Muchas veces hemos sido testigos o escuchado anécdotas de personas que caminan dormidas o hacen diferentes actividades que al despertar no recuerdan. Estos episodios son mayormente síntomas de sonambulismo, un trastorno benigno del sueño que, aunque parezca común, tiene un trasfondo familiar.
Especialistas en Neurología afirman que el sonambulismo es un estado intermedio entre estar despierto y estar dormido. Ocurre en una fase del sueño muy profundo, en la que el cerebro está muy sincronizado, y en esta patología, funciona de manera automática. Aunque el sonámbulo camina y realiza alguna acción con los ojos abiertos, no es consciente de lo que hace. Incluso mantiene el rostro relajado sin evidenciar emoción alguna.
Este trastorno desparece a medida que va madurando el sistema nervioso. Es por ello que se presenta generalmente durante la niñez y muchas veces no requiere tratamiento, pues tiende a disminuir en la adolescencia y la adultez. Aunque a veces es hereditario, las causas varían también en dependencia del entorno hogareño.
Según especialistas en Psiquiatría infantil, a partir de que el niño empieza a soñar puede aparecer el sonambulismo, provocado por ansiedad, por un mal manejo familiar o situaciones propias del medio que lo circunda. Los episodios pueden tardar desde unos pocos a varios minutos.
Hay creencias de que al despertar a alguien en medio de uno de estos episodios puede mostrar manifestaciones violentas. En el caso de los niños, los expertos aconsejan no despertarlos, pues resultaría desagradable, confuso para ellos verse, por ejemplo, en medio de la sala sin saber cómo llegó ahí. El niño se acomplejaría, sufriría, o sea, que le estaríamos provocando un trastorno emocional.
La técnica que recomiendan los especialistas es llevarlo de la mano y volverlo a acostar en la cama, colocar un pestillo alto, para que no abra la puerta y así evitar que vaya a algún lugar peligroso como balcones o a la calle.
Aunque en algunos casos este trastorno requiere tratamiento con ansiolíticos, sobre todo en mayores de cinco años, lo recomendable es mantener un ambiente tranquilo, sin peleas, sin conflictos en el hogar, que el menor tenga un horario de vida organizado, que duerma las horas necesarias y se acueste temprano. Igualmente es recomendable que en la noche no tenga actividades que lo alteren como juegos de computadora intensos o juegos físicos, o sea, estímulos constantes al cerebro.
Curiosidad: Aunque el sonambulismo sea más común en los niños se han dado casos en adultos que son muy activos durante sus episodios. Existe algo llamado sexomia, un trastorno que ocurre cuando una persona tiene sexo mientras duerme y luego no lo recuerda. Los sexomnes manifiestan un comportamiento sexual estando sonámbulos y pueden derivar en comportamientos agresivos inconscientes. Un ejemplo de ello ocurrió en Inglaterra, donde un individuo fue absuelto de algunos casos de violación por alegar que padecía sexomia.