marco Antonio Veloz Lanza fue el primer productor en iniciar la siembra de tabaco tapado en San Luis. La vitalidad de unas 36 000 posturas de la variedad Criollo 2018 se pueden apreciar hoy en su plantación, que abarca poco más de una hectárea.
“Dicen que quien da primero da dos veces, también ha sido una ventaja traer las posturas del cepellón, pues como vienen en bandeja, esa plántula no sufre”, afirma.
Socio de la CCS Eusebio González, hace más de una década que este campesino se dedica al cultivo del tapado, y el pasado año obtuvo seis quintales de capa.
“En otras campañas hemos tenido algunas limitaciones y problemas con la cura controlada, pero este año contamos con todos los recursos y la Empresa nos apoya con las kalfrisas, aunque tengo una casa de cuatro aposentos y cuatro portales con capacidad para más de 3 000 cujes”, explica.
Muy cerca de su área, el joven Jesús Manuel García Quintana optó, igualmente, por la variedad C18, pues algunos dicen que “tiene su cosa”. Con solo 23 años dedica la mayor parte de su tiempo al tabaco, junto a su padre y su tío. Comenta que esta campaña promete y que, si en la anterior obtuvieron 15 quintales de capa, en esta aspiran a los 20.
GARANTIZAR CALIDAD DESDE LA SEMILLA
En la batería de túneles La Esperanza el objetivo principal es producir posturas para el tabaco tapado. Hoy los semilleros muestran una mayor diversidad varietal en comparación con años anteriores, y en sus áreas se acometen acciones de ampliación para una mayor producción en el territorio.
Rodolfo Ahmed Mollinedo Lanza, jefe de brigada de “La Esperanza”, refirió que se están armando cuatro túneles de tecnología española con una capacidad de producción de 250 000 posturas cada uno.
“Es un sistema bien moderno que cuenta con fertirriego automático, y aunque su principal propósito es el tabaco tapado, aspiramos a que se concluya a finales de diciembre y empiece a producir posturas para el de sol”, apuntó.
De las plántulas de “La Esperanza” se benefician varios productores de San Luis, sobre todo los de la CCS Eusebio González, como Marco Antonio y Jesús Manuel. Además del Criollo 2018, producen Corojo 2020 y, en menor medida, Criollo 2010, una variedad que escaseó años anteriores y que se ha logrado rescatar por los altos volúmenes de capa que se obtienen.
“En los últimos años, los niveles de capa han sido bajos en el municipio. La campaña pasada, por ejemplo, no se puede comparar con ninguna, pues a nivel provincial tuvo muchas dificultades, principalmente, por las inclemencias del clima y la aparición de plagas. Hubo productores que perdieron toda su cosecha y no se obtuvo el rendimiento que se esperaba”, cuenta Luis Roberto Ampudia Plasencia, director agrícola de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco San Luis.
“Por eso y otras cuestiones, algunos productores le han hecho rechazo al Corojo 2020, por lo que prefieren el Criollo 2010, pero la semilla ha escaseado. El mayor problema en la estrategia varietal ha sido ese”, agregó
ALTERNATIVAS PARA UNA MEJOR CAMPAÑA
A diferencia de años anteriores, recursos como el fertilizante, el abono o el combustible no representan una limitante para los tabacaleros en esta campaña. Lo que más incide en la contratación es la capacidad de cura, prácticamente devastada hace dos años por el huracán Ian.
Sobre la estrategia empleada en San Luis para incrementar áreas de siembra y obtener mejores resultados, comenta el director agrícola que aunque cuentan con la infraestructura para curar el tapado, en el tabaco de sol estiman que unas 527 hectáreas quedarían sin respaldo en ese sentido, por lo que están contratadas bajo esa condición.
“Teníamos inicialmente un plan de siembra de 2 346 hectáreas, de ellas 2 000 de tabaco de sol, 240 de tabaco tapado y 106 de Virginia. A partir de una intención del Grupo, se reajustó la cifra del tapado a 170 hectáreas, lo cual trajo consigo que aumentara la cifra de sol, y el Virginia sí se mantiene porque contamos con las 20 cámaras de cura controlada para ello.
“En el caso de la cura natural tenemos 623 casas terminadas, de ellas 145 de tapado y el resto de sol, mientras que hay 93 en diferentes fases de construcción. Es bueno señalar que desde la dirección del Grupo se determinó potenciar las vegas finas de primera con el tiro de madera, y hace cerca de un mes hemos visto una mejoría en el municipio.
“El otro problema es el cuje, pues a muchos productores que terminaron su casa de tabaco ya no les servían los cujes, y a eso le damos especial atención a través de la UEB de Aseguramiento, Forestal y Construcción con la madera de nuestros bosques, pero no es suficiente, por lo que hay que trasladar desde otros lugares, no solo hasta aquí, sino a otros municipios del macizo que también lo necesitan”, señaló.
Ampudia Plasencia añadió que hoy trabajan con productores que tienen proyectos de inversión y créditos aprobados en el Banco y que no han recibido madera, para sumarlos a la campaña.
“En caso de que no se materialice la construcción existen otras alternativas, como productores vinculados a otros y la ampliación de hectáreas, en el caso de quienes tienen capacidad de cura y realizan varias etapas de siembra, hacia áreas de cooperativas de producción agropecuaria que estén en desuso”, detalló.
Sobre el cronograma de siembra en las diferentes tecnologías, el director agrícola argumentó que para el tabaco de sol y el Virginia cuentan con siete túneles vinculados a productores individuales.
“Una de las situaciones que hemos presentado ha sido el volumen de posturas para respaldar las hectáreas del Virginia, por lo que para el plan de este año se ha intencionado buscarlas en canteros tradicionales, pues está demostrado que es una posibilidad que da buenos resultados”.
En el caso del de sol ya cuentan con más de 20 000 canteros regados que respaldarían las siembras del mes de enero. “Perdimos casi 2 000 canteros, y los que logramos salvar no dan el balance de posturas que esperábamos. Ahora estamos con un mejor clima y las siembras muestran mejor nivel, lo que daría un balance más positivo en diciembre y enero. Pensamos que para diciembre debemos cerrar con alrededor de 800 hectáreas sembradas de las tres tecnologías”.
Pedro Valdés Díaz, especialista de tabaco tapado, explicó que luego del reajuste del plan a 170 hectáreas y 130 productores contratados, cuentan con postura suficiente para el 40 por ciento de la siembra en el mes de noviembre, y dejar un 60 para diciembre. “Tenemos 2 500 canteros tradicionales regados y 42 túneles en cepellón dando postura, el propósito es concluir el 31 de diciembre con el total pactado”, agregó.
CUANDO EL TABACO ESTÁ SECO
La selección y clasificado de las hojas es parte indispensable del proceso para mantener la calidad del tabaco que sale de occidente. Desde el mes de julio, tres escogidas del territorio sanluiseño se dedican al beneficio de las 146 toneladas de materia prima acopiadas la pasada campaña.
De acuerdo con Alberto Márquez Padilla, director de la preindustria, en diciembre deben concluir con 15 toneladas de capa de exportación, lo que representa un 10 por ciento.
En la escogida V.13.0, después de completar el beneficio del tabaco tapado se disponen a iniciar el de sol, un proceso que culminaría en el mes de mayo.
Allí, más de 70 mujeres trabajan en el banco seleccionando y clasificando, algunas, las más “largas”, pueden llegar a ganar 15 000 pesos de salario, además del refuerzo en materia de alimentación que reciben mensualmente a través del Grupo, que incluye granos, proteína, huevos y leche.
Desde la Empresa sanluiseña se fomenta, igualmente, la creación de las escogidas familiares. “Contamos con varios productores que ya benefician el tabaco en su misma finca con excelentes resultados y tenemos tres más que se pueden sumar en la presente campaña”, dijo Valdés Díaz.
“Está demostrado que para el beneficio tiene que haber sentido de pertenencia, y el tabaco lo tiene que cuidar el dueño”, así asegura el Premio Habano Servilio Jesús Córdova Torres (Jesusín), socio de la CCS Camilo Cienfuegos, quien obtuvo un 64 por ciento de capa de exportación en su escogida.
“No hacen falta tantos obreros, sino que cumplan a cabalidad con la labor que realizan, y tratar de transmitirles las buenas prácticas que necesita el tabaco. Fuimos asesorados por los técnicos de la subdirección de Acopio y Beneficio de la Empresa y por el almacén de Tabaco en Rama. Le digo que lo principal es amar lo que se hace.
“Si uno parte del semillero, qué mejor que terminar con un correcto beneficio. Eso es bienestar para el productor, para la Empresa y para el país que tanto lo necesita. Los rendimientos hablan por sí solos. La escogida no mejora el tabaco, sino que lo selecciona correctamente”.
Jesusín prevé iniciar la siembra la próxima semana. Por cuarto año consecutivo optó por el Corojo 2020, aunque otros tengan sus reservas con la variedad. “Es un poco tarde, pero no es así si la dicha llega. Ya ‘tapicé’ el suelo con materia orgánica, porque con fertilizante químico solo no se obtiene buena capa, al final, la planta solo absorbe lo que necesita”.