Para el cubano de a pie, la búsqueda de soluciones a problemas cotidianos ha sido uno de los temas por excelencia a debatir y valorar al final del día. Máxime cuando la economía doméstica no permite más rejuego que la reparación o innovación.
En este sentido, poder contar con soluciones fiables y trabajos de calidad es de vital importancia para que cualquier equipo regrese a la vida y continúe “sacando chispas” en el hogar.
Evidentemente, cubanos al fin, no soportamos que se nos rompa algo. Pero sin duda los ventiladores y refrigeradores son como hermanos que no pueden “enfermarse” bajo ningún concepto.
Hoy gracias a la voluntad de un joven consolareño y su ambicioso proyecto de desarrollo local de enrollado de motores eléctricos, reparar y dejar como nuevos estos equipos es tarea fácil.
LA IDEA
José Luis López García, gestor y fundador del mencionado proyecto de enrollado lleva años “resolviendo” problemas, al comienzo en condiciones no tan favorables desde el punto de vista técnico, pero igualmente con una gran demanda de trabajo y una calidad meritoria.
Según contó, la posibilidad real de crecer llegó a través de PADIT en el municipio y el reordenamiento en la economía nacional, tras la implementación de medidas para flexibilizar el trabajo por cuenta propia y la creación de pequeñas y medianas empresas.
“Decidí adentrarme en esta empresa e incentivar a mis trabajadores para que se lanzaran conmigo en esta aventura. Mi trabajo tenía bastante demanda y era muy bien recibido por la población.
“Es una realidad que pasamos mucho trabajo para deshacernos de cualquier equipo, por varias razones, y es por eso que este taller surge. La idea esencial fue la de prestar servicio a las empresas, los no estatales y -por supuesto- a las personas naturales”, expresó.
El incipiente proyecto de José Luis ya muestra su primer semblante, pues las labores de construcción son palpables. Según los planos, esta pequeña empresa contará próximamente con un aula anexa (que incluirá a profesores del politécnico Primero de Mayo), un local de enrollado de motores eléctricos con capacidad para 15 clientes, un área de chapistería y pintura y otro apartado para la reparación de máquinas de refrigeración.
REPARANDO… EN LA PRÁCTICA
El campo de acción de los trabajadores del proyecto abarca el enrollado de motores de todo tipo, desde ventiladores hasta motores de frío y maquinarias de alto caballaje. Sin embargo, refiere López García que lo que más reparan son batidoras, pulidoras, taladros y ventiladores.
De igual forma, como cualquier otro taller de respeto, sus trabajadores dan siempre garantía de dos meses, periodo en el que siempre retorna algún cliente por fallos de otro tipo.
“En caso de averías los clientes pueden regresar. Muchas veces, en el caso de los ventiladores el problema recae en los bujes y no en el enrollado en sí. Somos flexibles, y en el caso de que el cliente no esté satisfecho con el trabajo le devolvemos íntegramente su dinero o gratuitamente le volvemos a reparar su equipo”, agregó.
En el caso del sector estatal, José Luis ha atendido varios pedidos de la Empresa de Bebidas y Refrescos, la Fábrica de Cerveza, Geocuba, la Empresa de Aseguramiento para el Tabaco, la Vivienda, Gastronomía y otras.
También en el propio Consolación del Sur repararon un motor de 22 kW del frigorífico municipal, una bomba de vacío de amoniaco y reconectaron otras maquinarias de procedencia asiática, todas con el objetivo de sincronizarlas a la cadena de frío de la entidad anterior.
“Algo importante es el vínculo que mantenemos con el politécnico municipal Mártires del Moncada, del cual aceptamos estudiantes para que se adiestren en un periodo de entre seis y siete meses que incluye tanto teoría como práctica”.
FUTURO
“La esperanza con este proyecto es que a través del proceso de reordenamiento nosotros podamos insertarnos en la economía de esta sociedad más justa que se quiere.
“Pretendemos ofrecer soluciones eficientes a las necesidades crecientes de la población cubana en cuanto a equipamiento eléctrico, siempre a precios módicos.
“Por supuesto, queremos crecer como empresa y como trabajadores, y aspiramos poder contar con todos los recursos necesarios para realizar nuestras labores con la calidad que estamos acostumbrados. No descartamos que en un futuro podamos también importar muchas de las materias primas que necesitamos para estas actividades y que nuestro trabajo gane en reconocimiento, confiabilidad y respeto”, concluyó.